SALUD

Familias enteras luchan contra el COVID-19 sin hospitales cercanos en Pilcaya, Guerrero

En estos días, de las puertas cuelgan moños negros. Pocos salen de casa después de que que se supo de familias enteras contagiadas

Mientras la mayoría de epidemiólogos considera que la vacunación se debería haber empezado en los lugares donde hay más casos activos, es decir, en las grandes ciudades, el gobierno sostiene que la razón por la que inició la vacunación en comunidades apartadas es porque en esos lugares no tienen acceso a servicios de Salud por lo que un número mayor de contagiados, muere.

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“Empezamos a ver que mis pacientes, se ahogaba, se ponían morado de que les hacía falta el oxígeno”, dijo Justino Díaz, familiar de fallecidos de COVID, en Pilcaya, Guerrero.

En menos de un mes, Justino despidió a Eva, su madre; a Gumara, su abuela, y a Juana, su tía. El COVID-19 tomó la vida de las tres habitantes de la comunidad la Concepción, en Pilcaya, en la región norte de Guerrero. Eva murió apenas el miércoles pasado, Ignacio, abuelo de Justino, también se contagió y está internado en el hospital de Ixtapan de la Sal, en el Estado de México.

“Pues sí está pegando mucho la enfermedad aquí, está muy lejos para llevarlos hasta Ixtapan. Que es bastante tiempo que llevamos sufriendo. Que yo no creía, pues, en esa enfermedad”, insistió Justino.

En Pilcaya no hay hospitales. El municipio comparte límites con el Estado de México, hasta donde llegaron Justino y su esposa Fabiola, después de intentar salvar con oxígeno a sus pacientes, acumulando una deuda de más de 70 mil pesos.

“Se ponía muy mal y no tenías oxígeno, que te faltaba esto, que te faltaba el otro. Era desesperante porque a veces se te ponía mal y tú no sabías qué hacer, te ponías a llorar”, describió Fabiola Hernández, familiar de fallecidos.

En Pilcaya hay más de 12 mil 500 pobladores. Se calcula que 35%, de los 6 mil en la cabecera, ha enfermado, sobre todo después de las celebraciones en diciembre y enero.

“Los jaripeos y todas esas actividades no esenciales, se realizaron. Es ahí en el mes de enero, febrero, donde tuvimos nuestro repunte no tenemos cifras actuales y reales”, reiteró Sandra Velázquez, presidenta municipal de Pilcaya.

Familias enteras luchan contra el COVID-19 sin hospitales cercanos en Pilcaya, Guerrero. FOTO Noticieros Televisa

En estos días, de las puertas cuelgan moños negros. Pocos salen de casa después de que que se supo de familias enteras contagiadas. En la de Maricarmen, 20 integrantes enfermaron, sus padres, su abuela, 10 tíos y siete primos. La abuela, de 88 años, contagiada por una hija, murió en días. Cuando los hijos la visitaron, la cadena se extendió.

El COVID es una enfermedad muy silenciosa, porque mi mamá se contagió y en una semana se sentía bien y a la semana siguiente se me estaba muriendo”, relató Maricarmen.

“Algunas familias han tomado la difícil decisión de quedarse en casa y han sido consecuencias muy lamentables”, señaló Sandra Velázquez, presidenta municipal de Pilcaya.

Algunos pobladores ya reanudaron sus actividades a pesar de no estar completamente recuperados. Como domingo, quien afirma que él mismo trasladó a cinco enfermos a Ixtapan de la Sal en su Golf roja 94 mientras las tres ambulancias del municipio permanecen estacionadas en el patio del mercado. Por eso, dice, se contagió.

“Me falta aire, pues, no tengo mucho oxígeno. Me duele la espalda. Ahora amanecí medio débil. Tenemos que trabajar. Desgraciadamente sí es un abandono esto”, refirió.

En el cementerio, a diario hay despedidas de amigos o familiares.

“La gente está aterrorizada. Mucha gente no sale en los números reales, porque mucha gente prefiere escudarse, esconderse en su casa, por temor a ser marginado”, concluyó Jesús Castañeda.

 

Con información de Guillermo Rivera y Víctor Olvera

KAH