A decir de su familia y amigos, hasta antes de su detención por policías capitalinos y tras estar cinco días desaparecido, Marco Antonio Sánchez Flores era un joven como cualquiera de su edad.
A marco le gusta bastante el arte también. Le gusta mucho lo que es la fotografía”, comentó uno de sus compañeros.
Marco Aurelio Sánchez, tío de Marco Antonio Sánchez Flores, dijo que el joven tenía “comportamiento de un chico de 17 años… Incluso con el conocimiento personal en cuanto a deportes que él práctica… Jamás yo supe que agrediera a algún chico”.
Un profesor de Inglés de la preparatoria 8 de la Universidad Nacional Autónoma der México mencionó que Marco Antonio es un joven “decente, extremadamente respetuoso”.
De acuerdo con las autoridades, el joven de 17 años de edad fue detenido después de una denuncia ciudadana que no se ratificó, por lo que quedó en libertad, a los pocos minutos y aunque era menor de edad no se le notificó a sus padres.
Para organismos de derechos humanos, el caso de Marco Antonio muestra un fenómeno en el que los jóvenes están siendo criminalizados.
Juan Martín Pérez García, director de asociación Red por los Derechos de la Infancia en México, explicó que “en el código, en el argot de los policías y el Ministerio Público, le llaman, cuando se refieren al delito, es portación de cara, o sea, sólo por su apariencia y su forma de vestir son detenidos de forma arbitraria para inspeccionar sus cosas… y en algunos casos son extorsionados a cambio de no fincarles algún tipo de delito o infracción”.
Las autoridades de la Ciudad de México aseguraron que, a la par del incremento de delitos violentos, entre 2016 y 2017, aumentó en 163 por ciento la detención de menores de edad armados.
Tan solo en el último año, se detuvo a 71 adolescentes de entre 14 y 17 años de edad, principalmente implicados en robo a transeúntes, a conductores y a pasajeros del transporte público.
Las autoridades atribuyen el aumento en algunos delitos al nuevo Sistema de Justicia Penal.
El 15 de julio de 2012, al menos 200 jóvenes fueron detenidos después de que la Policía capitalina montó un operativo en estaciones del Metro y en el centro comercial Reforma 222, tras actos de vandalismo presuntamente cometidos por jóvenes reguetoneros, que protestaron la cancelación de un concierto, en la colonia Roma.
Se hace un operativo de la Policía para detenerlos, solo por apariencia, no había una denuncia de robo, no había una denuncia de alteración del orden público”, señaló Juan Martín Pérez García.
Nashieli Ramírez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, afirmó que tienen que asegurarse que no se repita un caso como el de Marco Antonio “y que los jóvenes en esta ciudad y en este país puedan utilizar el espacio público, transitar en el espacio público… En donde se vean garantizados sus derechos de tránsito, de pasear, de convivir, de ir a la escuela. Ese el gran reto que tenemos de manera paralela”.
Con información de Cecilia Reynoso.
RMT
