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POLíTICA

El muro de Trump: la historia de una derrota

Con las próximas elecciones en Estados Unidos, se decidirá si se continúa la construcción del muro de Donald Trump

Una de las propuestas más polémicas, pero también de las que más votos le dieron a Donald Trump en la elección presidencial de 2016, fue la de construir un muro en la frontera con México. ¿Cuál es el origen y qué ha sido de este proyecto? Te explicamos a continuación.

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La frontera entre Estados Unidos y México se ha modificado a lo largo de la historia debido a conflictos binacionales y acuerdos de compraventa. La línea fronteriza que conocemos al día de hoy mide 3,175 kilómetros del Pacífico al Atlántico. Con 4 millones de cruces legales al día, y otros mil ilegales estimados, es la frontera más transitada del mundo.

Si bien la Patrulla Fronteriza vigila la línea divisoria desde 1924, fue hasta 1994 cuando el entonces presidente Bill Clinton inició la construcción de un muro de acero en la frontera con México, en los estados de California y Arizona.

Desde entonces, sin distinción entre demócratas o republicanos, los diferentes presidentes de Estados Unidos -Bush y Obama- han continuado con la colocación de columnas de acero, paredes de concreto y cercas vehiculares para obstaculizar el cruce de la frontera.

Para 2015 había poco más de mil kilómetros de vallas. Ese año, el magnate de las bienes raíces, Donald Trump, inició su campaña presidencial con un discurso en el que convirtió la promesa de un nuevo muro a lo largo de toda la frontera con México en un estandarte para sus seguidores.

Según Trump, el muro evitaría el tráfico de drogas, aumentaría los empleos para estadounidenses y daría más seguridad a ese país. Sin embargo, cuando el republicano llegó a la Casa Blanca, se dio cuenta de que construir el muro no sería tan sencillo, ni tan barato.

En febrero de 2017, un informe del Departamento de Seguridad calculó que el sueño del presidente costaría 22 mil millones de dólares, 10 mil millones más de los que Trump estimó durante su campaña.

Oficialmente, la construcción del nuevo muro comenzó en febrero de 2018 en Calexico, California, con el reemplazo de 32 kilómetros de antiguas placas oxidadas por barrotes de nueve metros de altura. Pero la construcción ha tenido varios problemas.

Al inicio de 2019, el Congreso estadounidense no aprobó los multimillonarios recursos que el presidente Trump solicitó para la construcción del muro. El desacuerdo entre ambos poderes originó un cierre de la administración, es decir, el paro de todos los servicios públicos -excepto los esenciales como salud y seguridad-.

Finalmente, la Cámara de representantes aprobó 1,400 millones de dólares para el muro, con lo que solo alcanzaba para 88 kilómetros de barrotes.

Posteriormente, en una acción extraordinaria, Trump declaró “estado de emergencia”, medida con la que pudo acceder a una bolsa de ocho mil millones de dólares.

En febrero, The Washington Post tuvo acceso a un informe de la Casa Blanca que proyecta que para enero de 2021 el muro debería tener 800 kilómetros de avance. Sin embargo, en enero de 2020, apenas se han construido 180 kilómetros.

Tiempo después, en agosto fue detenido el exasesor del presidente Trump, Steve Bannon. La Fiscalía de Nueva York lo acusó de desviar un millón de dólares de los 25 millones que recaudó la campaña privada de fondeo We build the wall, en apoyo al nuevo muro. El presidente se deslindó y dijo que hace mucho tiempo no tiene relación con Bannon.

A falta de un muro físico, el gobierno de Trump optó por una estrategia económica. En mayo de 2019, el presidente estadounidense anunció que, si México no detenía el flujo migratorio hacia Estados Unidos, impondría un arancel de 5% a todos los productos hechos en México.

A final de cuentas la amenaza de aranceles no se cumplió, el flujo de migrantes que llegó a Estados Unidos se redujo, mientras que México funcionó como muro al emplear a la Guardia Nacional para frenar las caravanas de centroamericanos, detuvo a 180 mil migrantes, 43% más que en 2018.

Si bien la conclusión de la barrera parece lejana, Trump sí cumplió otras promesas de campaña en perjuicio de los migrantes. En septiembre de 2017 anunció la suspensión del programa DACA, que permitía que los jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo niños evitaran temporalmente la deportación.

Los principales afectados serían dreamers de origen mexicano, ya que, de acuerdo con cifras oficiales, representan el 79% de los 800 mil beneficiarios del DACA.

¿Qué pasaría con el muro si Trump pierde la elección?

El candidato demócrata, Joe Biden, declaró recientemente que, en caso de ganar, detendrá la construcción del muro.

“No habrá otro pie del muro construido en mi administración, en primer lugar. Y en segundo lugar, me aseguraré de que tengamos protección en la frontera, pero se basará en alta tecnología para manejarla”, declaró Biden.

Por lo que la moneda está en el aire: si Trump se reelige, se esforzará por terminar todo el muro antes de 2025; si Biden gana, el control migratorio será más estricto en las aduanas.