Adelantar los relojes una hora nos garantiza que disfrutaremos más de la luz natural del día; sin embargo, los primeros días es complicado darnos cuenta de este placer, al quitarnos una hora de sueño, nos sentimos cansados y con ganas de que no suene el despertador por la mañana.
El cambio de horario, por primera vez, se realizo en la Primera Guerra Mundial como parte de las estrategias para recortar recursos energéticos. La ciencia ha estudiado este recurso para tratar de llegar a la conclusión ¿funciona el horario de verano?
En 2008, investigadores del Instituto Karolinksa de Estocolmo, Suecia, concluyeron que los ataques cardiacos aumentaban ligeramente durante las primeras tres semanas del cambio de horario, probablemente por la falta de sueño. Por otro lado, la tasa de infartos disminuía cuando se hacia el cambio de horario de invierno, pues la gente tenía una hora más para dormir.
Otro de los efectos que tiene en nuestra salud perder una hora de sueño es la modificación del reloj biológico. Esto podría significar alterar la producción de insulina por la mañana, al estar acostumbrados a tener un horario ya establecido, nuestro cuerpo comienza la producción de esta sustancia que nos ayudará a metabolizar el desayuno, incluso antes de tenerlo listo.
Acostumbrarse al nuevo horario puede tardar hasta una semana, durante esos días será normal el cambio de humor y sobre todo una disminución en la productividad. De acuerdo al estudio de Journal Of Applied Psychology, la falta de sueño hará que tardes más en hacer cosas y te hace más propenso a perder el tiempo en internet.
El 2 de abril entró el Horario de Verano en la mayor parte del país (Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images)
Otro estudio hecho por la Universidad de Tel Aviv, en Israel, concluyó que la falta de horas para dormir o tener mala calidad de sueño puede hacer que una persona sobrerreaccione emocionalmente ante hechos y mas probable que sufra de ansiedad.
La Universidad Johns Hopkins y Stanford, de Estados Unidos, el promedio de choques pasó de 78.2 en un lunes común a 83.5 el lunes después del cambio de horario.
¿Se ahorra energía?
Esta es una de las principales razones por las que el horario de verano fue instaurado; sin embargo, durante sus inicios pretendía ahorrar en el uso de velas y después de energía para focos incandescentes. Actualmente, varios estudios han demostrado que en realidad el ahorro de energía es mínimo, aunque se reduzca el uso de luz artificial, cada vez son más las casas y lugares de trabajo que necesitan aire acondicionado o calefacción.
Foco/ Emily Alvarez Suarez/ Flickr
Un estudio elaborado en 2014 por la Comisión Europea defiende el cambio horario en el sentido de que la mayor parte de países de la Unión Europea tienen siempre los relojes sincronizados. Esto es, que el mayor beneficio no es el horario de verano en sí mismo, sino el hecho de que los países comparten el horario.
En diferentes lugares del mundo se hace el cambio de horario, sin embargo también algunos decidieron no adoptar esta medida por su ubicación geográfica, altas temperaturas o cuestiones económicas y turísitcas, tal como sucede en los estados de Quintana Roo y Sonora
