En los albergues del Instituto Nacional de Migración (INM) permanecen los migrantes que optaron por solicitar el estatus de refugiado.
En las dos naves que conforman la Feria Internacional Mesoamericana de Tapachula, en Chiapas, permanecen los mil 400 centroamericanos, principalmente hondureños, que desde el viernes pasado solicitaron refugio al gobierno de México.
A la hora de la comida, en la cocina de la Secretaría de Marina se aprecia a hombres y mujeres en filas separadas.
Lo mismo ocurre en las casas de campaña, donadas por la Cruz Roja Mexicana, para que los migrantes descansen y duerman. Los migrantes negaron estar separados de sus seres queridos.
Pero no ocurre así en todos los casos, luego de un recorrido por el albergue, el comisionado de Derechos Humanos de Honduras aseguró que familias fueron separadas luego de que los migrantes fueron contenidos por la Policía Federal, en el puente internacional.
Nos plantearon dos casos más, sin embargo, nosotros tenemos que verificar también el hecho de las personas que van en tránsito, pero muchas veces hay integrantes de la misma familia que se quedan solicitando estatus y otros que deciden continuar, no saben en qué momento”, detalló Roberto Herrero, comisionado nacional de Derechos Humanos de Honduras.
El INM, autoridad a cargo del refugio, rechazó que los migrantes estén incomunicados y explicó por qué no se les permite salir.
Nadie está detenido, en tanto no tengan un documento que acredite que su solicitud ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, la Comar, ha sido aceptada, deben permanecer en el albergue, si la Comar les da una notificación podremos mandarlos a un albergue de puertas abiertas, claro que pueden utilizar sus celulares, no están en una estación migratoria”, señaló Gerardo García Benavente, comisionado del INM.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) considera que esta atención para los centroamericanos es insuficiente.
Se ha privilegiado más bien un tema de contención sobre un tema de atención humanitaria“, argumentó Luis Raúl González Pérez, presidente de la CNDH.
Con información de Sarahí Méndez
LHE
