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Así fue como la revista “Eres” marcó a toda una generación

Durante gran parte de los años noventa y principios de los "dosmiles", la Revista Eres formó parte de la cultura pop mexicana.

– ¿Y tú, quién eres?

Así decía el slogan con el que se promovía la revista Eres en los años noventa. Aunque a los jóvenes y adolescentes de hoy en día el nombre de esa publicación les dice poco o nada, para toda una generación es parte de sus recuerdos más íntimos y mejor guardados, pues pocos se atreven a decir que eran sus lectores.

Durante gran parte de los años noventa y principios de los “dosmiles”, la revista Eres formó parte -casi siempre de forma indirecta- de la cultura pop mexicana. A continuación analizaremos un poco de su historia y la forma en la que influyó en la sociedad.

La “nueva revista para jóvenes”

El primer número de la revista Eres se publicó el 16 de septiembre de 1988 bajo el sello de Editorial Televisa, era quincenal y estaba enfocada al público juvenil. En sus páginas uno podía encontrar consejos de moda, amor, tips para la vida, belleza y hasta horóscopos, así como entrevistas a personalidades de la música, el cine y la televisión.

Uno de los ganchos que hicieron que esta revista fuera una de las más vendidas de México fue su diseño completamente apegado al estilo de los años noventa, con colores chillones y fluorescentes, así como una carga exagerada de detalles gráficos en cada página. La redacción de sus artículos era otra cosa muy peculiar y trataba de emular el lenguaje juvenil de la clase media alta. No era difícil toparse una y otra vez con términos como “ligue”, “truene”, “faje”, “me late”, “cuero”, “prendido”, “rollazo”, “de pelos”, “lo mandaron a volar”, “tus rollos”, etc.

Cada portada venía engalanada por uno o dos famosos, entre quienes había cantantes, actores, modelos y hasta deportistas. Algunos de los protagonistas de estas portadas fueron Luis Miguel, Shakira, Gustavo Cerati, Ricky Martin, Britney Spears, Jorge Campos, Enrique Iglesias, Paulina Rubio, Alejandro Sanz, Backstreet Boys o Hanson, por citar algunos.

Algunas de estas portadas presentaban combinaciones muy extrañas, que a la distancia resultan divertidas, intrigantes o unas verdaderas joyas.

Como detalle curioso, el artista que apareció en más portadas fue Luis Miguel, quien tradicionalmente lo hacia en los números especiales de aniversario.

Para promocionar cada número había comerciales de televisión en donde interactuaban los invitados de cada número:

https://youtu.be/hybJXbF_4HI

Importancia y decadencia

Tan trascendente fue la revista Eres, que por varios años realizaban su propia entrega de premios a lo mejor de la televisión y la música, emulando lo que hacían algunas cadenas televisivas estadounidenses a la que sólo tenían acceso un segmento reducido de la población. Incluso publicaban una edición especial con los pormenores del evento y hasta un disco recopilatorio con las canciones interpretadas durante el evento. Los primeros premios fueron en 1991 y los últimos en 2001.

Otro aporte de la revista Eres, fue la difusión de artistas internacionales donde se incluían reseñas de discos y los rankings de canciones tanto en español como en inglés, información que sirvió para sembrar la curiosidad en varios lectores, provocando que buscaran otro tipo de música. También publicaban ediciones especiales de música cada seis meses.

La llegada de un nuevo milenio marcó el inicio del fin para esta revista, que poco a poco dejó de ocupar el sitio privilegiado que tenía. Aunque su imagen y concepto varias veces fue relanzado, ya no pudo conectar con las nuevas generaciones. Las llegada de Internet, así como de otras propuestas editoriales más frescas hicieron que el estilo de Eres se volviera obsoleto. Finalmente en diciembre de 2012 se publicó el último número.

Aunque en honor a la verdad no desapareció del todo, pues aún sobrevive Eres Niños, versión infantil de Eres que comenzó a publicarse en el 2000 y que está 100% dirigida al público infantil.

Eres y nuestra educación sentimental

Pero… ¿realmente la historia de esta revista se limita a la superficialidad de un producto dirigido a los jóvenes? No exactamente, pues detrás se esconde un poco de la formación sentimental de quienes hoy andan entre los treinta y cuarenta años.

No importaba que no se estuviera en edad de enamorarse, o que ni siquiera se contara con alguna pareja o prospecto, todo aquel que por azares del destino se topaba con una Eres aprovechaba para contestar tests como “¿realmente le gustas al chico de tus sueños?”, “¿estás a punto de romper con tu pareja?”, o “¿estás listo para tu primera vez?”.

En teoría era una revista unisex pero su contenido estaba dirigido al público femenino. Este pequeño detalle no detenía a los caballeros, quienes adaptaban los dichosos tests cambiando el género de las preguntas y contestándolas como si fueran adaptadas para ellos; así, en vez de indagar “si te ama el chico de tus sueños”, invertían el sentido del cuestionario para que ellos también pudieran saber “si te ama la chica de tus sueños”. En el colmo de lo absurdo muchos llegaban a deprimirse si el resultado que obtenían no era el deseado.

Aunque a la distancia podemos ver su contenido como ridículo o absurdo, por aquel entonces muchos de sus lectores deseaban fervientemente enamorarse, ser correspondidos y tener a otra persona para compartir los días. Si somos honestos, aún y cuando lo que leíamos en esas páginas nos parecía completamente ajeno, el tener esa publicación nos daba cierto sentido de pertenencia (aunque fuera de lejos) a un mundo del que anhelábamos formar parte.

Vale la pena mencionar los especiales sobre sexualidad que llegaron a publicar, donde se sin tapujos se tocaban temas como el uso de anticonceptivos, las enfermedades venéreas y los cambios corporales que se sufren con la llegada de la pubertad. Si consideramos que esta revista empezó a circular años antes de que se diera el boom masivo de Internet, y que aún en esa época había muchos tabúes entorno a la educación sexual, entonces el valor de esta revista se redimensiona.

¿Cuántos pre-adolescentes habrán encontrado en las páginas de Eres información sobre relaciones de pareja, problemas de noviazgo y sexualidad, en un tiempo donde estos conocimientos estaban resguardados por las “buenas costumbres”?

Un viaje al pasado

Ya sea en locales especializados en venta de libros y revistas viejas, en salones de belleza o en cajas de nuestros propios hogares, aún hoy es posible encontrar números atrasados de la época dorada de la Revista Eres.

Sumergirse en sus páginas es un ejercicio interesante, divertido y un tanto surreal. Ahí, entre esas revistas, se encuentran trozos de un pasado que nos parece ajeno, casi prehistórico, en donde todo era muy distinto. A pesar de esta lejanía es posible tender algunos puentes al presente y conectar con nuestro “yo” adolescente.

¿Placer culposo? ¿una fuente para resolver los conflictos de la pubertad? ¿el primer intento de la juventud mexicana por encontrar su propio lenguaje? Todo eso y más llegó a representar esta revista de la que pocos confiesan haber sido lectores, pero cuyos ejemplares inevitablemente pasaron por las manos de todos.

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