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ARTE Y CULTURA

¿Qué países han rechazado el lenguaje inclusivo?

  • En algunos países, las autoridades educativas han limitado o prohibido el uso del lenguaje inclusivo en las aulas
  • Lingüistas señalan que no se puede limitar a los hablantes del idioma

¿Es correcto o incorrecto el lenguaje inclusivo? ¿Debe o no enseñarse en las aulas? Estas preguntas han suscitado acaloradas discusiones en el ámbito educativo. Te decimos cuáles son los países que han rechazado el lenguaje inclusivo y que lo han prohibido en sus escuelas.

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Decir “todes”, poner una arroba en un artículo, como en “l@s”, escribir “niñas y niños”: todos estos son algunos rasgos del fenómeno sociolingüístico conocido como lenguaje inclusivo.

Este nació de la mano de activistas y organizaciones con el fin de que sus luchas políticas y sociales tuvieran un reflejo en el idioma. No pocos activistas creen que el idioma refleja la exclusión que viven algunos sectores de la sociedad, como las mujeres, y por ello buscan que el idioma deje de ser, desde su visión, sexista.

Desde su surgimiento, el lenguaje inclusivo ha despertado tanto el rechazo como la simpatías de los hablantes y no hay un consenso sobre su utilidad o su pertinencia.

Aunque la Real Academia de la Lengua Española (RAE) rechaza que estas implementaciones sean necesarias, la gran mayoría de los lingüistas están de acuerdo en que, por un lado, no se puede imponer una forma de hablar a los hablantes. Por otro lado, también afirman que volver al idioma “menos sexista” no hará menos sexistas a los hablantes.

“Todos los cambios sociales son previos a los cambios lingüísticos, siempre. Yo no he encontrado una relación inversa”, declaró al respecto la filóloga Concepción Company a la revista Letras Libres.

Rechazo al lenguaje inclusivo

El lenguaje inclusivo es ampliamente socorrido por gobierno y organizaciones mundiales. Algunas instituciones, incluso, han creado manuales para evitar expresiones excluyentes o discriminatorias.

En redes sociales, igualmente, es común encontrar publicaciones donde abunda, por ejemplo, el uso de la –como un marcador neutro de género.

Sin embargo, el lenguaje inclusivo está lejos de ser la norma. Por el contrario, algunos de sus detractores incluso han tomado medidas más agresivas para impedir su popularización.

El español usa marcadores de género en los sustantivos. (Fuente: Pexels)

Tal es el caso de Buenos Aires, donde las autoridades educativas prohibieron su uso en las aulas. Según alegan, el lenguaje inclusivo incluye negativamente en el aprendizaje de los menores.

Por ello, decretaron que las clases debían impartirse “de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”.

No obstante, la medida fue criticada por docentes y por el Ministerio de Educación federal. Algunos señalaron que no había pruebas que relacionaran el bajo desempeño de los alumnos con el uso de lenguaje inclusivo.

Igualmente, lingüistas y escritores denunciaron que la medida limitaba la libertad de expresión.

“La resolución contra el lenguaje inclusivo invoca los pilares de una mejor educación y sin embargo demuestra la flagrante ignorancia de quienes la firman”, escribió en Twitter la lingüista Paula Salerno.

Medidas semejantes han sido propuestas en Uruguay. Primero, las autoridades educativas publicaron un decreto que conminaba a los docentes a “ajustarse a las reglas del idioma español”.

Posteriormente, según reportó la BBC, diputados del partido conservador Cabildo Abierto propusieron que se prohibieran las “alteraciones gramaticales y fonéticas” en la administración gubernamental.

Hay debate sobre si los docentes deben emplear o no lenguaje inclusivo. (Fuente: Cuartoscuro)

Otro país que ha tomado esta clase de medidas es Francia. En mayo del 2021, las autoridades educativas prohibieron el lenguaje inclusivo pues, según dijeron, “constituye un obstáculo para la lectura y la comprensión de la escritura”.

“Se debe prohibir el recurso a la denominada escritura ‘inclusiva’, que utiliza notablemente el punto medio para revelar simultáneamente las formas femenina y masculina de una palabra usada en masculino cuando se usa en un sentido genérico”, se lee en el documento publicado por el Ministerio de Educación.

Los hablantes hacen las reglas

Sin embargo, los lingüistas señalan que es imposible modificar el idioma desde una institución. La RAE ha señalado en repetidas ocasiones que los hablantes son los únicos que definen los cambios del idioma.

A decir de los especialistas, solo con las décadas, o incluso los siglos, se podrá ver qué cambios han sido admitidos o no por los hablantes. Los idiomas evolucionan de forma arbitraria y no siguen reglas lógicas al incorporar o desechar cambios.