Eduardo quiere llegar a Estados Unidos en bicicleta.
Comenzó el viaje a pie, cruzó la frontera México – Guatemala. Avanzó por Chiapas, como muchos de la caravana migrante; entre aventones que le dieron algunos automovilistas y a pie, hasta que llegó a Oaxaca.
Ahí, un señor le regaló una bicicleta.
Un señor me dijo ahí ten, para que no camines, me dijo, y me la regaló. Le agradecí mucho porque era buena persona, rapidito se la agarré para no caminar”, aseguró Eduardo Carvallo, migrante hondureño
Ahí iban sus sueños, sobre dos ruedas entre las montañas verdes que amurallan su camino en el hirviente asfalto. Avanzó 20 kilómetros en ella hasta que se averió.
Se me arruinó ahorita; yo creo que la cadena ya no funciona, hay que cambiarla”, afirmó Eduardo Carvallo, migrante hondureño.
Porque no hay cadena ni llanta de bicicleta que aguante el ritmo de un migrante con prisa por llegar a Estados Unidos.
Donde estaba yo a veces hay trabajo, a veces no, entonces mejor me vine a probar suerte. Tal vez paso”, detalló Eduardo Carvallo, migrante hondureño.
Viaja con un amigo quien consiguió aventón; él se aferró a la bicicleta.
Llevaba la esperanza en la bicicleta, que no se me arruinara y se me arruinó. En la mochila llevo jabón, pasta de lavarse los dientes, ropa, agua, celular, sólo eso; es la mochila de los deseos. Estar allá en Estados Unidos”, explicó Eduardo Carvallo, migrante hondureño
Eduardo estudiaba la Licenciatura en Administración de Empresas, le faltaban dos años de carrera, pero dejó la escuela por falta de recursos.
Mejor me dediqué a trabajar”, comentó Eduardo Carvallo
En Honduras dejó a sus padres, hermanos pequeños y a su hijo de año y medio. Por ellos, dice, buscará un mejor futuro.
Con información de Sarahí Méndez
MAP
