Estudiantes de la Maestría en Ciencias de los Alimentos y Biotecnología del Instituto Tecnológico de Mérida, crearon un sistema que detecta si la miel está adulterada.
Este sistema está basado en un reactivo que se coloca en un tubo de ensayo y que mediante colores determina si la miel está adulterada, además pueden determinar el ADN de la miel, es decir, si el dulce es producido por abejas meliponas, las que no tienen aguijón y cuya miel es más pura o la de las abejas tradicionales o europeas.
Con las técnicas colorimétricas, si cambia el color a un azul eléctrico significa que es miel original, pero si no cambia de color y permanece, por ejemplo, traslucida, sabemos que ya es un jarabe de fructuosa”, explicó Ezequiel López, estudiante.
“Nos basamos para las proteínas que se encuentran dentro de las mieles, entonces esas proteínas nos dan la huella digital de miel”, añadió Jesús Sierra, estudiante.
Este sistema creado por los jóvenes estudiantes tiene como objetivo evitar la exportación de miel adulterada con productos naturales.
La miel, la adulteran principalmente con jarabe fructosado y también con otros jarabes de remolacha, azucares de diferentes fuentes que son más baratas que obtenerla directamente de la colmena”, refirió Elisabeth Ortiz, coordinadora de maestría.
“Tanto el apicultor lo pueda utilizar, hasta el gran exportador, entonces podamos asegurar la calidad y el precio justo”, añadió Jesús Sierra, estudiante.
Yucatán es el principal productor de miel en México, con 9 mil toneladas al año, de ellas el 75 por ciento se exportan a Europa y dependen de esta actividad 12 mil 500 apicultores que laboran en 300 mil colmenas.
Con información de Alejandro Sánchez.
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