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Laibach: la banda “fascista” que tocó en Corea del Norte

¿Qué es Laibach? La historia de un críptico conjunto musical de rock acusado de ser nazi y totalitario, que tocó en Corea del Norte.

Esta banda ha sido identificada con ideas fascistas y fue el primer grupo de “rock” extranjero que tocó en Corea del Norte.

Alguna vez, un país llamado Yugoslavia vio el inicio de su caída cuando el mariscal Josip Broz Tito murió en 1980. Esta nación socialista se quedó sin una cabeza, que durante décadas unió los distintos grupos étnicos y religiosos que la componían. Así que desde ese momento hasta 1991, un complejo estallido cultural brotó de este país que poco a poco comenzaba a fragmentarse. El movimiento Neue Slowenische Kunst (NSK) fue uno de ellos y revivía entre otras cosas la parafernalia de algo que ya se creía superado en ese país.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Yugoslavia, luchó contra el Eje. Ese país europeo fue derrotado por Alemania y sus aliados, sufriendo los efectos de la ocupación nazi. Entre estos se encuentra el cambio al nombre de la ciudad que hoy es capital de Eslovenia: Liubliana. Los subordinados de Adolf Hitler rebautizaron este lugar con el nombre Laibach. Al término de la guerra, Tito y Stalin resultaron aliados por la ayuda que obtuvo Yugoslavia del Ejército Rojo soviético. El nombre de la ciudad regresó y Yugoslavia se unió al bloque socialista. Pero esta alianza duró poco.

NSK, Neue Slowenische Kunst: El nuevo arte esloveno

“Cada aparición pública era un acto artístico”, esto explica según El País el espíritu del movimiento NSK. Este conglomerado de grupos artísticos nació en 1984 y buscaba abarcar varias expresiones estéticas, borrando la división entre las disciplinas artísticas y convertir cada acto público en parte de una obra de arte. Mientras los países socialistas en el mundo se desmoronaba y las tensiones en Yugoslavia se pronunciaban, proponían un distanciamiento no sólo del totalitarismo socialista, sino que pretendía hacer una advertencia “contra el nuevo totalitarismo tecnológico que les llegaba por la vía del capitalismo”.

NSK se integró entonces de tres grupos artísticos. Por una parte, un colectivo de artistas autodenominado Irwin proponía y defendía el “eclecticismo enfático y el “uso simultáneo de diferentes estilos” en las artes visuales, según dice Zdenka Badovinac, comisaria y conservadora de la Galería Moderna de Liubliana. En segundo lugar el grupo de El Teatro de las Hermanas de Escipión Nasica (THEN), que se había disuelto en 1987 pero que volvió a aparecer con otro nombre más adelante. El tercer grupo artístico fue una banda industrial que nació en un pueblo minero de Eslovenia cuyo nombre es LaibachEste ensamble, que prefiere ser llamado “colectivo”, fue el que inició el movimiento de NSK, ya que se estableció antes que los demás, en 1980. El movimiento NSK cubrió corrientes literarias, filosóficas, de diseño gráfico, etc.

Teatro de las Hermanas de Escipión Nasica. Fotografía de Marko Modic presentada por el Museo Reina Sofía.

NSK fundó un Estado sin territorio en el año de 1991, que durante la desintegración de Yugoslavia estableció que Sarajevo era una ciudad que lo conformaba. Llegaron al punto de emitir pasaportes (que sólo tienen valor como pieza artística) durante la semana que Sarajevo esperaba que las fuerzas de la OTAN entraran. Laibach en esa semana hizo una gira en la ciudad sitiada.

Laibach y su historia con estética totalitaria

El colectivo Laibach fue censurado en el primer concierto y exposición que pretendía dar en su ciudad natal de Trbovlje en Eslovenia. Y en el año de 1982 dieron su primer concierto en la ciudad de Liubliana, capital de Eslovenia, seguido de un concierto en Zagreb y otro en Belgrado. En esta pequeña gira en Eslovenia fue donde comenzaron a adquirir fama por su estética que emula simbolismos totalitarios, entre otras razones porque el vocalista de ese momento, Tomaž Hostnik, usó un uniforme militar.

https://www.youtube.com/watch?v=MnPLTGWRxac

El cantante Tomaž Hostnik hizo su último acto ese año debido a un “suicidio ritual” que provocó su expulsión póstuma del colectivo musical. Su sucesor como vocalista fue Milan Fras.

Laibach continuó con sus conciertos y en 1983 fue expulsado de la Bienal de Música de Zagreb después de dar un concierto hasta las cinco de la mañana donde transmitieron una película que mezclaba discursos del difunto mariscal Tito mientras imágenes de una película pornográfica eran reproducidas. La policía croata llegó junto con el ejército yugoslavo a remover a los integrantes del colectivo musical del auditorio donde se presentaban. No fueron bienvenidos en Croacia, una de las repúblicas que componía Yugoslavia, durante años.

El colectivo entonces publicó su manifiesto en una revista nacionalista de Eslovenia. Al poco tiempo fueron entrevistados en un contexto donde escandalosos casos de violencia de grupos fascistas dentro de Eslovenia contra población civil fueron perpetrados. El grupo se presentó en la entrevista televisada con uniformes militares y bandas en los brazos con una cruz negra. Explicaron el motivo de su nombre, Laibach (nombre nazi de la ciudad de Liubliana) y otros mensajes crípticos sobre posturas autoritarias. Después de esto se les prohibió cualquier acto público y el uso del nombre “Laibach” en Yugoslavia. Gracias a esto buscaron expandir sus conciertos a otras partes de Europa con su tour de 8 países llamado Occupied Europe. Se les prohibió la entrada a Checoslovaquia, en Varsovia se les acusó de comunistas, su publicidad se prohibió en Berlín, pero cerraron el tour en Liubliana usando un nombre anónimo.

Fue después de este último tour que fundaron el movimiento Neue Slowenische Kunst en 1984. Comenzaron a colaborar en producciones de teatro y danza con figuras controversiales como el danzante Michael Clark y en adaptaciones teatrales de Macbeth. Se han dedicado también a hacer covers de canciones de bandas pop como Across the Universe de The BeatlesThe Final Countdown de EuropeSympathy for the Devil  de los Rolling Stones. Y cuando ampliaron su audiencia a los Estados Unidos, el público no supo cómo reaccionar. Por una parte muchos creían que era una broma y una burla contra los regímenes totalitarios, por el otro fueron vinculados con una ideología nazi y fascista.

Laibach tocando en Tivoli Hall. Foto de Antonio Zivokovi, Liubliana 1984. (Antonio Zivokovi/Laibach)

Durante los últimos días de Eslovenia en Yugoslavia, Laibach hizo un tour para despedir al país socialista y seguir adelante con su movimiento artístico. Se enfocaron en expandirse a tocar en otros países como Rusia y Ucrania. Y en 1997 fueron a Kosovo antes de que estallara la Guerra de Kosovo y donde la tensión política y social era muy fuerte. Cien soldados tuvieron que cuidar el auditorio durante el concierto y aún así, Laibach fue objetivo de un atentado con un coche bomba afuera del hotel donde se quedaban que no dejó ningún herido. Después de esto, comenzaron a adquirir más fama en Europa y a ser reconocidos a nivel internacional. En el año 2015, fueron invitados a ser la primera banda en tocar en Corea del Norte.

La primera banda en tocar en el Estado totalitario de Corea del Norte

En el año 2015, Corea del Norte celebró su aniversario setenta del Día de la Liberación, en el que celebran el momento de su independencia de Japón, cuando fue derrotado gracias a las bombas nucleares que Estados Unidos soltó en Hiroshima y Nagasaki. Cuando anunciaron que una banda extranjera daría unos conciertos para la celebración, se especuló sobre posibles bandas populares de rock como U2 o los Rolling Stones.

Para la sorpresa de muchos, Laibach resultó ser la banda invitada. Hubo polémica al respecto, pues para muchos esto significó algo natural: Una banda en apariencia pro totalitaria, que había sido identificada por la prensa internacional como nazi y fascista sería un ejemplo perfecto de música internacional apoyada por el régimen norcoreano. Sin embargo, no sólo la polémica causó discusión en el mundo “occidental”, algunas figuras norcoreanas dijeron que debido a su estética nazi, su uso de videos pornográficos, las burlas que han hecho contra las dictaduras alrededor del mundo y su “terrible” música, serían dañinos para el sistema socialista de norcorea.

Miembros de la banda Laibach tocan en Pyongyang, Corea del Norte en 2015. (AP Photo/Dita Alangkara)

A pesar de oposiciones y críticas internas y externas, la banda llegó a Corea del Norte en agosto de 2015 donde tocó un concierto en el que adaptaron música tradicional coreana a su propio estilo, los covers que ya habían hecho de bandas de rock “occidentales” como Final Countdown Across The Universe, canciones originales e incluso presentaron sus propias versiones del musical de The Sound of Music con canciones como Edelweiss, Do-Re-Mi y Climb Every Mountain.

Tuvieron problemas como censura de imágenes violentas y pornografías que les imposibilitaron usar todos los visuales que querían en los conciertos, y el hecho de que el embajador de Siria comentó que su música estaba demasiado alta hasta el punto de ser tortura. En el primer concierto, los integrantes de Laibach dicen que tras cada canción recibían aplausos educados y al final del evento les hicieron ovaciones de pie, por lo que el colectivo artístico musical concluyó que quizás “estaban contentos de que ya había terminado”.

Al final del concierto, un anciano hizo el comentario más significativo para el conjunto:

No sabía que música así existía en el mundo pero ahora lo sé.

Sin embargo en el segundo concierto tocaron piezas acústicas con miembros de la escuela Kum Song y durante el resto del evento, dejaron la ejecución musical en manos de estos músicos.

La confrontación al totalitarismo

El filósofo compatriota de Laibach, Slavoj Žižek desde los noventa ha defendido al colectivo artístico musical. La razón es que el cinismo es una forma en que aceptamos al sistema riéndonos de él. Lo ignoramos gracias a que el capitalismo no se toma a sí mismo muy en serio. Pero cuando alguien se toma con seriedad los efectos y las características del sistema, suceden problemáticas y polémicas como las que se presentan con Laibach. Para Žižek, el conjunto esloveno nos hace tomarnos de una forma muy seria los sistemas totalitarios. El filósofo esloveno plantea que cuando Laibach hace una adopción excesiva de estética y coreografía militarista y totalitaria, en realidad están haciendo un postulado anti fascista.

Laibach es y no es una sátira del totalitarismo. Mucha gente se toma este conjunto como un chiste. Sin embargo el filósofo Žižek establece que esta visión es errónea. Explica que en realidad existe un factor autoritario y totalitario en todas las sociedades. Laibach es entonces un elemento que nos confronta y expresa este factor totalitario a través de su propuesta artística, que nos avienta al cuestionamiento sobre los elementos de este tipo que encontramos en las democracias. Y de ahí que los críticos de Laibach no observen la hipocresía a la que nos enfrentamos de forma cotidiana. Los críticos liberales de Laibach buscan lo que hay detrás de la máscara monstruosa del grupo, pero para su decepción, Žižek lo pone de este modo:

Somos realmente lo que pretendemos ser. Somos monstruos.

Laibach en Corea del Norte pareció ser un motivo de reconocimiento del sistema norcoreano, fue motivo de críticas contra el grupo, pero ¿y si en realidad se trata de confrontar a una audiencia no expuesta a ese ser monstruoso? Cada vez que hay un concierto ¿nos expone a eso mismo también?

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