El sexo en la playa es una de las fantasías más calientes y comunes de todos, quizá porque las películas románticas las hacen ver tan apasionadas creemos que son así de sencillas, pero la realidad está un poco alejada, sobre todo si no conoces posiciones placenteras.
En la vida real terminas con arena en lugares en los que nunca quisiste que estuviera, las olas del mar son más traicioneras que atractivas y logísticamente es todo un desafío lograr el sexo en la playa sin sufrir percances como estos.
Sexo en la playa, posiciones placenteras
Sin embargo, el sexo en la playa es posible con las posiciones placenteras adecuadas, una toalla extra grande o una silla de playa que te ayudarán a evitar terminar con arena en la vagina.
Cabe mencionar que el sexo en lugares públicos es ilegal, pero si estás en una playa privada, adelante con las recomendaciones de posiciones placenteras:
Surfista
Para evitar que llegue a ti cualquier partícula de arena, opta por estar encima y surfear a tu chico. Haz que tu pareja se acueste sobre una toalla, súbete encima de él y comienza a surfear. Está claro que esta no es una posición sutil, pero sí es una posición placentera perfecta para una sesión de sexo nocturna o cuando la playa está totalmente vacía.
Ostra
Esta es una variación de la cuchara y es una gran opción para el sexo en la arena. Es un poco más romántica, ya que la posición consiste en estar uno frente al otro, pero acostados de lado, con una toalla que los cubra. Separa ligeramente las piernas para permitir que tu pareja se deslice más allá de la parte inferior de tu traje de baño y luego cierra las piernas para que puedas presionar tu clítoris contra la pelvis de tu pareja.
El cavernario
Para hacer esta posición tienes que doblar ligeramente la cintura y apoyarte con las manos en las espinillas o en la pared de una cueva. Haz que tu pareja te penetre por detrás y que te sostenga por la cadera mientras empuja. Aprovecha para estimular tu clítoris para hacer de esta una de las posiciones más placenteras, incluso en la playa.
