¿Qué hace a un hombre metrosexual? Este término se popularizó hace unos años para identificar a un tipo de hombre y ahora podemos decir que a los metrosexuales se les define como un habitante urbano heterosexual, sensible, bien educado, que está en contacto con su lado femenino.
En 1994, fue el periodista Mark Simpson en un artículo para The Independent, en el que se refería al hombre metrosexual como “el joven soltero con un alto ingreso disponible, que vive o trabaja en la ciudad (porque ahí es donde están las mejores tiendas)” y que “es quizás el mercado de consumo más prometedor de la década”.
Así, el término, originalmente, describía más a un sujeto de consumo que a un tipo de hombre que le gusta andar arreglado, pero nació en una época en la que la homosexualidad masculina todavía estaba estigmatizada y en parte criminalizada en ese entonces, y el deseo masculino de ser deseado no sólo fue despreciado, sino que además se consideraba narcisismo, algo que en ese entonces era esencialmente femenino.
Para finales del siglo 20, la imagen de metrosexual era representada por David Beckham, pero aún no se tenía claro del todo lo que un metrosexual es. La metrosexualida no es superficial. No se trata de tratamientos faciales y bolsas de hombre; tampoco se trata de que los hombres se vuelvan “femeninos” o “homosexuales”. Se trata de que los hombres se conviertan en todo. Para ellos mismos. Tal como se ha animado a hacer a las mujeres desde hace algún tiempo, es decir, se trata de hacerlos más propensos al consumo.
En otro estudio de mercadeo se señala que los metrosexuales están dispuestos a superar los límites de género tradicionales que definen lo que es masculino y lo que es femenino, pero sin dejar de ser o sentirse nunca como algo más que “hombres de verdad”.
