POLíTICA

Lección urgente de español para monjas que recibirán al papa en Bangladesh

“¡Viva papa!”, practican monjas y pacientes en el centro de la Madre Teresa que visitará Francisco el sábado en Dacca como parte de unas lecciones urgentes de español, preocupados de que no puedan comunicarse con el pontífice argentino.

EL papa habla inglés, pero no se siente cómodo en los discursos oficiales y por ello, como durante este viaje, ha preferido usar el italiano, idioma que, al igual que el español, desconocen estas monjas de Dacca.

“El papa nos bendecirá, y aunque no hablamos español, la fe es suficiente”, explica a Efe la superiora del centro, Avila Therese, mientras los últimos preparativos para la visita privada del papa al centro en el sur capitalino, acicalando cada rincón, continúan a ritmo vertiginoso.

“Rezamos, ayunamos, estamos felices por la visita, haciendo que el lugar esté hermoso”, añade la superiora.

Vea también: El papa ser reúne con rohinyás en Bangladesh; les pide perdón por la indiferencia del mundo

El centro está situado en un pequeño complejo y comparte espacio entre altos muros y fuertes medidas de seguridad con otros de los lugares a los que acudirá el papa en su último día en Bangladesh: la iglesia del Santo Rosario y un cementerio.

Mientras el acceso a esos espacios está abierto a todos, la Casa de la Madre Teresa permanece hermética detrás de un portal anaranjado, al que acompañan dos imágenes gigantes de Francisco y santa Teresa de Calcuta escoltadas por varios policías.

En el centro tienen previsto que la visita del papa dure aproximadamente una hora, por lo que las religiosas (dos indias, cuatro bangladesíes, una polaca y una africana) tienen programado cada minuto.

El papa verá una exposición de fotografías sobre la madre Teresa que hay en la entrada, donde le recibirán 35 personas del centro, rezarán frente a una imagen de la virgen María en un pequeño altar en el patio y luego cantarán una canción bengalí de bienvenida.

La parte más emotiva del acto estará destinada al encuentro con los pacientes sin recursos que acogen en el lugar y, sobre todo, con los niños huérfanos, en su mayoría con deficiencias mentales.

Vea también: El papa adelanta la Navidad para los católicos de Bangladesh

“Aceptamos a gente de todas las religiones, no miramos sin son cristianos, hindúes o musulmanes”, anota Therese, que detalla que ahora tienen en el centro 28 pacientes hombres, 49 mujeres y 17 niños, además de una ambulancia, estacionada siempre en la entrada.

Uno de los pacientes es el granjero católico Anthony Curella, de 75 años, que llegó hace diez días con problemas de riñón y dice que ahora se siente mucho mejor por los tratos que recibe en el lugar.

“Me encuentro muy bien por que venga el papa. Si viene me curaré”, dice a Efe Curella, en la sala de hombres del lugar junto a decenas de camas alineadas.

Otro granjero católico, Agustin Costa, mientras muestra sus brazos doloridos, revela que nunca pensó “que podría ver al papa”.

Algunos están más perdidos.

“Sé que alguien viene, pero no sé quién es”, reconoce el joven hindú Surendra, de 20 años, que recibió una contusión jugando al futbol.

Las Misioneras de la Caridad llegaron a Bangladesh con la independencia del país de Pakistán, en 1971, y el abrazo de una nueva Constitución en la que se reconocía la libertad de culto.

La madre Teresa de Calcuta, que fue declarada santa el año pasado tras un rápido proceso de canonización tan solo 19 años después de su muerte, visitó con frecuencia Bangladesh, iniciando el proceso de apertura de nuevos centros para los más necesitados.

El papa eligió precisamente el centro del sur de Dacca porque era donde la madre Teresa solía alojarse cuando visitaba Bangladesh.

Desde entonces, explica Avila Therese, la orden ha abierto 13 centros en el país, tres de ellos en Dacca, donde están destinadas 80 hermanas, 51 de ellas bangladeshíes.

Por ahora, antes de la visita de Francisco al centro del sur de Dacca, los niños con deficiencias, que en su mayoría no hablan y apenas pueden caminar, reciben entre risas dulces de una de las hermanas anticipando el día de fiesta de mañana.

 

Con información de EFE

AAE