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Nintendo: el inicio de la cultura gamer

Nintendo: te contamos la historia de la empresa y las consolas de videojuegos que han dado grandes momentos de diversión a chicos y grandes.

“¿Estás jugando Nintendo?”, me pregunta mi madre hace unos cuantos días. Pero no, no estaba jugando Nintendo, porque no tengo un Switch. Ni tampoco alguna de las consolas mini (NES y SNES) que lanzó la compañía recientemente. No, estaba jugando Final Fantasy X-2 HD en el PlayStation 3. Sin embargo, lo que me llamó la atención fue que, al verme jugando con una consola, ella hizo de inmediato la asociación con Nintendo. Que para mi mamá, como para aquellos que no están familiarizados ni con consolas, ni videojuegos, todas las consolas y todos los juegos son Nintendo. Eso nos habla del impacto cultural que tuvo, que ha tenido, y que sigue teniendo. Después de todo, la industria de los videojuegos no sería lo que es sin Nintendo.

Nintendo, empresa de juegos de cartas, taxis y moteles

El 23 de septiembre de 1889 Nintendo fue fundado como Nintendo Koppai por Fusajiro Yamauchi. El nombre de Nintendo se traduce como “dejar la suerte al cielo”. Con sede en Kyoto, Japón, la empresa creó y produjo un juego de naipes llamado Hanafuda, que consiste en una baraja de 12 palos y cuatro cartas por palo. Originalmente, Yamauchi produjo todas las tarjetas él mismo, pintándolas a mano, pero a medida que el juego adquirió popularidad, tuvo que contratar asistentes para mantenerse al día con la demanda.

En 1956, el nieto de Fusajiro Yamauchi, Hiroshi, se dio cuenta de las limitaciones del negocio de las cartas de juego, adquirió las licencias de los personajes de Disney y las puso en las cartas de Nintendo para ayudar a impulsar las ventas. 

En 1963, la compañía cambió su nombre de Nintendo Playing Card Company Limited a Nintendo Company, y comenzó a experimentar en otras otras áreas de negocios. En solo 5 años, de 1963 a 1968, Nintendo se expandió para incluir una compañía de taxis, una cadena de h(m)oteles, una estación de televisión y una compañía de alimentos que vendía arroz instantáneo, similar a los populares sopas de fideo que se preparan con agua. No obstante, todos estos negocios fracasaron y llevaron a la empresa al borde de la ruina. Las cartas ya no eran tampoco negocio y Nintendo se vio en la necesidad de cambiar el giro de la empresa. 

(Evan-Amos – Own work, Public Domain, Wikimedia Commons)

A pesar de los fracasos, Nintendo reorientó su estrategia comercial a la industria del juguete. El primer juguete de Nintendo fue Ultra Hand, un brazo extendido, desarrollado por Gunpei Yokoi en su tiempo libre. Yokoi fue ascendido de ingeniero de mantenimiento de la compañía a desarrollador de productos en el departamento de Nintendo Games de Nintendo. Nintendo continuó produciendo juguetes populares, incluyendo Ultra Machine, Love Tester y la serie de armas -pistolas y rifles- llamadas Kousenjuu

La estrategia comercial de Nintendo volvió a cambiar en 1973 hacia el entretenimiento familiar con el Laser Clay Shooting System (LCSS), en el que emplearon la misma tecnología de pistola de luz utilizada en la serie de juguetes Kousenjuu de Nintendo, y se instalaron galerías de tiro en boliches abandonados. Después del éxito -mesurado- inicial, Nintendo desarrolló varias máquinas de armas ligeras más para la emergente escena de arcade (las llamadas “maquinitas). A pesar de los esfuerzos de la compañía, tuvieron que cerrarse debido a los altos costos. 

Sin embargo, lo que podría (y debería) haber sido un gran éxito para Nintendo, se convirtió rápidamente en un desastre. Solo unos meses después, la crisis del petróleo de 1973 golpeó a Japón, ya que la nación isleña importa casi todo su petróleo de fuentes externas. Prestó grandes sumas de dinero para expandir el negocio de LCSS y construyó máquinas para numerosas instalaciones nuevas, cuando la crisis golpeó. La mayoría de los pedidos de estos productos fueron cancelados, y dejaron a Nintendo en el pozo por alrededor de 5 mil millones de yenes (alrededor de 64 millones de dólares).

Sin embargo, Nintendo había encontrado un nuevo mercado sin explotar.

Nintendo Entertainment System

Mientras Nintendo sufría por encontrar el mercado en el que pudiera establecer su marca. La industria de los videojuegos sufría y parecía que no sobreviviría la década de los ochenta. 

La crisis de 1983, o la debacle de Atari (gracias al fallido juego de ET), fue la que precipitó el fin de las consolas de segunda generación. Esta crisis se debió a un exceso de videojuegos de mala calidad, y la saturación del mercado de consolas que terminaron por generar un rechazo por parte de los consumidores. Lo que se reflejó en una reducción drástica en las ventas, y generó dudas de la viabilidad del industria. Pero entonces llegó Nintendo.

Al darse cuenta del éxito de los juegos arcade de principios de la década, Nintendo hizo planes para crear una consola basada en cartuchos llamada Famicom. Hiroshi Yamauchi, el entonces presidente de la compañía, decidió que fuera una consola de 8 bits que salió al mercado del 15 de julio en 1983 y la industria de videojuegos no volvería a ser la misma.

(Evan-Amos – Own work, Public Domain, Wikimedia Commons)

Porque tras su éxito en Japón, Nintendo tenía a Norteamérica en la mira, dónde los videojuegos parecían desaparecer. Pero los japoneses tomaron riesgos, y los riesgos les redituaron. En 1985 se lanzó el Nintendo Entertainment System en Estados Unidos, con 10 juegos: 10-Yard Fight, Baseball, Clu Clu Land, Duck Hunt, Excitebike, Golf, Gyromite, Hogan’s Alley, Ice Climber, Kung Fu, Pinball, Soccer, Stack-Up, Tennis, Wild Gunman, Wrecking Crew y Super Mario Bros.

La estrategia de marketing de Nintendo tenía como objetivo recuperar la confianza de los consumidores y minoristas al ofrecer una plataforma singular cuya tecnología no necesitaba cuyas cualidades estaban claramente definidas. El éxito obtenido superó todas las expectativas, poniendo los cimientos de una industria que lo único que ha hecho a partir de entonces es crecer.

Nintendo y la cultura gamer

Una de las cosas que más me llamaron la atención al jugar el Nintendo por primera vez fue lo claro y definido que eran sus juegos. No tenía que sufrir para entender la historia o lo que tenía qué hacer, como me había pasado con los juegos de Intellevision, por ejemplo, He-Man (que sigue siendo un misterio) o algunos de Atari, que se volvían aburridos muy pronto.

De repente, teníamos personajes cuyos nombres y apariencias eran distinguibles. Teníamos a Mario, Donkey Kong, Luigi, Link, Ryu Hayabusa, Samus… Una miríada de juegos con posibilidades infinitas, con horas incontables de diversión y que nos hacía querer comprar más y más juegos. 

Y es que Nintendo entendió que los personajes tenían potencial de mucho más. No por nada se convirtieron en íconos, no solo para la naciente tribu social conocida como gamers, sino parte de la cultura misma,  ya que definieron y siguen definiendo a generaciones de jóvenes -y adultos- que se identifican con ellos.

(Evan-Amos – Own work, Public Domain, Wikimedia Commons)

Nintendo nos ofreció, además, un diversidad de géneros antes de que supiéramos que eso era posible. La plataforma con Mario, un shooter con Metroid, o un RPG con Final Fantasy. Los estudios empezaron a proliferar, diseñan juegos que cubren la creciente demanda de gente ávida por más títulos, por más opciones, por más, más y más. Aún recuerdo como mi primo y yo gastamos una buena cantidad de dinero por hablar a Konami en Estados Unidos para saber cómo era que podíamos pasar Castlevania II: Simon’s Quest, tras varios intentos infructuosos. Esto es un ejemplo de cómo se iba creando esa cultura de descubrir los secretos del juegos, de compartir tips, de probar quién era mejor jugando y de lograr terminar un juego antes que nadie. Las bases que hoy fundamentan la cultura gamer. 

Durante 3-4 años, Nintendo fue EL dominador en el campo de las consolas, y no tuvo competencia real hasta que el Sega Genesis entró al mercado (1988 en Japón). Este fue un momento crucial de crecimiento de la industria, y los efectos darían forma permanente a la cara del mercado de juegos. Sobre todo, cuando probaron que los videojuegos podían ir contigo a dónde tú quisieras llevarlos. 

Gameboy

Uno de los grandes legados de Nintendo es el Gameboy. Otras compañías, como Sony o Microsoft, han llegado para competir con el gigante japonés en la supremacía de las consolas caseras, pero Nintendo es, indiscutiblemente, el rey de las consolas portátiles. 

En 1989, el Gameboy fue lanzado en Japón con la idea de abrir el mercado y buscar atraer a mujeres y niños. Para ello, adquirieron la licencia del Tetris, y así fue como llegó a América. Fue todo un fenómeno. Aún recuerdo las horas dedicadas en superar los récords de mis hermanos. Las peleas por poder usarlo y perderse un rato en el tabique gris.

(Evan-Amos – Own work, Public Domain, Wikimedia Commons)

El desarrollo consolas de juegos portátiles también abrió un espacio privado para jugar. En un dispositivo portátil, la falla o dificultades no se muestran públicamente, por lo que los jugadores menos experimentados, identificados frecuentemente por Nintendo como niñas y mujeres, se sintieron más seguros al comenzar a jugar, abriendo así aún más su mercado  de posibles gamers. 

Y con la llegada de Pokémon a la consola terminó por cimentar al Gameboy como uno de los dispositivos de videojuegos más importantes y significativos, ya que dio a pie a que una de las franquicias más grandes de videojuegos se aliara con su marca. No es poca cosa.

El impacto se siente hoy

Eso es lo asombroso de todo. Nintendo se terminó por convertir en parte cotidiana de nuestra vida. ¿Cuántas pláticas hay sobre lo que se jugaba en la infancia? La conversación suele recaer en el Nintendo. ¿Cuántas veces no nos regañaron nuestros papás por dejar de lado los deberes por estar pegados a alguna de las consolas de Nintendo? ¿Cuántos de nosotros no nos hicimos fans de un género gracias a Nintendo? ¿Cuántos de nosotros no tuvimos en los videojuegos de Nintendo un escape que nos ayudaba a lidiar con nuestra cotidianidad? 

Y todo eso ha sido posible gracias a que Nintendo decidió apostar por una consola en un momento delicado. Todo esto es posible gracias a que la compañía fundada por Fusajiro Yamauchi se aventuró a hacer juegos como nunca antes nadie los había hecho. Todo esto es una realidad gracias a que Hiroshi Yamauchi tuvo la visión para establecer las bases de una industria que hoy en día es multimillonaria. 

El mundo no sería el mismo sin Nintendo. Mi infancia no sería la misma sin sus juegos y estoy segura que la vida de muchos de ustedes tampoco sería igual sin sus consolas. Porque Nintendo definió una era, una cultura y a la comunidad gamer. Y sí, mamá, sigo jugando Nintendo y probablemente, nunca deje de hacerlo.

Arte: Adrián López

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