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SALUD

¿Qué pasa cuando comes tamales todos los días?

Una torta de tamal acompañada por un atole puede llegar a sumar más de mil calorías

Los tamales son uno de los alimentos favoritos de los mexicanos a cualquier hora del día, pero sobre todo en el desayuno. En la Ciudad de México, por ejemplo, no es del todo raro ver a varias personas cerca de un puesto callejero comiendo tamales antes de iniciar la jornada laboral. ¿Pero qué pasa cuando tu dieta consiste de tamales todos los días? La respuesta rápida: ¡Engordas!

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No hay nada como una torta de tamal acompañada por un atole para recargar baterías y aguantar todo el día en el trabajo hasta que llegue la hora de comer. Después de todo, el tamal es un alimento con muchos beneficios, rico en proteína y una fuente de energía inigualable a un precio muy económico.

También es muy delicioso. Además de los tamales tradicionales de dulce, rajas, verde y mole, existen cientos de presentaciones con todos los ingredientes que uno pueda imaginar como relleno, claro, partiendo generalmente de una masa de maíz. De igual manera, varias regiones del país han perfeccionado su propio estilo de preparar tamales.

Los tamales son un orgullo de la gastronomía mexicana, pero también son una “bomba” de carbohidratos y grasa, y por ello, un riesgo a la salud si decides incorporar a tu dieta diaria este platillo elaborado con maíz, manteca y carne.

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Una manera fácil para subir de peso

Según el Instituto Mexicano del Seguro Social, un desayuno de dos porciones de tamales, un vaso de atole y un bolillo suman poca más de mil calorías. En cambio, un tamal por sí solo suele contener entre 350 y 450 calorías.

El problema no es tanto el tamal por sí solo sino los elementos adicionales con los que nos hemos acostumbrado a acompañar un tamal: el vaso de atole o champurrado, el café con sustituto de crema y azúcar, el bolillo para hacer una guajolota, o ya no se diga el tamal dorado, aquel que ha sido hervido en aceite.

Por ello, la recomendación general es que disfrutes de este alimento en moderación. Acompaña tu tamal con leche deslactosada o con un café sin azúcar. Y solo de vez en cuando, no todos los días.

Y claro, esta regla también aplica para otros alimentos que suelen sustituirse por un desayuno saludable, como el pan dulce, los chilaquiles, las tortas de queso de puerco y demás garnachas. ¡Nada con exceso!