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Colin Kaepernick, de atleta de élite a símbolo contra el racismo

En los últimos tres años Colin Kaepernick ha emprendido una lucha contra la NFL, Donald Trump y sobre todo el racismo en Estados Unidos

Hasta el 26 de agosto de 2016, Colin Kaepernick era conocido por ser el quarterback de uno de los equipos más populares de la NFL: los San Francisco 49ers, franquicia a la que lideró de manera sorpresiva a disputar el Super Bowl XLVII en febrero de 2013. Sin embargo, un solo gesto, arrodillarse antes de los partidos, sacudió a toda la nación y provocó el enojo de un sector de la población que incluyó al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Las facultades técnicas y atléticas apuntalaron a Kaepernick como una promesa muy interesante en los emparrillados pero no fue así. Tras esa espectacular campaña en 2012 -y en la que acabó jugando el Super Bowl- el rendimiento de Kaepernick no fue el mismo. Entre lesiones, problemas y sanciones, el QB fue apagando su luz en la NFL como jugador. Sin embargo, el 27 de agosto del aparentemente lejano 2016 su vida cambió por completo.

Siendo aún jugador de San Francisco, durante un partido de pretemporada entre su equipo y los Green Bay Packers, Colin decidió permanecer sentado mientras se entonaba el himno de los Estados Unidos, lo cual fue visto como una falta de respeto hacia los símbolos patrios. Las cámaras se fueron con él. Todo tenía una explicación.

Días después de su polémica acción, Kaepernick volvió a protestar, pero esta vez diferente: se hincó mientras se escuchaba el himno (Taking a Knee), tomando el consejo de Nate Boyer, Boina Verde y exjugador de la NFL. Ahí fue el inicio de todo.

“No me voy a poner de pie para mostrar orgullo por una bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color”, Colin Kaepernick, 2016.

Durante la campaña 2016 de la NFL, Kaepernick se mantuvo en una rodilla mientras se escuchaba el himno de los Estados Unidos, pero no estuvo solo. Poco a poco más compañeros de equipo y profesión, más otros deportistas de élite se unieron a la protesta contra la brutalidad policial y discriminación de las minorías que se hizo visible en todo el mundo, misma que lo llevaría al fin de su carrera en el futbol americano más importante.

Donald Trump, el rival

Cuando Kaepernick decidió poner rodilla en piso y mostrar al mundo su pensar de manera pacífica, Estados Unidos vivía un momento de transición importante. La Casa Blanca estaba en disputa y Donald Trump era uno de los candidatos a ocupar la silla presidencial y su discurso en miras a su objetivo provocó que las creencias xenofóbicas de ciudadanos estadounidenses salieran a relucir, coincidiendo con una ola de ataques hacia personas de la raza negra.

Así, los caminos de Colin Kaepernick y Donald Trump estuvieron destinados a encontrarse y confrontarse.

Después que el QB comenzara sus protestas y llamara racista a Trump por tener que explicar el motivo de las protestas, Donald -aún como candidato presidencial-  fue cuestionado por su opinión a las acciones que había decidido realizar Colin, y la respuesta del futuro mandatario estadounidense fue tan directa como esperada:

“Personalmente no creo que sea algo bueno. Es terrible. Quizá (Kaepernick) deba encontrar un país que funcione mejor para él. Que lo intente. No va a suceder”, dijo Trump.

En septiembre de 2017, con Kaepernick fuera de la NFL debido a que rescindió su contrato con los 49ers y no encontró cabida en otra franquicia, la huella de Colin seguía más que presente, ya que jugadores adoptaron su protesta pacífica y siguieron hincándose, lo cual llevó a mostrar lo peor de Trump ya siendo el personaje más importante de la Casa Blanca, pues incluso alentó a que, aquellos deportistas que replicaran la acción, fueran despedidos.

“¿No amarían que los dueños de uno de estos (equipos) de la NFL, al ver que alguien le falta el respeto a nuestra bandera, diga: ‘Saquen a ese hijo de perra de la cancha ahora mismo: está despedido’?”, dijo Trump en un mitin, demostrando que su discurso no había cambiado en nada.

¿Adiós Kaepernick?

En marzo de 2017, después de haber terminado la temporada en la que se mantuvo hincado cada vez que entonaban el himno de los Estados Unidos, Colin Kaepernick decidió poner fin a su contrato con los 49ers sin -quizá- imaginar que no volvería a pisar un terreno de juego de la NFL.

Debido a sus capacidades ya conocidas, parecía imposible que ningún equipo contratara a Colin después de ser declarado agente libre. Más de tres años después, la llamada aún no llega. Incluso Donald Trump se dijo ‘culpable’ de que eso fuera así.

“No quieren que Donald Trump les mande un tuit rudo. ¿Pueden creerlo?”, dijo Trump acerca de que el QB no habría encontrado equipo.

En el transcurso de los últimos años, al verse marginado, el QB decidió entablar una demanda en contra de la NFL, esto al argumentar que los dueños de los equipos se organizaron para evitar que volviera a ser parte de la NFL y en 2019 llegó a un arreglo económico con la liga. Sin embargo, cuando todo parecía ‘finiquitado’ la polémica volvió a aparecer.

En una entrevista reciente Joe Lockhart, quien fuera vicepresidente de comunicaciones de la NFL, reveló lo que parecía un secreto a voces: Kaepernick fue alejado de la liga.

“Los propietarios pensaron que firmar a Kaepernick era malo para el negocio. Un ejecutivo de un equipo que consideró ficharlo me dijo que si lo hacían proyectaban perder el 20% de los abonados de temporada. Ese era un riesgo comercial que ningún equipo estaba dispuesto a asumir, ya fuera el propietario partidario de Trump o un liberal. Era un problema de imagen que ningún propietario estaba dispuesto a asumir parar poner el negocio en riesgo”, dijo Lockhart.

Una inspiración, un símbolo

Pese a estar fuera de la NFL por más de tres años -y parece que así seguirá- la popularidad de Colin no cayó del todo, incluso se fortaleció. El ser coherente con sus palabras y acciones, si bien le robó la oportunidad (de manera injusta) de mantenerse en la élite deportiva, eso lo llevó a convertirse en una inspiración y un modelo a seguir en la lucha contra la segregación racial y los derechos por las minorías.

A lo largo de los últimos meses, Colin ha ganado premios por su labor social e incluso fue el protagonista de una importante campaña de la marca Nike, la cual fue llamada: Believe in something. Even if it means sacrificing everything (cree en algo. Incluso si significa sacrificarlo todo). Además de seguir impulsando su campaña Know Your Rights Camp. 

El pasado 25 de mayo, la muerte del afroamericano George Floyd, a manos de un policía en Minnesota, trajo consigo de nueva cuenta la discusión de la brutalidad policíaca en contra de la raza negra y minorías a los Estados Unidos, y la figura de Kaepernick ha salido a relucir.

Las marchas que se han protagonizado a lo largo de los últimos días han tenido un acción en común: arrodillarse. Este gesto ha sido una señal de respeto por la forma en la que Floyd falleció, pero es imposible recordar que hace casi cuatro años fue Colin quien la puso ante el mundo buscando evidenciar los mismos problemas por los que se sigue marchando y buscando justicia en la actualidad.

Cuatro años después parece que no se ha entendido nada.

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