A poco más de un mes del cincuenta aniversario de la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco, en Internet hay varias peticiones para cambiar el nombre de varias calles y lugares públicos que hacen alusión a los expresidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría.
La memoria del Movimiento de 1968 en México da signos de no haber muerto con varias peticiones en la plataforma digital Change para cambiar el nombre de calles y lugares del país. Una demanda con más de mil 300 firmas solicita que se renombre el aeropuerto Gustavo Díaz Ordaz de Puerto Vallarta, debido a que
… no es grato que los Vallartenses demos esa imagen a los visitantes, proponemos que haya un plebiscito para que los ciudadanos elijamos un nombre que realmente nos identifique y no uno de un asesino”, señala la petición dirigida al Gobierno de la República, a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y al Grupo Aeropuertario del Pacífico.
La polémica sobre el nombre que debe llevar el aeropuerto se extendió también al nombre de la colonia y al del malecón “Díaz Ordaz”, y finalmente, alcanzó al Consejo Técnico de Nomenclatura de Puerto Vallarta, donde los regidores Rodolfo de Jesús Hurtado Ortega y Peri Cuevas discutieron la cuestión.
Novecientas personas firmaron una solicitud para cambiar el nombre del bulevar Gustavo Díaz Ordaz en Tijuana, Baja California, por el de bulevar Aguascalientes Sur. El argumento de esta carta es el siguiente:
Es hora de dejar de honrar la memoria de una persona que legitimó la violencia con fines políticos. Por su propio bien, Tijuana no debe permitir la glorificacion de la violencia”, señala el documento.
Esta no es la primera vez que la mención de Díaz Ordaz ha generado descontento entre los mexicanos. En la década de los setenta, cuando fue nombrado embajador de México en España, varios personajes públicos mostraron su inconformidad. Por ejemplo, el pintor José Luis Cuevas le envió un breve texto al presidente José López Portillo por su decisión, que decía:
Manifiéstole indignación ante nombramiento Gustavo Díaz Ordaz, asesino de Tlatelolco”, vía Proceso.
Habitantes de Saltillo, Coahuila, también solicitan un cambio de nombres para el periférico “Luis Echeverría”, ubicado en la ciudad.
El nombramiento de las calles es un proceso delicado que implica reconocimiento burocrático (el nombre oficial de las calles aparece en el registro de Hacienda y en la credencial de elector, por ejemplo), pero también un acuerdo tácito entre los habitantes de los lugares. Por lo general, las personas se refieren a los sitios en función del significado que tienen para ellas.
