La noche del viernes 25 de marzo, los Foo Fighters dieron a conocer en sus redes sociales que murió Taylor Hawkins, uno de sus integrantes, cuando la banda estaba en plena gira de América del Sur. El cuerpo del baterista fue hallado en un hotel de Bogotá, Colombia, previo a su presentación en el festival Estéreo Picnic. Tenía 50 años de edad.
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Taylor Hawkins es mejor conocido como el baterista de los Foo Fighters, rol que desempeñó sin interrupciones desde 1997, cuando ingresó a las filas de la banda en sustitución del primer bataco, William Goldsmith.
Hawkins nació el 17 de febrero de 1972 en Dallas, Texas, pero vivió su infancia en las playas de Laguna Beach, California. Influenciado por el estilo de Stewart Copeland de The Police, Hawkins pulió sus habilidades en las percusiones hasta que se integró a la banda de Alanis Morissette entre 1995 y 1997.
Ese mismo año, Dave Grohl se quedó sin baterista en las sesiones de su segundo disco al mando de los Foo Fighters y contactó a Hawkins para pedirle recomendaciones de músicos. El baterista se ofreció a sí mismo como voluntario y Grohl le dio la bienvenida sin pensarlo dos veces.
Hawkins se acopló sin dificultades a las exigencias de una de las bandas de rock más grandes de los 90, pero presuntamente se sentía frustrado como compositor. Eso lo motivo en 2004 a crear un proyecto alterno que más tarde bautizó como Taylor Hawkins and the Coattail Riders, sirviendo como vocalista y baterista a la vez. En 2006 lanzaron su álbum debut.
En 2014, Hawkins formó otra banda, esta vez de rock progresivo, de nombre The Birds of Satan, integrada por músicos de su banda parodia de covers, Chevy Metal.
Entre todos los integrantes de Foo Fighters, Hawkins siempre daba la impresión de ser el más cercano a Dave Grohl. Caracterizado por su carismática sonrisa y su cercanía con los fans, Hawkins parecía un músico que siempre estaba disfrutando la oportunidad de tener un trabajo de ensueño.
