A 14 mil 500 kilómetros de Washington. A 4 mil 700 kilómetros de Pyongyang.
Un minucioso estudio determinó que Singapur era un sitio suficientemente neutro para la reunión entre el magnate presidente Donald Trump y el poderoso heredero Kim Jong-un, de 35 años. Ambos protagonistas del más reciente prólogo de una guerra fría en la que nadie querría participar.
Ambos se trataron como políticos y como personajes en la primera reunión de un presidente de Estados Unidos con un líder de Corea del Norte. Se encontraron para tratar un tema toral: la desnuclearización de la Península de Corea.
La Unión Europea, en voz de Federica Moguerini, y Rusia, en voz del vicecanciller Serguei Riabkov, se manifestaron dispuestos a apoyar cualquier avance en las negociaciones.
La reunión en el hotel Capella, de la isla de Sentosa, duró más de 5 horas. Primero un encuentro a solas con traductores, luego una reunión extendida, más tarde un almuerzo.
Por un lado, la promesa de Estados Unidos de no intervenir en la política de Corea del Norte, por otro lado, la apertura de Pyongyang de contribuir a una nueva etapa de entendimiento.
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El heredero Kim Jong-un, casado con una de las mujeres más hermosas de Corea del Norte, comandante supremo del Ejército de la República Popular de Corea del Norte y en el poder tras la muerte de su padre, en 2011, salió a pasear unas horas por Singapur. El presidente de Estados Unidos le invitó a salir, le mostró su auto, y le dejó claro que el viaja en una bestia.
En Rusia, la mayor potencia en recursos naturales del planeta, la reunión fue seguida con mucho interés. Las relaciones entre Corea del Norte y Rusia han sido intensas. Hay deudas económicas y de cooperación técnica, y más del 60 por ciento de los rusos considera que la posesión de armas nucleares por Corea del Norte es una amenaza, porque además son vecinos.
La frontera entre Rusia y Corea del Norte mide sólo 17 kilómetros y es la más pequeña en éste, el país más grande del mundo, que comparte límites con 14 países: Noruega, Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Bielorrusia, Ucrania, Georgia, Azerbaiyán, Kazajistán, Mongolia, China y Corea del Norte.
A dos días del inicio de la Copa del Mundo, cuando delegaciones y presidentes de todo el mundo, no todo se trata de nuestro adorado y bello futbol. En Rusia, no. Vladimir Putin en china, Donald trump con Kim Jong-un. Nuevas alineaciones y estrategias en un mundo político que se mueve rápidamente.
¿Cómo se saluden, quién se siente junto a quién, quién venga a la imponente Moscú a festejar con Rusia el inicio de su soñado mundial? Eso también querrá decir muchas cosas.
Con información de Karla Iberia Sánchez
AAE
