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Las adelitas y la Revolución de las mexicanas

¿Quién fue la Adelita? Aquí te contamos la historia de esta mujer soldadera de la Revolución Mexicana

¿Y si Adelita se fuera con otro? Posiblemente, según versa el corrido, el afectado en cuestión la seguiría por tierra y por mar. Pienso que tal vez haya que cambiar la forma en que hacemos nuestra pregunta hacia Adelita ¿y si las adelitas se hubieran ido con otros? Seguramente contaríamos la historia de México de una forma muy distinta. Sabemos que la Adelita no fue sólo una, sino muchas mujeres que se volvieron un símbolo de la lucha armada y el apoyo a lucha obrera durante la Revolución. Sabemos también que sin su ayuda la lucha armada no hubiera sido igual, ¿pero a qué grado y qué tanto hicieron la diferencia? ¿Por qué si su presencia fue fundamental han quedado relegadas a una anécdota en forma de corrido que aprendemos en las primarias, sin que tengan monumentos, plazas, o incluso nombres?

Según Gabriela Cano, investigadora del Colegio de México, la figura de la Adelita:

subraya la belleza de la mujer, su juventud y la valentía de acompañar a los hombres en la guerra, pero al mismo tiempo dificulta el reconocimiento a las diversas mujeres que participaron en esta lucha.

(Archivo Casasola)

Otros pensadores también han dedicado sus investigaciones a la figura de las adelitas. Para Elena Poniatowska, sin las adelitas, no hay Revolución Mexicana: ellas la mantuvieron viva y fecunda, como la tierra. Carlos Monsiváis  por su parte, decía que:

la Revolución fue un asunto de hombres y las mujeres son el fondo decorativo de los largos enfrentamientos que dan como resultado una nación de hombres con una reserva adjunta de mujeres.

¿Quién fue la Adelita?

La versión que llegó a nuestros días del corrido de “La Adelita” pasó de boca en boca y de mano en mano hasta que pudo ser recopilada por Baltasar Dromundo, un orador, ensayista y cronista de la Ciudad de México. Él no fue el único en recoger una versión del corrido, como cualquier producto de creación (y circulación) oral y popular, existen distintas versiones a lo largo de todo el país. Todas estas versiones coinciden en pedirle que no se vaya con otro, en comprarle un vestido y perseguirla si se va.

El origen de este corrido es incierto o más bien, múltiple, ya que distintos investigadores lo han repartido de norte a sur. Hay quienes afirman que es de Guerrero, otros que de Campeche, Oaxaca e incluso hay quien afirma que “La Adelita” ya se escuchaba en Culiacán en 1913. Sin embargo la versión más aceptada es el corrido está basado en la vida de Adela Velarde Pérez, nacida en Ciudad Juárez, quien se fugó de su casa y a los 14 años, en febrero de 1913 se unió a las tropas de la revolución. Aquí es donde se vuelven a dividir las versiones, ya que hay quienes afirman que se fue con los carrancistas dirigidos por el coronel Alfredo Breceda, donde se hizo enfermera y atendió heridos de las tropas constitucionalistas. Después Adela se fue a Tampico donde el capitán Elías Cortázar Ramírez le compuso la canción en su honor. La otra versión coincide en la parte en que era una enferma pero la relacionan más bien con los villistas. Pero en esta versión afirman que la compuso un sargento villista, Antonio del Río Armenta, con quien Adela supuestamente tuvo un hijo.

(Archivo Casasola)

Haya sido villista o carrancista, del norte o del sur, lo que sí sabemos es que en 1963 a Adela se le dió (a duras penas) una pensión como veterana de guerra por su participación en la Revolución después de trabajar como burócrata en la Secretaría de Industria y Comercio.

Más allá de la Adelita histórica

Lo destacable de la existencia de las adelitas es que fueron mujeres que dejaron su rol de madres y esposas dentro del hogar, y salieron a ser actoras fundamentales de la Revolución (esto, claro mientras seguían eran madres, esposas o cualquier otro rol que implicara cuidados, la Revolución no tuvo entre sus intereses principales liberar mujeres).

Nos resuenan más los nombres de las mujeres que participaron en la Independencia, la mayoría de ellas eran de clase acomodadas y criollas. En el caso de las adelitas donde la mayoría eran de origen humilde, trabajadoras de haciendas o campesinas, no sabemos nombres y apellidos mas que de muy pocas que llegaron a los archivos de historia especializados. Si una se asoma un libro de texto de historia de la SEP no se habla mucho de ellas más allá de la anécdota de la adelita y el corrido. Ahora digo esto en tono de queja, ya que me niego a que podamos recitar una letanía de nombres de hombres asociados a rifles y terruños pero toda la participación femenina que hizo posible la Revolución sea relegada a un colectivo anónimo: las adelitas. Y no fueron tibias en cuanto a su participación pero sí se es tibia su historización.

(Archivo Casasola)

Además las adelitas no tuvieron sólo una misión o una forma de participar en la revolución. Hubo las soldaderas, pero también las enfermeras y médicos, cocineras, las espías, esposas, madres y sidnicalistas e intelectuales.

Dice Margo Glantz que “ser mujer y mexicana implica una doble marginalidad, sino también la desaparición”. Y es que si no fuera por las fotos de las soldaderas del archivo casasola o por la canción de la Adelita no sabríamos nada de las mujeres en la Revolución.

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