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CRIMEN Y SEGURIDAD

Ejecutan en silla eléctrica a hombre que mató a dos mujeres

Stephen Michael West fue declarado culpable hace 33 años, cuando fue condenado a muerte

Aunque pueda parecer que pertenece a una época antediluviana, la silla eléctrica todavía se mantiene como un método de ejecución en varios estados de Estados Unidos, incluyendo Tennessee, donde un reo optó por morir esta semana en la silla eléctrica, en lugar de la inyección letal, un método no menos polémico.

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Luego de pasar 33 años en el llamado corredor de la muerte (death row), Stephen Michael West fue ejecutado la noche del jueves en la silla eléctrica en un penal del estado. Tenía 56 años de edad.

El señor West fue hallado culpable de torturar y asesinar a Wanda Romines, de 51 años, y su hija de 15 años, Sheila Romines. También fue acusado de violar a la adolescente.

Estos hechos ocurrieron en 1986, con la ayuda de un individuo de nombre Ronnie Martin, quien al momento de cometer el crimen tenía 17 años de edad. Por su condición de menor, Martin no recibió la pena de muerte, pero sí fue condenado a cadena perpetua.

El señor West mantuvo su declaración de inocencia hasta el final. Aunque admitió su culpa en las agresiones físicas y sexuales del caso, dijo que el único culpable de los homicidios fue su cómplice, Ronnie Martin. Madre e hija fueron apuñaladas en repetidas ocasiones hasta perder la vida.

A lo largo de los 33 años que el reo estuvo en death row, la fecha de su ejecución era pospuesta una y otra vez gracias a la promoción de amparos de parte de sus abogados.

Su equipo legal pidió clemencia al estado hasta la última instancia, alegando que su cliente padecía trastornos de salud mental, que fue abusado en su infancia, y que su conducta en prisión había sido ejemplar, pero ni los jueces, ni el gobernador lo absolvieron de la pena.

Stephen Michael West es el tercer reo que opta por la silla eléctrica en menos de un año, desde que el estado de Tennessee restituyó la pena de muerte. En total, cinco reos han sido ejecutados desde agosto de 2018.

Según medios locales, el señor West fue amarrado a la silla eléctrica, y ya tenía puestas las esponjas alrededor de sus tobillos cuando pronunció sus últimas palabras:

“Al principio, Dios creó al hombre”, dijo entre lágrimas. “Y Jesús lloró. Eso es todo”.

Acto seguido, los custodios le quitaron sus lentes, lo mojaron con agua salada y cubrieron su rostro con un velo. El reo recibió una primera descarga de 1,750 voltios por 20 segundos. Tras una pausa de 15 segundos, recibió una segunda descarga del mismo voltaje por 15 segundos, para luego ser declarado muerto.