El trastorno de identidad sexual también es conocido como disforia de género y se refiere a una condición en la que los pacientes tienen un nivel significativo de descontento con el sexo biológico que les fue asignado cuando nacieron.
Este trastorno es diferente de la homosexualidad o bisexualidad porque estas están más orientadas hacia la preferencia sexual de una persona, mientras que la disforia de género está relacionada con la insatisfacción con el sexo y el género con el que nacieron.
El trastorno de identidad sexual está clasificado oficialmente como un trastorno médico en la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-10), donde se refiere que es causado por una combinación de factores conductuales, psicológicos y biológicos. Cabe mencionar que aunque se incluye en el manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales DSM-5, el trastorno de identidad sexual no es una enfermedad mental.
Aún se desconoce la causa exacta del trastorno de identidad sexual, pero la investigación ha mostrado que puede comenzar desde el desarrollo fetal, en el útero de la madre. El desequilibrio hormonal también puede afectar el cuerpo del paciente, incluido el cerebro, los genitales y los órganos reproductivos.
Los síntomas del trastorno de identidad sexual se pueden observar desde la niñez y pueden incluir lo siguiente:
- Disgusto al ver o pensar en sus genitales.
- Insistir repetidamente en que es una niña / ella es un niño
- No cumplir con las prácticas tradicionales de orinar, como negarse a sentarse o levantarse
- Mostrar signos de angustia por los cambios provocados por la pubertad
- Aislamiento
- Signos de ansiedad
- Signos de soledad y depresión
Todos estos síntomas pueden estar relacionados con el descontento con el cuerpo o el género con el que nacieron y por lo general, los niños se negarán a usar ropa diseñada para el género que les asignaron al nacer, o se negarán a participar en “actividades de género”, como jugar con muñecas o automóviles, por ejemplo.
