Amar no es sufrir, querer sí es gozar: adiós al mito del amor romántico
Quienes crecimos con películas de princesas y comedias románticas, de las que terminaban en besos bajo la lluvia, bodas heterosexuales y promesas de felicidad eterna, invariablemente terminamos por traducir esos mensajes en nuestras relaciones amorosas: creímos que el amor es eterno e inmutable, que todo lo puede y que además necesitábamos hacer sacrificios para alcanzarlo.
El machismo ha sido una parte importante en la construcción del mito del amor romántico. No obstante, para la doctora Coral Herrera, investigadora y creadora de la Escuela del Amor, no se trata de renunciar al romance, sino de encontrar otras formas de quererse:
Al amor romántico se le puede liberar de toda su carga machista y patriarcal y de todas las falsas promesas con las que nos seducen a las mujeres para que caigamos en el mito romántico”, señala en entrevista. “Hay muchas formas de quererse y hay que romper con el mito tradicional cargado de estereotipos y cargado de falsas promesas.
¿A qué deberíamos aspirar entonces, cuando los mensajes que recibimos nos han orillado a repetir modelos tradicionales de pareja? Quizá a lo que ella llama “amor del bueno”:
Un amor compañero basado en el respeto mutuo, en el cariño, en la solidaridad, en la honestidad, en la comunicación. No se trata de distinguir entre “bueno” y “malo”, se trata de que cada cual encuentre la manera en que quiere compartir su vida con sus parejas. El 14 de febrero puede ser una fecha muy linda para celebrar el amor en su máxima expresión, no solo el amor de pareja.
Pareja en la “Tomatina”. España. 28 de agosto de 2002. (Photo by Carlos Alvarez/Getty Images)
Y es que, en América Latina, el 14 de febrero no solamente festeja el amor romántico entre pares, sino la amistad: una forma de amor valiosa que no está por debajo de otro tipo de relaciones.
Eso siempre me ha gustado mucho: que el 14 de febrero sea un día para demostrar amor a tu pareja pero también a tu gente querida. Centrarlo sobre la pareja es limitar nuestra capacidad de amar. Somos seres con un gran capacidad para tejer redes de afecto muy hermosas.
¿Y qué podemos hacer para tener una relación bonita, basada en el respeto mutuo? Coral Herrera nos da algunas pistas:
Hay muchas formas de quererse, no tenemos que limitarnos al modelo tradicional del príncipe que encuentra a la princesa y la salva para llevársela al palacio y ser felices y comer perdices. Es un trabajo individual y a la vez colectivo, y se trata de activar la imaginación y ponernos creativas y creativos. Explorar nuevas formas de relacionarse y organizarse, explorar nuevas formas de quererse que no pasen por el patrón tan limitado de la pareja tradicional heterosexual y monógama.
Pareja de mujeres casándose en Iowa, Estados Unidos. 7 de abril de 2009. (Photo by Scott Olson/Getty Images)
Como mencionábamos al principio, los medios de comunicación han jugado una parte crucial en nuestra percepción de lo que deben ser las relaciones amorosas. Sin embargo, nunca es tarde para replantearnos los mensajes que recibimos y asimilamos, así como lo que aprenden las nuevas generaciones sobre el amor:
A la gente joven tenemos que ofrecerles otro tipo de tramas, otro tipo de héroes, otro tipo de heroínas, otro tipo de finales felices” señala Herrera. “No les ofrecemos otros modelos amorosos, el único que está en nuestra cultura es el modelo de amor monógamo exclusivo, para siempre, eterno, entre un hombre y una mujer, con el objetivo de formar una familia feliz. Si los jóvenes vieran otro tipo de uniones amorosas podrían sentirse mucho más libres para elegir con quién quieren estar y cómo se quieren relacionar”.
