Andrés Manuel López Obrador asumió la Presidencia de México con la promesa de emprender una transformación “profunda y radical”, en la que deberá hilar fino para cumplir con su agenda social sin perjudicar las finanzas de la segunda mayor economía de Latinoamérica.
Ante esas palabras, Alfredo Coutiño, director de análisis para América Latina de Moody’s Analytics, apuntó que, en general “el discurso de toma de posesión no tuvo sorpresas, ya que se confirman mayormente las ideas y promesas de campaña”.
Pese a que refrenda el compromiso con la disciplina económica respecto a las instituciones independientes y convoca al sector privado a invertir, “también deja la puerta abierta a acciones que llevan a un retroceso como en el caso de algunas reformas (educativa y energética)”.
Respecto a los mercados, señaló Coutiño, “dada la mezcla de mensajes encontrados, es difícil poder anticipar cómo abrirán el lunes. Lo más seguro es decir que se mantendrán a la expectativa, ya que evaluarán con mucho detalle la consistencia entre lo dicho y lo hecho”.
Para Alfonso Esparza, analista de Oanda en Toronto, Canadá, “se reitera una crítica al modelo neoliberal usando el ejemplo de la reforma energética y se propone aumentar el número de refinerías”.
Apuntó que el mercado reaccionó positivamente a la elección de López Obrador por el fin de la incertidumbre, pero “los capitales son apolíticos y son atraídos por la estabilidad. Las declaraciones, tal vez prematuras, acerca de las comisiones bancarias y la cancelación del aeropuerto fomentaron la incertidumbre que acabó en depreciación de la moneda y caída de la Bolsa”.
Las lecciones de este tipo de declaraciones “parecen haber sido aprendidas y en el futuro se espera mesura, sin dejar de fomentar acciones que beneficien a los mexicanos”.
Esparza acotó que no espera “una reacción significativa (en los mercados) al discurso, positivo desde el punto de vista que fue moderado. Los comentarios del G20 serán los que guíen al mercado el lunes”.
En contraste, Duncan Wood, director del Mexico Instituto del Wilson Center, consideró que los mercados estarán “profundamente preocupados por el futuro del sector energético y los planes de infraestructura excesivamente ambiciosos sin ninguna forma de pagarlos”.
James Salazar, economista de CI Banco, señaló que, siendo positivos en lo económico, Andrés Manuel López Obrador “dijo que respetará la autonomía del Banco de México, no gastará más de lo que se recaude y no subirá la deuda, también dijo que durante los primeros tres años no subirá impuestos. Insistió en la construcción de la refinería y la habilitación de las seis actuales y que, a partir del cuarto año, una vez terminadas las refinerías, bajaría el precio de las gasolinas”.
Lo negativo, dijo, fue “la crítica al modelo neoliberal y a la supuesta falla de la reforma energética. Esto último podría pegarle un poco de forma negativa a los mercados”.
(Con información de Reuters)
tfo
