Inicio  /  Historias
SALUD

Relatos de sexo GRATIS más excitantes

Muchos de los relatos de sexo que se encuentran en Internet suelen cobrar algún tipo de suscripción para poder acceder a ellos, incluso, algunos sobrepasan altas cantidades monetarias debido a la exclusividad de su contenido.

Sin embargo, también abundan los relatos de sexo gratis que son sumamente excitantes y que atrapan la atención de aquellos lectores eróticos que buscan experimentar a través de las vivencias sexuales de otras parejas.

Relatos de sexo gratis

Aquí te dejamos algunos de los relatos de sexo más placenteros.

Ese día salimos tarde de la última clase de maestría. Apenas llevábamos una semana saliendo. Yo no esperaba que ese día se llevara a cabo nuestra primera sesión de sexo; una de las más intensas de mi vida. Fuimos a cenar y comenzamos a hablar de nuestras fantasías sexuales, mismas que no habíamos cumplido. En ese momento decidimos llevar a cabo una. Pagamos la cuenta y fuimos a mi departamento. Llevamos a cabo el famoso juego de roles: yo sería el hombre que acababa de conocer en un restaurante y quien la abordó para sugerirle sexo de una noche, lo cual ella aceptó. En cuanto entramos a la habitación comenzamos con besos apasionados y a desvestirnos de manera muy efusiva. La tomé del pelo y la llevé hasta la cama. La coloqué en la orilla y comencé con el sexo oral para después tumbarla y seguir con la acción hasta llevarla al clímax. No esperaba menos de nuestra primera vez juntos.

-Ernesto, 29 años.

Estábamos en casa de mi mejor amiga disfrutando de la alberca. Verlo en traje de baño, con el abdomen descubierto levantó mis más bajas pasiones. Yo tenía el bikini perfecto para conquistarlo. Después de cruzar ciertas palabras, tomar unos tragos juntos, comer, sentarnos a ver el atardecer y llegó el momento de nuestro primer beso. No pudimos resistir a tumbarnos en el paso y metió sus dedos debajo de mi top y los de la otra mano en el calzón. Bastaron unos movimientos para que me hiciera llegar al clímax más espectacular. Quise responder de inmediato, desbroce los cordones de su short y metí mi mano derecha para dejar que entrara en acción mientras mi lengua recorría su cuello. Logré hacerlo terminar. No pudimos haber tenido un mejor atardecer.

-Melina, 31 años.