El 25 de octubre, fecha en que iniciará la consulta sobre la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), convocada por el gobierno de transición, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, de San Salvador Atenco, realizará una marcha en contra de la construcción de un Aeropuerto en cualquier punto de la cuenca del Lago de Texcoco.
“Este 25 de octubre vamos a marchar del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución, es el día por cierto que inicia lo de la consulta, el proceso de consulta, pero nosotros vamos a marchar y a decir aquí estamos, nos seguimos organizando, independientemente, independientemente del resultado que dé lo de la consulta, para nosotros la lucha no se acaba”, apuntó Trinidad Ramírez, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, de San Salvador Atenco.
Al participar en un foro en la Universidad Iberoamericana, diversos activistas que se oponen a la construcción del Aeropuerto en Texcoco, criticaron la pregunta que contendrá la consulta, pues aseguraron, la base militar de Santa Lucía tampoco es una alternativa.
“No queremos que esto provoque una división de los pueblos originarios, tenemos que ser muy claros de lo que nos une […] No podemos decir no lo hagan aquí, háganlo en otro lado, o háganlo en Santa Lucía”, dijo Raúl Martínez, de la Plataforma Organizativa Contra el Nuevo Aeropuerto y Aerotrópolis.
Hernán Correa, académico del Grupo Inter colegiado de Intervención en Ecología Política, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), explicó que “la pregunta dice -y construir 2 pistas en la Base área de Santa Lucía- implica transferir de alguna manera ese problema de densificación urbana a Tecámac-Zumpango y esa es la objeción”.
Fernando Córdova, integrante del Consejo Asesor para la Consulta del Aeropuerto defendió la pregunta que se elaboró para la consulta, “porque es un momento de resolver este problema en paz […] Es un momento de decir, -no queremos Texcoco- y se resuelve de manera pacífica”.
Sin embargo, dijo que Texcoco no es una opción viable por lo que, si las obras se detienen en este momento, se podría reparar el daño ambiental en el 99 por ciento del terreno, situación que sería imposible si continúan.
(Con información de Carolina Altolaguirre)
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