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Snoopy, Charlie Brown y los felices momentos de la infancia

Snoopy y Charlie Brown, personajes de Charles Schulz y su influencia en nuestra cultura.

Ya sea en los cómics o con las caricaturas, la infancia de más de una generación fue marcada por la obra maestra del artista Charles Schulz, me refiero a la historieta de Charlie Brown y sus amigos, conocida en Estados Unidos como Peanuts (en países de habla hispana se tradujo como Carlitos o Rabanitos).

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Schulz se negó rotundamente a ser etiquetado como “artista”. “Es importante para mí… que todos sepan que, para mí, lo que hago no es Gran Arte”. Sin embargo, a través de los niños, Peanuts habla sobre temas profundos que incumben a chicos y grandes, como la guerra, el crecimiento o la diversidad sexual y racial. Por ejemplo, el académico Christopher P. Lehman apunta que Schultz incorporó al personaje de Franklin, un niño afroamericano, a raíz de una carta en la que un lector se lo pidió con el fin de reflejar la lucha por los derechos civiles de ese entonces. En este mismo sentido, un testimonio de la importancia del trabajo de Schulz está en dos de sus personajes, Peppermint Patty (o Patty Pecas) y Marcie, tomados como símbolos de la comunidad LGBT.

La imagen, que circulo en redes sociales en Estados Unidos, formó parte de una campaña en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. (Foto: Facebook)

Pero quizá el tema dominante es el fracaso, presente en todos los ámbitos: el deportivo, escolar y hasta el amoroso. Nadie, en especial Charlie Brown, se puede salir con la suya. Porque, como apuntaron en su momento Freud y Lacan, el deseo y la decepción van de la mano, dependen uno del otro para seguir existiendo. Y es que al protagonista, Charlie Brown, rara vez consigue sus objetivos , lo que se convierte en el combustible de la historieta.

Un gag recurrente que cristaliza dicho fracaso es cuando el niño de playera amarilla es engañado por su compañera de juego, Lucy, ella lo invita a patear un balón de futbol americano, pero cuando Charlie lo intenta, ella lo retira, dejando Charlie como un tonto una vez más. “Me da gusto que seas la única persona que piensa que soy un estúpido”, exclama él.

Un reflejo de la época

Como muchos artefactos culturales, los cómics suelen reflejar la época cuando se producen y Peanuts no es la excepción. En concreto, el académico Joseph J. Darowski apunta dos hechos históricos acontecidos en Estados Unidos que fueron reflejados en la obra de Schulz: la llegada del ser humano a la Luna y la Guerra de Vietnam.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial inició una competencia tecnológica entre la potencias victoriosas, Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, como parte de la llamada Guerra Fría. La medida del avance tecnológico, equivalente a poderío, estaba representada por la carrera espacial, cuya meta era la Luna. La competencia definió la década de 1960.

Los rusos fueron los primeros en poner un animal en el espacio en 1957. A bordo de la nave soviética Sputnik 2 estuvo la perra mestiza Laika. En respuesta, Estados Unidos puso en el espacio a un perro de raza beagle, solo que este era de caricatura, su nombre: Snoopy.

Imagen: Peanuts, marzo 1969

Y al contrario, como rescata Darowski, la NASA le pidió a Charles Schulz poder utilizar a Snoopy como “mascota de seguridad” para sus proyectos a partir de 1968. Además los módulos lunares del Apollo 10 se llamaron “Charlie Brown” y “Snoopy”. El segundo participó en la misión del Apollo 11. De modo que el beagle blanco y negro llegó a la Luna tanto en la ficción como en la realidad.

Previo a la llegada del ser humano a la Luna, Schultz produjo seis tiras cómicas en julio de 1969 en las que se ve a Snoopy con un caso de astronauta. Schultz dibujó las primeras cinco con el perro mirando hacia la derecha y la última hacia la izquierda porque ya “iba de regreso”.

Mucho menos optimista es la velada representación de la Guerra de Vietnam en las páginas de Peanuts. Nunca hubo una alusión directa al conflicto bélico emprendido por Estados Unidos en contra del país asiático, sin embargo Darowski destaca como, en ese época, Snoopy constantemente se imaginaba a sí mismo como “el As del Vuelo”, un piloto de la Primera Guerra Mundial que se enfrentaba a su eterno rival, “el Barón Rojo”. Cabe señalar que, pese a que todo pasaba en la imaginación de Snoopy, el perrito nunca podía derrotar a su enemigo y continuamente acababa derribado por él.

A través de los fracasos y perseverancia de Snoopy, Schulz representa de manera aparentemente inocente la idealización de la guerra, su futilidad y la terquedad estadounidense.

En una tira cómica publicada el 1 de enero de 1967, Snoopy una vez más es derribado por el Barón Rojo, ya en tierra se pregunta con cierta desesperación qué será de él en un país extraño. Al final resulta que todo está pasando en sus pesadillas, mientras perturba al pobre Charlie Brown, que no puede conciliar el sueño por la agitación de su perro. Así es como vive un animalito de caricatura el trauma de la guerra.

Su huella en la cultura pop

Ya fuera la guerra, la angustia existencial o cualquier otro tema, los niños de Peanuts no rehuían a hablar de las cosas de adultos, es más, creo yo que ese es el principal mérito de la historieta/caricatura: la discordancia entre personajes niños y tópicos adultos. En este sentido, la obra de Schulz es precursora de comedias animadas dirigidas a grandes y chicos, como Los Simpson (1989- ) o South Park (1997- ), también protagonizada por niños. El propio Matt Groening, creador de la familia amarilla de Springfield, se ha referido en más de una ocasión al genio de Schulz.

“Charles Schulz es una caso interesante. Escribió ese cómic y lo ilustró él mismo de principio a fin, y es el trabajo de un genio. Está muy sencillamente ilustrado pero tiene emociones realmente profundas que yo no espero en un tonta tira cómica”, comentó Groening.

Muchos realizadores de historietas han encontrado inspiración en el trabajo de Schulz. Uno de los trabajos más recomendables en esta tendencia es Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo de Chris Ware, publicado originalmente en Acme Novelty Library. La historia alterna entre la infancia de Jimmy, contada por el filtro fantástico de la propia imaginación del niño, y los pasajes de un adulto con depresión, cuya meta es el reencuentro del padre ausente.

Fuente

P. Lehman, Christopher y Darowski, Joseph J. The Comics of Charles Schulz. The Good Grief of Modern Life. University Press of Mississippi. 2017.

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