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Kobe y Gigi Bryant: Unidos por la mentalidad ‘Black Mamba’

Kobe Bryant y su hija Gigi: sus biografías y el accidente que acabó con sus vidas.

El domingo 26 de enero de 2020 el mundo deportivo se vio sacudido por la noticia de la muerte de Kobe Bryant. El estelar basquetbolista, ganador de cinco títulos de la NBA y leyenda de los Lakers de Los Ángeles, perdió la vida junto con su hija Gigi y otras siete personas en un accidente de helicóptero.

La conmoción que dejó su repentino fallecimiento fue palpable en todo el mundo. Muchos jugadores empezaron a hablar del impacto que Kobe tuvo en ellos, no solo como  basquetbolistas, sino como personas. Porque Bryant desarrolló la llamada mentalidad Black Mamba, que no únicamente aplicaba para el deporte, sino para la vida. Una mentalidad que su hija había absorbido. Y ese es probablemente su legado más grande.

(Imagen: Getty)

El heredero de Michael Jordan

Cuando Kobe Bean Bryant se formó en Europa —en Italia, donde su padre jugaba cuando era un niño— lo hizo tener una perspectiva distinta del deporte y de la vida. Sus ídolos no solamente eran jugadores de la NBA. También admiraba a basquetbolistas y futbolistas europeos.

A su regreso a Estados Unidos en 1986, Kobe tenía ocho años. Su estancia en el Viejo Continente, aunque breve, lo moldeó. Hablaba dos idiomas con fluidez y su manera de entender el mundo era de un panorama mucho más amplio.

Esto sentó las bases para que se convirtiera en el jugador que se erigiría como el heredero de Michael Jordan y que construiría su propia leyenda.

Cuando Kobe decidió saltarse la universidad para llegar directamente a la NBA en 1996, el rey de la liga era Michael Jordan. El número 23 de los Chicago Bulls no solo era la gran figura del básquetbol, sino también el deportista más popular en todo el planeta.

Tras su retiro en 1998, la NBA de inmediato comenzó a buscar a su siguiente referente. El vacío era grande, pero el joven Kobe Bryant estaba listo para el reto.

Michael Jordan quedó profundamente afectado por la muerte de Kobe Bryant (Imagen: Getty)

Su admiración por Jordan lo hizo buscarlo. Lo hizo querer aprender de él. No quería ser Jordan. Pero si quería ganar y ser el mejor jugador del mundo. Quería aprender del mejor para ser el mejor.

Bryant nunca cuestionó si era digno de la atención o de los consejos Jordan. Simplemente lo persiguió sin descanso.

“No se puede aprender si no se pregunta”, dijo Bryant en 2019, durante la entrevista que hizo para el exitoso documental The Last Dance. “Sé que muchos jugadores se sintieron intimidados por él y lo llamaron ‘Jesús Negro’ y todas esas otras cosas. Yo no me intimidé.

“Creo que entendió mi competitividad. Creo que también estaba mirando mi viaje”, explicó. “Fueron un par de años difíciles para mí llegar a la liga, porque en ese momento, la liga era mucho más vieja. No era tan joven como lo es hoy. Tener adolescentes [como Bryant cuando entró en la NBA] o chicos de veintitantos no era la norma. Por lo tanto, siendo un extraño desde ese punto de vista, creo que quería ayudarme un poco, darme un poco de dirección#.

Y Kobe lo absorbió todo.

La mentalidad Black Mamba

El apodo de Kobe es  “Black Mamba” o “la mamba negra”, un sobrenombre que él mismo se dio, inspirado en un tipo de serpiente que es muy venenosa. Pero para Bryant, esto era más que un mote. Fue un alter ego que creó para atravesar el punto más bajo de su carrera y de su vida.

En un documental, Bryant reveló que creó Black Mamba inspirado en la película de Kill Bill de Quentin Tarantino, como una forma de lidiar con las dificultades y problemas por las que estaba atravesando fuera de la cancha en 2003 y 2004.

“Pasé de ser una persona que estaba en la cima de su juego, tenía todo a mi favor, y un año después, no tenía la menor idea de hacia dónde se dirigía mi vida o si incluso iba ser parte de la vida como todos la conocemos”, dijo Bryant en el documental Muse.

A lo que se refería Kobe fueron las acusaciones de que había agredido sexualmente a una mujer de 19 años en Colorado. Si bien Bryant no mencionó el caso directamente, pasó mucho tiempo en el documental hablando sobre cómo su familia estuvo a punto de separarse en consecuencia de las acusaciones y la vorágine mediática que suscitó.

En la cancha, Kobe se transformaba en una Black Mamba (Imagen: Getty)

“Escucho todo lo que dice la multitud. Lo escucho. Entonces, es como si este lugar donde estaba mi refugio ahora estuviera siendo bombardeado con todo tipo de cosas que podrían decirme”.

“Tuve que separarme”, explica Kobe. “Se sentía como si vinieran tantas cosas a la vez. Se estaba volviendo muy, muy confuso. Tenía que organizar las cosas. Así que creé a la Black  Mamba”.

Bryant explicó que “Kobe” tenía la tarea de lidiar con todos sus “desafíos personales” y “Black Mamba” manejaba los asuntos en la cancha.

Y lo hizo de manera extraordinaria, cimentando su legado como uno de los jugadores más importantes en la historia de la NBA y del basquetbol.

El 8 y el 24

Esto también se vio reflejado en el cambio de número que hizo hacia la mitad de su carrera. En la temporada 2006-2007, Kobe Bryant decidió dejar un lado el número 8 y usar el 24. Ya siendo Black Mamba, explicó el motivo detrás del cambio:

“Cuando llegué por primera vez como el 8, realmente estaba tratando de ‘plantar mi bandera'”, dijo en una entrevista para ESPN. “Tengo que demostrar que pertenezco a esta liga. Tengo que demostrar que soy uno de los mejores en esta liga. Vas tras ellos. Es energía y agresividad ininterrumpidas y esas cosas”.

El cambio de número se convirtió en un nuevo inicio, después de que Shaquille O’Neal, con quien ganara tres títulos consecutivos para Los Lakers, fuera canjeado al Miami Heat en 2004. Con ello llegó una nueva mentalidad del futuro Salón de la Fama.

“Entonces 24 es un crecimiento de eso”, explicó. “Los atributos físicos ya no están como solían estar, pero el nivel de madurez es mayor. Matrimonio, hijas. Empiezas a tener una perspectiva más amplia siendo uno de los chicos mayores del equipo ahora, en lugar de ser el más joven. Las cosas evolucionan”.

Bryant tuvo estadísticas similares para cada uno de los dos números que usó en su carrera. Como 8, tuvo 16 mil 777 puntos, ganando tres títulos y yendo a ocho partidos del Juego de las Estrellas de la NBA. Como 24, tuvo 16 mil 866 puntos, fue a 10 Juegos de las Estrellas y ganó sus otros dos títulos.

También fue campeón anotador de la NBA, tanto como con el 8 como con el 24.

El éxito en cada etapa hizo imposible que los Lakers retiraran solo uno de estos números, lo que le dio a Bryant el honor de ser el único jugador con dos números retirados.

Gigi

A Kobe y a Gigi los unía su amor por el basquetbol (Imagen: Getty)

Tras su retiro por todo lo alto en 2016, anotando 60 puntos ante el Utah Jazz, Kobe Bryant siguió ligado al básquetbol, desde diversos frentes. Fundó una academia de deportes en California. Fundó una productora. En 2018, el cinco veces campeón de la NBA ganó un Oscar por su cortometraje animado Dear Basketball junto con el animador Glen Keane.

“Como jugadores de básquetbol, se supone que debemos callarnos y driblar, pero me alegro de haber hecho un poco más que eso”, dijo Bryant en ese momento.

Después de llevarse la estatuilla, le dio crédito a su hija Gianna, a quien le decían Gigi, por alentarlo a trabajar fuera de su zona de confort.

“Mi pequeña Gianna, de 11 años, dice: ‘Bueno, papá, siempre nos dices que vayamos tras nuestros sueños, así que, sé valiente’. Ella tiene 11 años. Sé valiente. Así que tuve que ser valiente e ir tras  ello”, dijo. La mentalidad Black Mamba fuera de las canchas.

A Kobe constantemente le cuestionaba si tendría un hijo para continuar con su legado en las duelas. Pero Bryant decía que Gigi solía responder: “Yo me encargo”.  Y Kobe le decía: “Sí. Es verdad. Tú te encargas.”

Porque la segunda hija de Kobe era la más apegada y cercana a él. Heredó su pasión por el basquetbol y el espíritu Black Mamba. Su padre decía que era una versión femenina de él mismo. Su unión llevó a Bryant a ser el entrenador del equipo, Mamba Sports Academy, en el que jugaba Gigi.

Gianna soñaba con ser jugadora profesional. Pensaba jugar para la Universidad de Connecticut y luego llegar a la WNBA. Planeaba ser tan legendaria como su padre. Constantemente se les veía a ambos presenciando partidos de la NBA, hablando sobre el devenir del juego, con Kobe explicándole a Gigi todos los pormenores de lo que ocurría.

Sin duda, Gigi estaba lista para cargar con el legado y hacerlo más grande.

Pero todos esos sueños se vieron truncados aquel fatídico 26 de enero, cuando el helicóptero que transportaba a Kobe y Gigi a un torneo de basquetbol se estrelló.

Sin embargo, el recuerdo de ambos sigue presente. La mentalidad Black Mamba ha impactado la vida de jugadores y aficionados del basquetbol, que entendieron algo que Kobe le dijo a sus hijas el día que los Lakers retiraron los dos números de Bryant:

“Saben que si hacen el trabajo, trabajan lo suficiente, los sueños se hacen realidad. Lo  saben, todos lo sabemos. Pero con suerte lo que obtienen esta noche es que esos momentos en los que te levantas temprano y trabajas duro; esos momentos en los que te quedas despierto hasta tarde y trabajas duro; esos momentos en los que no tienes ganas de trabajar, estás demasiado cansado, no quieres esforzarte, pero lo haces de todos modos. Ese es realmente el sueño. Ese es el sueño. No es el destino, es el viaje. Y si ustedes pueden entender eso, lo que verán es que no lograrán sus sueños, sus sueños no se harán realidad, sino algo más grande eso. Y si ustedes pueden entender eso, entonces estoy haciendo mi trabajo como padre”.

Y eso, es un legado tan grande como el que dejó en las duelas.

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