CRIMEN Y SEGURIDAD

Revelan maltrato a niños que murieron durante un incendio en Iztapalapa

El predio donde se encontraban las chozas de lámina y tabiques sobrepuestos donde vivían los siete menores, en las calles San Miguel y avenida las Torres, en la colonia Buenavista, continúa vigilado por la Policía de la Ciudad de México.

Los vecinos aseguraron que desde hace un año habían denunciado ante el DIF capitalino la situación de los menores.

“Se les había denunciado al DIF y a la delegación, pero nunca vinieron”, apuntó Verónica López, una vecina.

¿El DIF nunca les dio folio, algún número de denuncia?

“No tampoco, porque dijeron que hasta después de las vacaciones estas que iban a venir, pero no se les veía forma de que vinieran”, señaló Graciela Gutiérrez, una vecina.

“Siempre los encontrábamos en la calle, tenían su ropa muy sucia. Siempre a los niños los veíamos solos”, agregó Ariadna.

Este domingo, los cuerpos de los siete menores de entre 2 y 13 años de edad fueron velados por vecinos en un domicilio particular.

Después, el cortejo partió a la iglesia de Santa Cruz Meyehualco entre música y pirotecnia.

Los siete féretros blancos se colocaron al pie del altar.

Tras la ceremonia, fueron sepultados en el panteón de Santa Cruz Meyehualco. Los gastos funerarios fueron cubiertos por la alcaldía de Iztapalapa.

Los padres de los menores, Elizabeth Ledezma, de 30 años de edad, y Juan Ramón Flores Juárez, de 33 años de edad, hasta este momento solo han declarado, y no tienen alguna responsabilidad legal.

“No vamos a criminalizar a los padres, vamos a investigar bien, y a la abuela. No es un asunto en que se concluya que haya sido intencionalmente, lo que en estos momentos se analiza con cuidado y seriedad es el tema del cuidado de los niños, pudiera actualizarse alguna omisión en el cuidado, que es muy grave”, indicó Ernestina.

Los familiares no quisieron hablar ante las cámaras, pero pidieron el esclarecimiento de los hechos y detallaron que el menor de 13 de años de edad padecía una enfermedad ósea, por lo que se presume que difícilmente pudo escapar y ayudar a los otros niños de 9, 5, 4 y 2 años de edad.

Con información de Guadalupe Madrigal y Elizabeth Mávil.
LLH