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Julio César Chávez y Saúl “Canelo” Álvarez: Boxeadores mexicanos en EE. UU.

Julio César Chávez provocó que la fecha más importante del boxeo en el año sea el fin de semana patrio.

En el norte de México, las carnes asadas son cosa de casi todos los fines de semana. Reunirse a un lado del asador suele ser todo un ritual: marinar la carne, preparar las cebollitas cambray envueltas en papel aluminio, comprar la cerveza, etcétera. Pero quizá el factor más importante de prender el carbón es reunir a la familia y amigos. Mi primer recuerdo -o quizá el más grande- de una carne asada fue a los ocho años, el sábado 17 de septiembre de 1994. Celebrábamos el fin de semana patrio, pero más allá de las banderas y detalles tricolores, lo que hizo a esa noche mágica fue Julio César Chávez.

Nunca había visto a mis tíos tan emocionados por algo como un hombre en pantaloncillos levantando el puño y a hombros de su equipo. Desde entonces, siempre que pienso en la noche del Grito de Independencia, a mi mente viene el boxeo convirtiéndose así en una relación simbiótica. Hoy es prácticamente imposible tener un fin de semana patrio sin un mexicano peleando, preferentemente en suelo norteamericano. Una tradición que se ha forjado con base en billetazos y popularidad, donde nuestro país se declara como el que manda en la ciencia del pugilismo.

Andy Ruiz se coronó como el primer campeón mexicano de peso completo en la historia. (Al Bello/Getty Images)

¿Hay algo más mexicano que el boxeo?

Si bien los “gabachos” tienen el sueño americano, de este lado del Río Bravo tenemos el “sueño mexicano”, aquella historia del niño en situación de pobreza que a golpes logra ser dueño del mundo y que puede darle a su familia todas las comodidades que deseen.

Al connacional le encanta esta narrativa y la refleja en su predilección por el pugilismo. Según Consulta Mitofsky, en 2019 el boxeo es el segundo deporte más popular del país, solo por detrás del futbol. Este escenario se mantiene desde el año 2010, ya que fue cuando las peleas con fajadores mexicanos regresaron a la televisión abierta.

Las principales historias de éxito deportivo para México se han dado en el ring, por eso nos sentimos orgullosos cada vez que algún paisano se pone los guantes. El boxeo es el segundo deporte que más medallas olímpicas le ha dado al país, con trece (por detrás de los clavados con catorce), dos de ellas de oro.

Además que, de acuerdo con las estadísticas, México presume a más de 978 campeones mundiales de boxeo en las principales asociaciones del planeta, siendo así el país que domina esta disciplina. En el 2019, nuestro país alcanzó dieciséis de los cinturones del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Federación Internacional de Boxeo (FIB), Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Organización Mundial de Boxeo (OMB) y The Ring. En cuanto a los campeones mundiales, México logró 10 monarcas mundiales para la primera mitad del año.

En 2018 se alcanzó también una cifra para presumir, pues se cerró el año con 14 campeonas mundiales de boxeo en ocho divisiones distintas. Todo un hito para la larga y tan ignorada historia de las pugilistas mexicanas.

Mariana “la Barby” Juárez se ha convertido en el estandarte femenil del boxeo en México. (Tercero Díaz/cuartoscuro.com)

Estas cifras podrán sonar frías, pero para el paisano resulta cuestión de orgullo, porque respaldan la historia de que el mexicano es entrón y no tiene miedo de ponerse los guantes por lo que quiere. Podrán quitarnos la tierra, el dinero y hasta el amor, pero el orgullo nunca.

Septiembre y sus golpes

Para hablar de la historia del pugilismo en México, tendríamos que hacer un sitio dedicado a ello. Desde cuando llegaron las primeras oleadas de trabajadores europeos a Tampico para trabajar y donde organizaban peleas con los locales, pasando por la exposición de Raúl “el Ratón” Macías a nivel internacional en la mitad del siglo XX, hasta llegar al histórico triunfo de Andy Ruiz como monarca de peso completo hace algunos meses.

Por eso solo nos enfocaremos en hablar de por qué México determinó las fechas más importantes del boxeo en el año a nivel mundial.

La historia de ligar a las fechas patrias con una pelea se remonta a 1972 (aunque esta fecha es discutible para algunos expertos), cuando el azteca Erubey “Chango” Carmona enfrentó al mexicoamericano Armando Ramos, el 15 de septiembre, en el Coliseum de Los Ángeles. En esta función, el nacido en la Ciudad de México se hizo del cetro mundial ligero del CMB en ocho asaltos por la vía del nocaut.

El boxeo creció en popularidad tras los Juegos Olímpicos de 1968, cuando se consiguieron dos preseas doradas y dos de bronce. (Tony Duffy/Allsport)

El éxito de la pelea fue tal, que en los Estados Unidos vieron una oportunidad de negocio muy importante: el explotar el fanatismo de los migrantes que venían del sur con peleas durante el mes más mexicano.

Poco a poco se popularizaron estos eventos, impulsados también por el boom que tuvo la televisión abierta con el deporte durante la década de los ochenta y noventa, además de la importancia que tomaron las divisiones más ligeras a finales del siglo XX (ahí, los mexicanos eran la mayoría).

Cada que Julio César Chávez subía al ring, el evento se convertía en fiesta nacional. (Holly Stein /Allsport)

Lo que diga el César

Solo Julio César Chávez podía hacer que el boxeo en septiembre fuera un fenómeno mundial.

Si bien en México y la frontera con Estados Unidos esto ya era una tradición, el impulso se dio con Chávez a partir de 1991, cuando el 15 de septiembre enfrentó en Las Vegas a Lonnie Smith y retuvo el fajín de campeón mundial superligero del CMB, manteniendo su marca perfecta con setenta y seis victorias y cero derrotas.

A partir de ese momento su promotor y polémico personaje en la historia del pugilismo, Don King, supo que para que sus arcas se llenaran de billetes debía tener a JCC en Las Vegas durante el fin de semana que se conmemora la Independencia de México, aprovechando el puente vacacional de los paisanos que viajaban a Nevada para poder ver al ídolo sobre el cuadrilátero.

Don King hizo que las peleas de box de septiembre en Las Vegas fueran “obligatorias” con un mexicano de protagonista. (Ken Levine /Allsport)

Con esto, Las Vegas se convirtió en una sucursal de México cada mes de septiembre. Chávez peleó consecutivamente ese fin de semana hasta 1995, logró muchos éxitos taquilleros con victorias ante Héctor “el Macho” Camacho (1992), Meldrick Taylor (1994) y David Kamau (1995), inclusive con un empate ante Pernell Whitaker (1993).

Lamentablemente Chávez no pudo despedirse con triunfos en sus últimas peleas en septiembre. En 1998 cayó a manos de Oscar de la Hoya y en una despedida muy triste y, ya con los años encima, fue derrotado por un semidesconocido Grover Wiley en el 2005.

Julio César Chávez subió en catorce ocasiones al ring durante el mes de septiembre, tras su retiro logró una marca de once triunfos por un empate y dos descalabros. Pero lo más importante es que cimentó un día clave para el boxeo mundial y determinó un calendario en el que México dictaba cuándo son las fechas exitosas para el pugilismo.

Saúl “Canelo” Álvarez es quien tomó la estafeta para los mexicanos en septiembre. (Foto: Getty Images)

No siempre hay fiesta

Los herederos aztecas de esta tradición han dejado un sabor agridulce para el público mexicano.

El propio “hijo de la leyenda”, Julio César Chávez Jr. cayó con el argentino Sergio “Maravilla” Martínez en 2012 por decisión unánime. También uno de los mejores fajadores de los últimos años, Juan Manuel Márquez, probó la derrota en septiembre en una pelea estelar ante Floyd “Money” Mayweather en el 2009.

Este último personaje, Mayweather Jr., fue quien indirectamente adoptó el noveno mes del año como su favorito para pelear debido a la importancia que le daba su público mexicano (incluso subió al ring en una oportunidad con los colores de la bandera de México en sus pantaloncillos y un sombrero, pero lo hizo en mayo contra De la Hoya).

En los Pago Por Evento (PPV en inglés) el norteamericano peleó en tres ocasiones durante fines de semana patrios, todas siendo el verdugo de los aztecas: en 2009 venciendo a Juan Manuel Márquez y generó 69 millones de dólares, en 2011 derrotando a Víctor Ortiz, logró 97 MDD y en 2013, dio una lección a Saúl “Canelo” Álvarez y dejó una derrama de 160 MDD.

Floyd Mayweather Jr. adoptó los colores mexicanos para conquistar el mercado del box. (Foto: Getty Images)

Hoy quien lleva la estafeta del orgullo mexicano en el mes patrio es el mismo tapatío Canelo Álvarez, quien por la importancia deportiva y mediática se convirtió en el heredero natural.

El jalisciense tuvo su primera pelea en el 2009, cuando apenas era un prospecto, sin embargo se consagró combatiendo en esta fecha de manera consistente por seis años consecutivos. Su marca histórica en estas fechas es de siete victorias, un empate y una derrota.

Las peleas de Canelo en septiembre han dejado más de 377 millones de dólares en ventas de PPV (una con Mayweather y dos con Gennady Golovkin).

¡Viva México, cabrones!

Actualmente las dos fechas con mejores números para el boxeo mundial económicamente hablando son el segundo fin de semana de septiembre (por las fechas patrias) y el primer fin de semana de mayo (por la Batalla del 5 de Mayo). La presencia del público mexicano en este deporte es fundamental por la derrama económica que dejan en estos eventos.

El destino quiso que México comenzara su lucha de independencia en septiembre. El destino quiso que los mexicanos fueran buenos en el boxeo. Y es el mismo destino que pone a los aztecas como las autoridades del negocio dentro del pugilismo.

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