Después de que el año pasado fue cancelado por la pandemia de COVID-19, este año en Guanajuato volvieron a vivir una de sus celebraciones más antiguas “El Viernes de Dolores“, que se celebra dos días antes al Domingo de Ramos, comprendido dentro de la quinta semana de la Cuaresma, conocida por la religión cristiana como Semana de Pasión.
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En esta ocasión se realizó con gran afluencia y con estrictas medidas sanitarias.
“El tapabocas, sana distancia y ponerte gel bastante tiempo”, explicó Maricarmen Marmolejo, miembro de la cofradía de cargadoras de la compañía de Jesús en Guanajuato.
Traída en 1732 por los jesuitas, la celebración del Viernes de Dolores, es una tradición en Guanajuato, donde este día se acompaña el dolor de la virgen.
“Si es una tradición muy bonita para aquí para todos los guanajuatenses, sobre todo para las personas que residen aquí, el año pasado no se hizo nada, pero ya este año con las medidas que tenemos se pudo hacer algo, aunque sea tranquilo”, dijo Ana María Robles, habitante de Guanajuato.
“Pues mira viene de tradición desde hace muchos años, mi familia es cargadora de la compañía, hora sí que viene de generación en generación”, aseguró Maricarmen Marmolejo, miembro de la cofradía de cargadoras de la compañía de Jesús en Guanajuato.
Las lágrimas de la virgen
Tradicionalmente en los altares que se colocan en los hogares para celebrar este día se regala el “agua de ensalada”, una ofrenda hecha de lechuga, plátano, betabel y Jamaica, que según los fieles representan las lágrimas de la virgen.
Sin embargo este año en pocos altares se regaló, por recomendación sanitaria.
“Se supone que el regalo de agua, de nieve se dice que es cuando la virgen llora, se supone que la virgen a, de hoy a la semana mayor son sus siete dolores de la virgen de los dolorosa por eso es virgen dolorosa”, mencionó Maricarmen Marmolejo, miembro de la cofradía de cargadoras de la compañía de Jesús en Guanajuato.
“Cuando ven así el altar, y ven la hielera o algo así, gente se acerca y pregunta ya lloró la virgen y ya pues la gente si ya lloro y bueno aquí en este negocio estamos dando paletitas, pero allá en su casa mi mama siempre ha dado tostadas de ceviche”, dijo Susana Casilla, dueña de altar.
El duelo se convierte en fiesta y este año los guanajuatenses salieron a las calles, a vivir el Viernes de Dolores, bajo estrictas medidas sanitarias, para dar pie a la Semana mayor o Semana Santa.
Con información de Edgar Tamayo
HVI
