Inicio  /  Historias
ENTRETENIMIENTO Y ESPECTáCULOS

¿Rocky Balboa y Sylvester Stallone comparten el mismo pasado?

Sylvester Stallone es una estrella hollywoodense que ha logrado trascender más allá de la industria. En más de 40 años de carrera le ha dado vida a varios personajes icónicos, aunque ninguno tan amalgamado con el actor como Rocky Balboa.  No podía ser de otra manera cuando la carrera de este actor despuntó a partir de este papel.

Lo que no todos saben, es que tanto Rocky Balboa como su emocionante historia fueron creación del mismísimo Stallone.

(Keystone/Getty Images)

El soñador de la media sonrisa

Para dar con los orígenes primarios de la saga de Rocky, debemos remontaros a los suburbios neoyorquinos de la década de 1940. Ahí vivían el peluquero italiano Joaquín Stallone Pastorino y su esposa Jacqueline France Labofish, de ascendencia francesa; quienes el 6 de julio de 1946 tuvieron a Sylvester, su primer hijo. Sin embargo el parto se complicó y los médicos tuvieron que usar dos pares de fórceps para extraer al bebé, y accidentalmente dañaron un nervio en su cabeza, ocasionando una parálisis en la mitad inferior izquierda de su rostro.

Además de Sylvester, el matrimonio tuvo otro hijo, que nació cuatro años después y fue llamado Frank. En esta familia la vena artística y deportiva siempre estuvo presente pues Jacqueline era polifacética y llegó a ser corista, peluquera, trapecista, maestra de danza, astróloga y representante de luchadoras profesionales, incluso dirigió un gimnasio. Este crisol de actividades en cierta forma influenció a Sylvester, quien siempre prefirió las actividades artísticas al estudio; de hecho fue expulsado de varios colegios en los que solamente destacaba como jugador de futbol.

Fue cuestión de tiempo para que Sylvester decidiera ser actor y empezara, sin mucha suerte, a probar suerte en diversos castings. Mientras tomaba clases de arte dramático su precaria situación económica lo obligaba a tomar todo tipo de trabajos para sobrevivir, como cuando participó en la película pornográfica The Party at Kitty and Stud’s.

También comenzó a escribir guiones, a la par de hacer pequeños papeles en películas como Bananas, de Woody Allen, o en la serie Kojak.

Sylvester Stallone dirigiendo el film ‘Paradise Alley.’ (Central Press/Getty Images)

El nacimiento de Rocky

El 24 de marzo de 1975, Stallone presenció el combate entre Chuck Wepner y Muhammad Ali. La pelea lo emocionó tanto, que al terminar se fue directo a su casa para escribir la historia de un boxeador. En sólo tres días terminó el guión y empezó a ofrecerlo a distintos productores. La gran mayoría se mostraba interesados por llevarlo al cine pero había un problema: Stallone exigía ser el protagonista.

Aunque se le insistió en que la película tendría más oportunidades de éxito si era estelarizada por una estrella consagrada, no hubo argumento que hiciera a Stallone cambiar de opinión. Finalmente la calidad del argumento se impuso y un estudio aceptó que Stallone fuera quien interpretara a Rocky.

Así, un actor casi desconocido, que a causa de la parálisis facial arrastraba palabras al hablar y gesticulaba de forma peculiar, irrumpió en la industria del cine con la película de un boxeador que, aunque venido a menos y sin suerte, a todos les robó el corazón. La película se estrenó en 1976 fue un éxito tanto en taquilla como en críticas.

Rocky ganó el Oscar en la categoría de Mejor Película, y Stallone fue nominado por Mejor Guión y Mejor Actor.

Paralelismos entre Sylvester y Rocky

Hoy resulta difícil toparse con alguien que no haya visto Rocky, o que al menos ignore de qué trata la historia. Más allá de ser filmes sobre box, las películas de Rocky hablan de la lucha de un hombre por perseguir su sueño en medio de la adversidad.

Contrario los personajes de este tipo, Rocky es hasta cierto punto ingenuo y muy humano, capaz de conectar con la audiencia por su capacidad de levantarse aún y cuando los golpes de la vida varias veces lo mandan a la lona.

En gran medida Stallone plasmó su vida en Rocky. Ambos tienen raíces italianas y crecieron en un ambiente citadino poco favorecedor. Para sobrevivir aceptaron infinidad de trabajos; los dos eran unos completos desconocidos cuando les llegó la hora de probarse en las ligas mayores aún y cuando tenían todo en contra. Esa oportunidad que Rocky, un boxeador semi profesional, tuvo para enfrentarse al campeón mundial Apollo Creed, es similar a la que Stallone buscó cuando escribió y protagonizó su primer película cuando nadie daba nada por él.

Al final ambos vencieron: Rocky se volvió un gran boxeador, en torno a él se creó un universo cinematográfico que por décadas ha sido exitoso, y Stallone se convirtió uno de los actores más famosos y rentables.

Rocky II, nuevamente escrita por Stallone, se estrenó tres años después y el éxito se repitió. Desde entonces, cada entrega de la serie (van siete películas) ha contribuido a volverla un fenómeno multigeneracional.

Una banda sonora inconfundible, escenas de entrenamientos que siguen motivando a quién las ve, momentos llenos de drama, frases que se han trasladado hasta el imaginario colectivo, gente que sube corriendo las escaleras que llevan al Museo de Arte de Filadelfia… Todo esto y más ha significado Rocky Balboa, el personaje que fue creado por un soñador que tuvo la valentía de luchar por sus sueños.