Instalan carpas para migrantes en Tamaulipas

La finalidad es brindar un espacio techado y con servicios para la estancia de hasta mil 600 personas migrantes nacionales y extranjeros

El Instituto Nacional de Migración (INM) informó que, en coordinación con instancias federales y municipales, se instalaron macro carpas y domos de acopio en la zona fronteriza de la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, con la finalidad de brindar un espacio techado y con servicios para la estancia de hasta mil 600 personas migrantes nacionales y extranjeros.

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Estas instalaciones se ubican sobre la avenida Tamaulipas y Álvaro Obregón, en la colonia Jardín, en las inmediaciones del borde del Río Bravo, frente a la oficina de representación del INM, y disponen de 41 regaderas, 50 sanitarios divididos para hombres y mujeres, 10 lavaderos, así como mil 500 metros de vallas metálicas perimetrales.

A partir del mediodía, una brigada de 50 jóvenes inició la invitación para ocupar los espacios, la cual fue aceptada libremente a fin de comenzar con el traslado de sus pertenencias.

De esta manera, se brinda atención inmediata durante este periodo invernal, a connacionales y personas extranjeras, provenientes principalmente de Oaxaca, Chiapas y Guerrero; así como de los países centroamericanos Honduras, Guatemala y El Salvador.

En estas tareas participaron de manera coordinada: el Instituto Nacional de Migración; la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; la Secretaría del Bienestar; la Secretaría de la Defensa Nacional; la Guardia Nacional; Protección Civil; la Policía Local; el Gobierno del estado, y la presidencia municipal de Matamoros.

El Instituto Nacional de Migración refrendó de esta manera su compromiso por una migración regular, ordenada y segura, así como para salvaguardar los derechos humanos de las personas migrantes, sin importar su nacionalidad, origen étnico, sexo o condición social, con una atención mayor a las niñas, niños y adolescentes, así como a grupos vulnerables.

En Tamaulipas, cárteles compiten por extorsionar a migrantes

En Tamaulipas, cárteles compiten por extorsionar a migrantes. Los narcos de Nuevo Laredo tienen muy claro lo que buscan cuando salen en busca de presas: hombres y mujeres sin cordones en los zapatos, esos pies dicen mucho de sus dueños. Son la prueba de que entraron a Estados Unidos para pedir asilo, pero lo único que lograron fue estar detenidos unos días -cuando les quitaron los cordones por cuestiones de seguridad- antes de ser enviados de vuelta en la boca del lobo, en el violento estado de Tamaulipas.

En años anteriores, los migrantes pasaban con rapidez por esta tierra de cárteles. Ahora, con las nuevas políticas migratorias de Donald Trump, se quedan ahí durante meses mientras esperan sus citas en las cortes estadounidenses, varados en las fauces del crimen organizado. Sus historias hablan de robos, de extorsiones por parte de criminales o funcionarios corruptos, de secuestros.

Narran cómo las únicas opciones con las que se enfrentan son pagar para cruzar de manera ilegal a Estados Unidos, aunque sus planes no sean esos, o simplemente para que los dejen libres. A veces escapan de un grupo para caer en las manos de otro.

Una contadora hondureña de 32 años que viaja con su hija lo sabe bien. Lleva cuatro meses atrapada en un círculo vicioso de cruces y devoluciones legales e ilegales entre los dos países que sólo han hecho crecer sus deudas y su desesperanza.

Somos una minita de oro para el crimen”, lamenta resignada desde la ciudad de Monterrey, a 200 kilómetros de la frontera estadounidense.

Tamaulipas es la esquina noreste de México. Es el único estado fronterizo al que el Departamento de Estado prohíbe a los estadounidenses poner el pie por ser un territorio controlado por los cárteles. Washington lo coloca en un nivel de alerta similar al de países en guerra como Afganistán y Siria.

Hasta hace poco los migrantes pasaban de largo por estos territorios. Bien cruzaban rápido el río Bravo hacia Texas o atravesaban los puentes para solicitar asilo, un trámite que les permitía quedarse en Estados Unidos, aunque fuera en detención, mientras se les daba una respuesta.

Todo cambió con el endurecimiento de las políticas migratorias de la administración de Donald Trump. La frontera se ha convertido en un embudo donde cada vez son menos los que pueden entrar legalmente y más los que salen mediante el programa conocido como “Permanecer en México”, una estrategia mediante la que Washington ha devuelto a más de 55.000 personas mientras sus solicitudes de asilo deambulan, con pocas posibilidades de prosperar, por la intrincada burocracia de unas cortes estadounidenses desbordadas.

Con información de Instituto Nacional de Migración

TVR