Una mujer del Reino Unido fue diagnosticada con una rara anomalía congénita de nombre útero doble, malformación uterina que, tal como su nombre indica, termina con el desarrollo de dos úteros y, en este caso, dos cérvices y dos vaginas.
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Lo peculiar del caso es que la paciente, Elizabeth Amoaa, de 36 años de edad, no recibió esta diagnosis sino cinco años después de que dio a luz a su primera hija.
Antes del nacimiento de la niña, a la señora Amoaa le detectaron unos tumores no cancerosos conocidos como fibromas uterinos, por lo que le dijeron que no podía concebir un hijo. Cuando su niña nació en 2010, fue calificada como un “bebé milagro”.
“Me dijeron que en realidad era infértil, así que cuando quedé embarazada fue una gran sorpresa”, recuerda la señora Amoaa, quien nació en Ghana pero se mudó a Inglaterra en 2003. “Fue un embarazo difícil, estaba sangrando, me desmayaba y me sentía cansada.”
A pesar de las dificultades y las constantes visitas al doctor, la señora Amoaa nunca sospechó cuál era la verdadera causa de los dolores. “De hecho, pensaron que era un embarazo ectópico, ya que no sabían que tenía un útero doble, y yo tampoco.”
Cuando iba a hacerme el ultrasonido, lo que tenía que hacer con frecuencia debido a mis fibromas, en un minuto veían que el bebé estaba en el útero, y al siguiente no podían encontrarlo.
La señora Amoaa cuenta que a veces buscaban en el útero equivocado. Ellos decían “No podemos ver al bebé, tal vez los fibromas lo están ocultando”, e incluso le aconsejaron interrumpir su embarazo, pero su abdomen seguía creciendo, por lo que decidió llevar el embarazo hasta su desenlace natural.
El día que nació mi hija fue un milagro porque durante el embarazo no se sintió real.
No fue sino hasta 2015, cuando la señora Amoaa se hizo unos análisis, que le detectaron el segundo útero. “Fue un poco impactante; quieres respuestas de tu salud, pero eso no era lo que esperaba.”
Al año siguiente se sometió a una cirugía y fue entonces cuando encontraron una segunda cérvix y una segunda vagina. También le detectaron endometriosis de nivel cinco, un trastorno que ocurre cuando partes del tejido que recubren el útero crecen en otros órganos pélvicos.
Por tal motivo, los médicos le avisaron que no había condiciones para que tuviera un segundo hijo. No obstante, la señora Amoaa se embarazó por segunda ocasión en 2017, pero esta vez se cumplieron los pronósticos de los médicos. A los cuatros meses tuvo un aborto involuntario.
La trágica experiencia le reveló a la mujer su nuevo propósito y ahora se dedica a dar pláticas sobre higiene menstrual y problemas ginecológicos, fundando su propia organización, Speciallady.
Siempre digo que Speciallady es mi segundo bebé. Quiero ser la voz de las mujeres sin voz que están pasando por síntomas como los que yo pasé.
Con información de Metro.
