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“Ahora soy un contribuyente”: joven con parálisis cerebral logra tramitar su firma electrónica ante el SAT

  • El SAT había negado el trámite de firma electrónica a Daniel Ramos en días anteriores
  • Tras hablar con funcionarios, el joven consiguió realizar el trámite

“Soy, oficialmente, un contribuyente”. Con estas palabras Daniel Ramos, un joven con parálisis cerebral, dio a conocer que concluyó el trámite para obtener su firma electrónica ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

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Daniel Robles Haro es un joven activista con parálisis cerebral. Ha colaborado en diversos medios de comunicación para promover la inclusión de las personas con discapacidad.

A finales de junio, el joven denunció que había recibido un trato discriminatorio en el SAT. Según relató, acudió a la institución para tramitar su firma electrónica.

Sin embargo, se le negó el trámite alegando que no había un mecanismo que permitiera al SAT comprobar que Daniel cumplía con las condiciones para ser contribuyente.

Al no poder firmar de forma autónoma, funcionarios de la dependencia le habrían dicho que debía presentar un nuevo dictamen médico que afirmara que podía cumplir con sus obligaciones legales.

“El SAT no puede saber a simple vista si yo soy una persona capaz de asumir una responsabilidad como contribuyente. Mi certificado de discapacidad dice que mi lesión es motora. Y que me comunico con tableros. Y que requiero, por supuesto, un cuidador”, escribió Daniel Robles en Twitter.

 

Después de que el joven originario de Zapopan denunciara esta situación en Twitter, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) intervino y pidió al SAT que respetara la autonomía jurídica de Daniel Ramos.

“Ahora soy un contribuyente”

Tras este episodio inicial, Daniel Ramos fue contactado por José Miguel Ricaño Hernández, quien es coordinador nacional de las Administraciones Desconcentradas de Servicios al Contribuyente. Según contó el joven, el funcionario se comprometió durante la charla a realizar los cambios necesarios para que la situación no volviese a ocurrir.

Con este antecedente, Ramos acudió nuevamente al SAT para tramitar su firma electrónica. En Twitter, alabó el trato amable que recibió por parte de los funcionarios.

“La persona que me atendió fue, igualmente amable y después de saludarnos a ambos, se dirigió directamente a mí, y no a mi mamá. Me explicó claramente el procedimiento, reglas y precauciones para mi FIEL”, declaró.

Finalmente, tras la captura de datos biométricos y de escuchar sus nuevas responsabilidades como contribuyente, Daniel pudo firmar con su huella dactilar.

“No puedo firmar por mí mismo, pero mi huella dactilar también es mi identidad y es válida como firma”.

 

En un artículo publicado en el sitio Yo También, Daniel declaró que espera que su experiencia marque un precedente para las personas con discapacidad en México.

“Por lo pronto, ahora soy, oficialmente, un contribuyente. Tengo una actividad remunerada y puedo emitir una factura por mis servicios”, escribió.