Hace dos décadas Antonio perdió sus piernas y el ojo izquierdo en un accidente, por lo que pasa gran parte del día postrado en una cama en una vivienda en el Cerro del Chiquihuite.
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Pese a su discapacidad, Antonio se niega a desalojar su casa, ubicada en la zona considerada por las autoridades de mayor peligro, ante la posibilidad de un nuevo deslave del cerro del Chiquihuite.
“Yo estoy confiado en Dios, joven, que no pasa nada… ¿Le han ofrecido ayuda las autoridades para sacarlo de aquí?… Sí, me ofrecieron ayuda, pero no, ahora sí, no quiero, vaya, por decir, no acepto”, explicó Antonio García, habitante zona de riesgo.
En un comunicado, el Gobierno del Estado de México informó que se realiza un censo para conocer el estado jurídico y las condiciones de las viviendas afectadas por el desprendimiento del cerro el pasado 10 de septiembre… Con esa información se podrá ayudar a las familias de manera conjunta con el Ayuntamiento de Tlalnepantla.
Pero por ahora, la prioridad es desalojar a la población que habita en esa zona, ante el riesgo de un nuevo desgajamiento.
“Ya nos dio un papel firmado donde ya nos tienen registrados de que fuimos notificados, las personas que quieran quedarse están en todo su derecho, pero claramente fueron notificados, bajo su propio riesgo… ¿Cuál fue tu decisión?… Quedarnos, quedarnos porque ahorita ha habido muchísimos robos se han dado casos de que se han metido a robar”, dijo Alejandro Salazar, vecino zona de riesgo.
Algunas de las casas fueron desocupadas
Dentro de algunas de las casas que ya fueron desocupadas, solo quedan algunos animales de compañía abandonados.
“Sus dueños se fueron desde el primer día que les dijeron a ellos y uno de mis hijos les baja a dar de comer ahora si que las sobras de las comidas de nosotros”, relató Faustino Flores, vecino de Lázaro Cárdenas.
A dos kilómetros de la llamada zona cero, en la casa de Cultura Lázaro Cárdenas, fue instalado el pasado 17 de septiembre un centro de atención para personas afectadas por el deslave del cerro del Chiquihuite, que hasta el momento ha recibido 153 solicitudes de apoyo.
Poca gente duerme en los tres albergues temporales
Poca gente duerme en los tres albergues temporales que fueron instalados desde el día que se registró la tragedia.
En la Iglesia del Sagrado Corazón solo 35 personas pasaron la noche del domingo para el lunes.
“La mayoría de las personas han optado mejor por buscar con familiares… sí pasan mucho frío por más que tratamos de acondicionarlos, no tienen colchonetas, colchones, catres tenemos solamente unos cuantos, creo que 10 más o menos”, aseguró Dulce Tinoco, voluntaria de la parroquia del Sagrado Corazón.
En la zona del derrumbe continúa la búsqueda de las dos personas que permanecen desaparecidas: Paola Daniela y su hijo Jorge Dilan, de cinco años de edad, al tiempo que trabajan con maquinaria pesada para estabilizar el terreno.
Con información de Carlos Guerrero
HVI
