Desde hace diez meses Adolfo Samperio, médico de profesión, dejó de atender pacientes en su consultorio ubicado en la colonia Casas Alemán para recorrer diariamente la Ciudad de México, atendiendo a domicilio únicamente a pacientes de COVID-19.
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Muchos pacientes, que pueden pagarlo y tienen miedo de ir al hospital, optan por recibir atención médica en casa, pero no es fácil encontrar médicos que acepten y entraña un riesgo.
“Había pacientes que me suplicaban porque yo fuera a verlos que porque nadie los quería ver y si estaban graves, le tenían miedo al hospital. He estado viendo niños, adultos mayores, de todas las edades. He visto casi 300 pacientes de COVID, de los cuales 40 han sido casi niños”, dijo.
Samperio tiene 33 años de edad. El año pasado, dice, estuvo dos meses enfermo de COVID.
“Se decidió que regresara a mí consultorio pero con un horario más cortito, surgió la idea de que algunos pacientes me llegaban a hablar por teléfono a decirme si podía yo ver a un paciente pero en su domicilio”, agregó.
Este miércoles, el médico acudió a visitar a Salomón Ortiz, de 43 años de edad. Él admite que por temor prefirió atenderse en su domicilio.
“De repente se dispararon los síntomas, llegó un momento en que ya no me pude incorporar a la cama. La verdad yo soy muy renuente a ir a hospitales, oí muchas cosas, yo tuve la esperanza de poder recibir un tratamiento acá en casa”, afirmó el paciente Salomon Ortiz.
La segunda visita del día fue a la familia Gil, que vive en la colonia Campestre Aragón. cuatro de sus integrantes están enfermos, entre ellos, Diego de 14 años de edad. Todos comenzaron con síntomas el pasado 26 de julio.
“Nos contagiamos mis papás, mi hijo mayor y yo. Pensé que él, por ser más joven iba a tener los síntomas más leves, pero sí lo vimos muy mal”, afirmó Verónica Gil.
El tercer servicio del doctor Samperio fue en Vallejo. Los cinco miembros de la familia Martínez llevan dos semanas contagiados.
“Tres de mis hijos, mi esposo y yo realmente en unos segundos nos cambia la vida. Yo lo vi con mi esposo que estuvo a punto de morirse aquí en mi casa”, dijo la paciente.
Las familias atendidas por el médico afirmaron que fue difícil conseguir a un especialista que fuera hasta sus hogares.
“La saturación de mi esposo era baja, todos los doctores me decían que me lo llevará a un hospital, ninguno quería venir a atenderlo, le estoy hablando de más de cuatro doctores, hasta que me pasaron el contacto del doctor, fue el único que quiso venir a atendérmelo”, concluyó Rosa Ulises, familiar de paciente con COVID.
Con información de Dafne Mora y Víctor Olvera
KAH
