En Reino Unido, una mujer es acusada de apuñalar a su esposo, delito que cometió porque estaba harta de seguir viviendo con él en una relación abusiva. Cuando llamó al servicio de emergencias, le aseguró al operador que prefería la cárcel.
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David Jackson, de 78 años, murió el 13 de febrero luego de ser apuñalado tres veces con un cuchillo por su tercera esposa, Penelope Jackson, de 66 años. Antes de la agresión, la pareja había celebrado el cumpleaños de Penelope y apenas habían terminado de hacer una videollamada con su hija cuando empezaron a discutir sobre un asunto trivial.
En su declaración a la policía, la acusada dijo que se había ido a la cama con un cuchillo debajo de la almohada para protegerse. “Cuando me desperté, sentí que ya no podía hacer esto y tenía la intención de quitarme la vida y planeaba cortarme las venas”.
“Le dije a David que ya había tenido suficiente y que me iba a suicidar y él dijo: ‘Hazlo entonces’. Entonces pensé: ‘¿Por qué debería ser yo? Eres tú'”.
Fue entonces que la señora Jackson apuñaló a su marido, y éste llamó de inmediato al servicio de emergencias 999. Dicha llamada, con una duración de 18 minutos, fue reproducida frente al jurado esta semana, según los reportes de medios británicos.
La señora Jackson tomó el teléfono mientras su esposo se desangraba en el piso de la cocina. Le dijo al operador: “Traté de apuñalarlo en el corazón pero no tiene uno”. Cuando el operador le preguntó por qué lo hizo, ella respondió:
“Maté a mi marido porque ya tuve suficiente. Podría ir y apuñalarlo de nuevo. Estoy en la sala, él está en la cocina desangrando hasta morir espero”.
Una relación tóxica en exceso
Penelope y David estuvieron casados por 24 años. David era un militar jubilado que conoció a Penelope cuando todavía estaba casado con su segunda esposa. Aunque a primera vista parecía una pareja ordinaria, la gente que los conocía de cerca sabía que se trataba de una relación bastante tóxica.
Sheila Taylor, exesposa de David, le dijo al jurado que este no se atrevía a abandonar a Penelope, porque tenía miedo de que ella le cortara el miembro viril mientras dormía. “Me va a hacer un Bobbitt”, decía David, en referencia al infame caso de un hombre mutilado por su esposa en 1993.
Por su lado, Penelope escribía una nota que fue hallada por la policía en su recámara luego de ser detenida. “He sufrido tanto abuso a lo largo de los años, miren mis denuncias”, indicó la nota escrita por la acusada.
“Pero era un buen papá. Sin embargo, la máscara se desprendió esta noche. Eso fue imperdonable. Acepto mi castigo, que se pudra en el infierno”.
En su llamada con el operador de emergencias, Penelope dijo: “Estoy de acuerdo en que es una solución terrible, pero es la única salida para mí. Lo quiero fuera de mi vida. Terminaré en la cárcel, pero eso es preferible a mi vida ahora”.
Se espera que el juicio de Penelope Jackson concluya en dos a tres semanas.
