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Miradas análogas: tres perspectivas de la jornada electoral

Miradas análogas: tres perspectivas de la jornada electoral del 6 de junio, a partir de fotos tomadas aquel día.

Tres mujeres que participaron en la jornada electoral del 6 de junio llevaron consigo una cámara analógica para documentar su perspectiva de las elecciones más grandes de la historia de México.

“Señor, usted viene muy feliz a votar y su cubrebocas lo delata. ¿Le puedo tomar una foto?”. El hombre que se detiene llegó y salió cantando de la casilla ubicada en el número 48 de Serapio Rendón en la Colonia Cuauhtémoc. Dice que es un gran día y con ánimos festivos se pone para la foto. Luce impecable, recién bañado, peinado y perfumado. Lleva un saco a cuadros sobre una camisa de franela gris, un mascarilla de la bandera mexicana tan ajustada que le jala las orejas hacia delante, y una mirada que no refleja el mismo entusiasmo que sus demás expresiones. Un gesto fruncido y profundo delata el vértigo ante la jornada electoral más grande de la historia de México.

Unos días antes de la jornada repartí tres cámaras analógicas desechables a tres mujeres que participaron en las elecciones desde diferentes frentes. Tenían 27 disparos para capturar algunos momentos en fotografías que, a diferencia de las que tomamos con la cámara del celular, no las puedes seleccionar, editar ni borrar. Una serie de imágenes congeladas en un rollo de película que tienen la pureza de no poder ser curadas, son una forma de conservar, impolutas, estas tres distintas miradas del enorme desafío que implicó votar para elegir 21 mil nuevos puestos de elección popular en un mismo día.

Foto: Noticieros Televisa

Los analistas políticos no terminan de ponerse de acuerdo en quién ganó y quién perdió ante los resultados de las elecciones del 6 de junio. Más de uno conviene en que si todos ganaron y todos perdieron, es señal de que estamos en democracia sana. Otros muchos, de distintos colores, se asumen como ganadores ante la evidencia de los mismos resultados. Todo depende de por dónde lo veas. La historia se cuenta desde las perspectivas más que desde los hechos. Y en un proceso electoral enunciado entre posición y oposición, revisar diferentes miradas, podemos darnos una interesante muestra de lo sucedido durante las votaciones.

Ana María Islas es reportera de Noticieros Televisa y se le asignó acompañar a los observadores internacionales. De las 17 fotos que tomó, la del hombre con el traje a cuadros le gustó especialmente por la felicidad que proyecta el señor: “Yo me imagino a este don salir de su casa, ponerse su cubrebocas y decir, ‘voy a votar’”. Como lo hizo con el señor, para Ana es muy importante conectar con la gente, conectar a la gente. Le gusta pensarse mucho más como un engrane que como una pieza clave de los medios, y ese domingo así lo vivió también. Una oportunidad de enlazar a los 559 representantes de diferentes países con México. Sin embargo sus fotografías se concentraron en su equipo de trabajo y, principalmente, en la ciudadanía que participó en la elección, como el grupo de cuidadores del voto que se dejó retratar en Iztapalapa y bromearon con la aparente obsolescencia de la cámara.

Pero Ana no fue la única que estaba volteando hacia la ciudadanía, también los observadores que se detuvieron a reconocerla. “Me sentí súper orgullosa porque les llamaba la atención que no se sintiera la fuerza de la policía, que la gente se formaba sin necesidad de coerción”. También destacaron la importancia de que la organización priorice los pequeños módulos para votar más cercanos a la gente, sobre los macrocentros. Una observadora chilena celebró la amplia presencia femenina en roles importantes de la organización de las casillas. Sin embargo en ninguna de las fotos que tomó Ana María salen los observadores, lo más cercano es un colaborador de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina que después de presumir su cubrebocas personalizado para la lente, le regaló uno a la reportera.

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Las otras dos cámaras las tenían Liza Carmona, Consejera General Consultiva del PAN de la Ciudad de México, y Camila Martínez, que en esta jornada consiguió un lugar como concejala de la alcaldía Benito Juárez por parte de Morena. Aunque ambas coinciden en que, en lo general, las elecciones estuvieron bien organizadas y las cosas se dieron pacíficamente, cada una se permite hacer una anotación al respecto. Camila Martínez sospecha de los altos índices de participación ciudadana reportados en la Miguel Hidalgo y menciona casos de errores en conteos y vigilancia, dice que son situaciones normalizadas en este tipo de procesos.

Para Liza la ciudadanía y la militancia de los partidos sacaron a flote la elección, aunque asegura que “la democracia sigue siendo algo que la ciudadanía sufre”. Esto me lo platica en una videollamada que tuvimos una semana después de las votaciones para revisar las fotos. “Muy pocos lo hacen por voluntad propia y no hay un agradecimiento o un pago, el hecho de que la gente tenga que estar horas en una casilla y tenga que estar esperando su comida, su desayuno y demás… la gente lo sufre. Te das cuenta porque al final la gente ya solo quiere irse a sus casas y descansar”. Liza retrató en las oficinas del PAN de Xochimilco a la ciudadanía militante. Primero tomó una foto de las instalaciones vacías al llegar por la mañana, y por la noche el mismo espacio oscuro e invadido por la luz del flash deja ver a la gente metida en lo suyo, organizando el cierre de la jornada. A los electores los retrató en la casilla donde votó en Venustiano Carranza, en una escuela cercana a la que llegó una señora con un tanque de oxígeno a votar (“no hay excusas”), y en la Alcaldía Gustavo A. Madero en la que notó la concurrencia en las filas para las urnas y para la barbacoa.

Foto: Liza Carmona/Noticieros Televisa

Foto: Liza Carmona/Noticieros Televisa

Foto: Liza Carmona/Noticieros Televisa

Foto: Liza Carmona/Noticieros Televisa

Pero de todas las fotos de la cámara de Liza Carmona, la que más le gusta se tomó a las 2:30 de la madrugada del 7 de junio. Ella está ahí, tiene puesto un cubrebocas azul cielo y a su lado levanta el puño derecho Rodrigo Miranda, quien será diputado en la próxima legislatura de la Ciudad y ella lo describe como su jefe directo. Los acompañan otros tres militantes al momento de recibir las actas que le dieron a la oposición 8 de las 16 alcaldías de la Ciudad, resultados que ellos mismos veían difícil que llegaran, “eran unas elecciones muy importantes, teníamos mucha incertidumbre de lo que podía pasar”. Unas horas después de esa fotografía me encontré con Liza fuera de las oficinas del PAN de la Colonia Roma para que me diera la cámara. Cuando le pregunté por el día anterior, me dijo que no se lo podía creer. Sobre cómo lo hicieron para conseguir resultados tan satisfactorios, me dijo bromeando que no tenía idea. Río y apuntó al trabajo de su equipo, también mencionó que mucho tuvo que ver la mala campaña de Morena en la entidad.

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Pese a haber recorrido la Benito Juárez todos los días con el equipo de Paula Soto en su campaña para ser alcalde, el día de la jornada electoral Camila tenía la instrucción de quedarse en casa, “no podía estar en la calle porque estaba en la planilla de concejales y no queríamos dar excusas a la oposición para decir que estaban haciendo campaña el día de la elección”. Aún así, por el rol que jugó en la campaña de Morena en la alcaldía más panista de la Ciudad, la perspectiva que se ve en sus fotos es ilustrativa y reveladora. La mayoría de ellas, están protagonizadas por mujeres.

Camila conoció a Paula Soto cuando era la directora de la Comisión de Igualdad de Género en el Congreso de la CDMX. Una iniciativa que invitaba a mujeres de la Ciudad a ser parte de un parlamento paralelo dedicado a impulsar propuestas de iniciativas de ley para mujeres. Desde que coincidió con Paula, Camila supo que era la candidata que más le gustaba para la alcaldía, y cuando se hizo oficial, se acercó a ella para seguir creciendo personal y profesionalmente como en el parlamento, donde descubrió los diferentes feminismos y perfiles que había en la ciudad. Una visión de la política, que se hizo presente en las imágenes.

La mirada que asoma de las fotos de Camila Martínez es una mirada de género: está la vecina que presume su dedo pintado porque ya fue a votar y la mujer policía de la Secretaría de la Seguridad Ciudadana que custodia una casilla. De espaldas, vigilante y sin compañía aparente, contrasta con las dimensiones de la camioneta de la policía bancaria impulsada por el gobierno panista de la alcaldía Benito Juárez. También hay una foto de su compañera y amiga Sofía Vélez, retratada mientras revisaban, deslumbradas por el brillo de las computadoras, los resultados del PREP en la oficina de Morena de la colonia Postal. Unos resultados que provocaron en dicha sede, sentimientos encontrados entre el poco favorable panorama en la Ciudad de México, un apabullante desempeño a nivel federal en donde pasaron de tener una gubernatura, a tener nueve.. Viendo estas imágenes y recapitulando el momento, Camila menciona a una compañera que mientras evaluaban los resultados señaló al equipo: “Estamos en un proyecto de nación, que no se les olvide”. Frase que acomodó el momento, en la perspectiva y el discurso de los triunfadores.

En esas mismas oficinas Camila coincidió con Emmanuel Barragán, miembro de un grupo de diversidad sexual de Morena que se involucró plenamente en la campaña. “La agenda LGBT es una de las más descuidadas de esta alcaldía [Benito Juárez]. Toda la propaganda que hace el gobierno del PAN aquí, es propaganda que invisibiliza los distintos tipos de familia que hay aquí”, me dice.

En el rollo que revisamos recién revelado, también hay una foto de Katia Ruelas, representante de una casilla en la Colonia Del Valle Sur, que pidió apoyo a otros militantes de Morena para que fueran por ella después de haber tenido diferencias con el presidente de su mesa, “habló por teléfono porque se pusieron muy feas las cosas por sus quejas. Cuando las cosas subieron de tono fuimos por ella en el coche de Benito”. Benito Sánchez es el hombre erguido que mira fijamente a la cámara detrás de un cubrebocas guinda. Para Camila era importante que los demás vieran que Katia no estaba sola.

La parte más activa de la jornada de Camila empezó cuando cerraron las casillas, por la mañana, reservada de actividades relacionadas con las elecciones, decidió salir a caminar en la colonia San José Insurgentes, que es donde vive. Retrató a sus vecinos entrando a una casilla instalada en una escuela y al representante general de Morena para la defensa del voto, Antonio López Calvo, que se alcanza a ver a lo lejos junto a un policía que cuida una casilla en la calle de Julio Ruelas.

Más tarde encontró en la colonia Crédito Constructor un altar a la Virgen de Guadalupe en lo alto de un árbol, otra figura femenina que, me dice Camila, es la imagen que mejor representa su mirada de la jornada: “No soy una persona creyente como de Dios y esas cosas, pero la verdad es que vi esta virgen y dije, ‘híjole, simboliza la esperanza, el encomendarse. Pero también simboliza a la Virgen Morena, que es gran parte de cómo se ha construido la identidad de este partido político a nivel nacional, en el que sí hay un tema de clase por el color de piel, pero también un tema de fe y este cariño que se tiene a la patrona, la Virgen María’”.

Uno de los compromisos que hizo Paula Soto durante su campaña, fue retirar, sin importar los resultados, toda la basura electoral de la alcaldía Benito Juárez. Camila fue parte del equipo que asumió esta tarea el día posterior a las votaciones y llevó con ella la cámara. Una fotografía muestra, entre los voluntarios, al concejal Enrique Tamayo con la boca cubierta por una mascarilla de la bandera de México y una bolsa repleta de basura electoral que, llama la atención, es del Partido Encuentro Solidario. “Quitamos lonas, volantes y pósters, y no solamente eran de Morena, ya pasada la elección quitamos también del PAN, quitamos de Redes Sociales Progresistas —que por cierto tenían atascada la alcaldía de propaganda—, quitamos del Verde… de todos los partidos”. Me platica que no es una obligación para los electoral y que no todos mostraron el mismo interés por retirar la basura. Para muestra una estampa: me señala otra foto en la que retrató un volante del PAN tirado en la calle.

Así como se ve en las fotos de Liza a los juveniles panistas recibiendo paquetes en la madrugada, o en las de Camila a concejales y brigadistas organizándose para limpiar de basura electoral la alcaldía, la articulación ciudadana destacó en las diferentes miradas de la jornada del 6 de junio. La misma que había retratado Ana con los cuidadores del voto y que también se ve en las diferentes imágenes que tomó de su engrane más inmediato para realizar su trabajo: su camarógrafo Daniel. Con él estuvo todo el día, desde la mañana cuando fueron a una cafetería cuya imagen es la cara de Porfirio Díaz, donde recompensaban a quienes ya habían votado con un café americano, lo que, dice, es hasta irónico. Ana le ofreció hacer un enlace en vivo desde ahí a los encargados, que decidieron no aceptar por temor a no darse abasto para satisfacer a la marabunta de votantes que podría hacerse presente.

También queda en la colección una foto de un grupo de ciclistas tomada por Liza, cubierta accidentalmente por un dedo que deja ver una uña pintada con el exacto mismo pantone del escudo del PAN. Un pequeño símbolo, del involucramiento político que se vivió como nunca en un país, que en medio de una pandemia, tuvo 53% de participación ciudadana en las elecciones. El compromiso se vio en los colores que adornan las manos como en los compañeros que cargan empachadas bolsas de basura electoral, o en los kilómetros recorridos para documentar la jornada. Como Ana, Camila y Liza, gran parte de la ciudadanía imprimió su energía en que la jornada electoral se llevara a cabo de la mejor manera, en aceitar una maquinaria democrática que nos convierta en un mejor país… desde el punto de vista de cada quién.

Fotos: Ana Marías Islas/Noticieros Televisa

Ana María regresó a su casa a la media noche y le tomó una foto a su perro Frank envidiablemente dormido y envuelto en sus sábanas. Unas tres horas más tarde, Camila salió de las instalaciones de Morena en la Colonia Postal y se despidió con una foto de la puerta del lugar en la que algunos personajes más bien transpiran la tranquilidad de los conformes, que el júbilo de los vencedores. Cerca de las 5 de la mañana, Liza tomó la foto de un sillón que le gusta mucho en las oficinas del PAN de la Ciudad de México sobre las que ha fincado la identidad política que ese día superó sus propias expectativas.

Cada una, congeló de esa manera su mirada sobre el cierre de una jornada cuya riqueza estuvo en la divergencia de pensamiento, pero sobre todo, en la convergencia de voluntades.

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