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ECOLOGíA

Malasia devuelve 3 mil toneladas de basura plástica a países como Estados Unidos

“Malasia no será el basurero de los países desarrollados.” Tales fueron las palabras de Yeo Bee Yin, ministra del medio ambiente en Malasia, ante múltiples contenedores de basura provenientes de países desarrollados como Estados Unidos, Reino Unido y Australia.

En conferencia de prensa, la funcionaria declaró que su país devolverá 3 mil toneladas de desechos plásticos que otros países exportaron de manera ilegal a Malasia, en contenedores etiquetados de manera distinta para engañar a los inspectores de aduanas.

En los últimos días, Malasia envió de regreso a España cinco contenedores de basura que las autoridades locales descubrieron en un puerto. Ahora buscan hacer lo mismo con los desechos plásticos provenientes de Estados Unidos, Japón, Francia, Australia, Nueva Zelanda y Canadá.

Otros países del sureste asiático, como Vietnam, Indonesia y Tailandia, buscan seguir el ejemplo de Malasia, hartos de los abusos cometidos por naciones del Primer Mundo.

Hace una semana, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, exigió a Canadá que reciba mil 500 toneladas de basura que exportó de manera ilegal entre 2014 y 2015. “Las Filipinas, como una nación soberana independiente, no puede ser tratada como basura por una nación extranjera,” declaró el vocero presidencial.

Canadá estuvo ignorando los reclamos de las Filipinas por años, hasta que recientemente el presidente Duterte amenazó al gobierno de Justin Trudeau con transportar la basura en barcos filipinos y tirarla en aguas canadienses.

El problema de la basura subió de nivel cuando a inicios de 2018, China decretó que ya no iba a importar materiales plásticos, papel y metales por motivos ambientales. Las plantas de reciclaje estaban contaminando los recursos naturales de China, afectando la salud de las comunidades cercanas a estas fábricas.

El decreto chino fue bastante problemático ya que esta nación procesaba la mitad de toda la basura del mundo. Las empresas encargadas del manejo de basura tuvieron que pedir auxilio a los países del sudeste asiático, donde encontraron un sistema poco regulado y fácil de corromper.

Malasia tuvo que cargar con el mayor peso. Según cifras de Greenpeace, este país pasó de importar 168,500 toneladas de basura en 2016 a 456 mil toneladas en los primeros seis meses de 2018.

Y no hay indicios de que haya una caída en la generación de basura. Únicamente el 9% de los residuos plásticos son reciclados, mientras que el resto es enviado a basureros del sureste asiático o es incinerado en plantas clandestinas, contaminando el medio ambiente con los gases tóxicos que producen.

Aunque muchos activistas aplauden la postura del gobierno de Malasia, no ven posible que los gobiernos de los países desarrollados aborden el creciente problema de la basura que generan. Simplemente buscarán otra región del mundo a dónde puedan descargar sus desechos contaminantes.

Con información de The Guardian.