POLíTICA

Pobreza obliga a habitantes de Comitancillo, Guatemala, migrar hacia EEUU

Las autoridades estiman que el 20% de los comitecos ya no viven en su comunidad

En la comunidad de Comitancillo, en el departamento de San Marcos, en Guatemala, de donde presuntamente eran varios de los asesinados, el 20% de su población ha tenido que migrar a Estados Unidos por la pobreza en que viven.

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Vivir de la agricultura no es suficiente para decenas de familias que habitan Comitancillo, Guatemala, a unos 60 kilómetros de la frontera con México. Quienes se dedican al campo ganan 7 dólares al día, unos 140 pesos mexicanos, lo que no les alcanza ni para comer.

“Solo tortillas, tamalitos, un poco de hierbas y frijolitos. Solo eso”, dijo Elena Matilde García López.

Los habitantes de esta zona aseguran que no hay una sola familia en la cual al menos uno de sus integrantes no haya tenido que migrar a los Estados Unidos.

“Desde hace unos 15 años más o menos, en el duraznal eran pobres, pero empezaron los patojos, se fueron a los Estados Unidos, ahora pues ya casi hace su casita y ya se compran un poco de terreno”, señaló Carlos Díaz López, alcalde auxiliar de Comitancillo.

Las autoridades estiman que el 20% de los comitecos ya no viven en su comunidad, como el caso de la familia de Doña irma, quien hace cuatro meses envió a su hijo de 16 años a Estados Unidos. Dice que el pollero le cobró 12 mil dólares, unos 243 mil pesos mexicanos. Hoy, el menor está junto a sus otros cinco hermanos.

“El patojo quiere ir. ¡ah! Está bueno dice, si la patojo ya está dispuesto, o ya búscate el dinero para su pasaje de ello y yo lo lleva, así dijo eso”, narró Irma López Agustín.

De los que se van, muy pocos regresan, María izabel es una de ellas. Cruzó la frontera, trabajó y después de 12 años regresó a construir su casa y una abarrotería, de lo que vive ahora.

“Porque cuando uno se va es luchar su vida, no hay casa, no hay terreno, no hay billete, por eso fuimos unos cinco años”, refirió María Izabel Jiménez López.

“Pues como aquí casi no hay donde sacar, no hay trabajo. Por eso fuimos unos cinco años, ya regresamos, compramos un poquito de terreno y hicimos la casa”, concluyó.

 

Con información de Lisa María Lou

KAH