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FICUNAM 2021: Undine y el mito de las ciudades

En esta crítica, comentamos Undine, la última película del reconocido cineasta alemán Christian Petzold estrenada en el marco del FICUNAM 2021.

Undine cuenta la historia de Undine Wibeau, una historiadora que se dedica a dar tours guiados por las maquetas antiguas de la ciudad de Berlín. Undine está enamorada perdidamente de Johannes, un tipo patanesco que la engaña y que, al principio de la película, la abandona. Desesperada, Undine siente que no le queda nada más por vivir. Entonces, empieza a escuchar el llamado de lo antiguo: algo le habla desde el agua, algo le pide que regrese a las profundidades. Interrumpiendo el llamado de los viejos mitos, Undine conoce por accidente a Christoph, un adorable buzo industrial con el que entablará un tórrido romance. Pero la vida de un ser como Undine sólo puede conectarse por un momento con los seres humanos… y los relatos del pasado pueden volver trágica una bella historia de amor.

Undine, la última película de Christian Petzold, es la reelaboración de un mito. En esta cinta, el reconocido cineasta alemán explora las relaciones míticas para hablar de pequeños gestos cotidianos: enamorarse, desenamorarse, sacrificarse por cariño, caminar por la ciudad, reconocer sus esquinas, pensar sus profundidades. Al volver a contar la historia de las ondinas, poderosos seres mitológicos acuáticos, Petzold reflexiona sobre la historia, la importancia material de las piedras, los basamentos de las ciudades, y la manera en que podemos pensar los relatos antiguos en nuestra forma de amar.

I

Schopenhauer odiaba Berlín. Lo odiaba, claro, por Hegel, pero lo odiaba también porque creía que era una ciudad demasiado joven, sin alma, nueva y precisa. Berlín, en ese sentido, representa una imagen de historia reciente; una ciudad que concentra el meollo histórico europeo del siglo XX.

¿Pero qué había antes? ¿Cómo era el Berlín que Schopenhauer visitaba con desprecio? ¿Cómo era en su fundación? ¿Cómo se veía ese hoyo cenagoso en el siglo XIII?

Antes de ser ciudad, Berlín, como la Ciudad de México, era agua. Y el agua es el lugar liminal en el que habitaban las ondinas de Paracelso; esas criaturas elementales que los humanos no podemos ver y que conectan mundos. En la comprensión de este pasado enterrado de la construcción de la ciudad de Berlín, Christian Petzold entiende la capacidad metafórica de la filosofía hermética y la tradición de los mitos: figuras antiguas que conectan el pasado con el presente, que relacionan nuestra comprensión del mundo con cosmogonías olvidadas.

II

Antes que nada, la historia de una ondina es una historia de amor y sacrificio. Las ondinas, después de Paracelso, no tienen alma humana, a menos de que abandonen para siempre su morada de agua para amar a un ser humano.

Aquí, Undine es un personaje misterioso, que sale de cualquier parte, que renta departamentos a corto plazo, que no conoce a nadie y que nadie conoce. Su relación con la tierra es el amor, primero de Johannes, luego de Christoph. Y estos amores se encadenan para mantenerla unida al mundo. En cuanto siente que pierde el amor de Christoph, pierde la voluntad de vida, la relación con la tierra, y escucha el llamado del agua, en el grifo abierto, en la pecera que susurra.

La traición no se perdona, tampoco, y una vida se cambia por otra. El regalo de Undine es el sacrificio de su alma humana por quien la merece; no en el amor que ella desea, sino el amor desinteresado que puede dar. Undine vive la abnegación, el error, la traición, en los otros y en ella misma. una experiencia profundamente humana de pertenencia, entrega y sacrificio.

En medio de esto, al trazar una relación entre el mito hermético y el mito folklórico de las ondinas, al actualizar una vieja cosmogonía, Petzold piensa los orígenes desde una perspectiva histórica. ¿Qué es lo que se entierra bajo las reconstrucciones constantes de una ciudad? ¿Qué permanece y qué se transforma?

III

En la historia del Foro Humboldt (último ensayo histórico de Undine) está la idea de los subsecuentes presentes de una ciudad. La idea de que algo se borra, para que se construya algo nuevo. Algo desaparece, para que algo más permanezca. El Foro Humboldt era el antiguo Palacio de Berlín, una estructura del barroco prusiano construida en el siglo XV y remodelada en el XVIII. Después de su destrucción parcial en la Segunda Guerra Mundial, fue reemplazado por la RDA como el Palacio de la República. La estructura del nuevo palacio es una ruptura con el pasado: la estructura socialista se impone, como señala Undine, en la promesa de un nuevo nacionalismo que aplasta las viejas tradiciones aristocráticas.

La arquitectura de Berlín, ejemplificada por las largas tomas de los ensayos históricos frente a una maqueta provisional, muestra la supervivencia de un pasado en el presente. Ese pasado no está a la vista de todos y Undine, como guía de las estructuras de una ciudad, es también la que muestra la realidad esquemática de los mitos. Como las maquetas de un Berlín antiguo, inacabado, lleno de pequeños secretos enterrados bajo nuevas construcciones, los viejos mitos viven. Viven en otros basamentos, viven escondidos bajo otras estructuras. De repente, también, como alguna roca que se asoma en un edificio del Centro Histórico, afloran para contarnos algo.

IV

Decía Schopenhauer que Berlín no tenía alma porque era una ciudad demasiado nueva. Ahora, con Petzold, podemos pensar que Berlín es una ciudad vieja que, como los mitos, está en constante renovación.

Si podemos volver a pensar el cariño, la traición y el sacrificio amoroso en términos de viejos mitos herméticos, tal vez podemos repensar las estructuras míticas de las ciudades. Alguna vez Berlín fue un pantano, habitado por otros seres. Alguna vez, el piso que pisamos, significó otra cosa.

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Calificación: 3.5/5

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