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ECOLOGíA

El tiempo que pierden los mexicanos semanalmente solo por ir al trabajo

De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los trabajadores mexicanos pasan 2,246 horas anuales trabajando, aproximadamente 875 más que otros países.

En un análisis de los hábitos laborales de los trabajadores de 38 naciones, México resaltó como el país que más trabaja pero que, contradictoriamente, menos produce.

A estas horas en la oficina hay que sumarles las que pasan los mexicanos atorados en el tránsito vehicular para llegar a sus centros de trabajo que, según los estudios de la consultoría de la Riva Group y el Índice TomTom, es de cuatro a cinco horas diarias.

En total, un trabajador mexicano pierde cuatro años con cuatro meses de su vida esperando llegar a su trabajo durante todo el tiempo que se mantiene económicamente activo, lo que provoca una pérdida total del 28% de su productividad.

Este problema no solo afecta la movilidad en las ciudades, sino también el estado emocional de los mexicanos que pasan cada vez menos tiempo disfrutando a sus familias o llevando a cabo sus pasatiempos favoritos.

Por otro lado estudios científicos han demostrado que este fenómeno afecta la salud de los automovilistas, pasajeros del transporte público y peatones, debido a que, entre más autos circulen por sus calles y avenidas, más altos son los niveles de contaminación en las ciudades.

La mala calidad del aire cobra casi diez mil vidas en la zona metropolitana de la capital. De acuerdo a Exequiel Ezcurra, de la Universidad de California, “si no se toman las medidas necesarias, nos acercamos poco a poco a un colapso civilizatorio”.

Ezcurra agregó que la Ciudad de México enfrenta un serio problema de sustentabilidad derivado del crecimiento descontrolado de las áreas urbanas y la distribución de los centros de trabajo.

Un problema de movilidad

(Flickr)

Entre 1980 y 2010, las cuatro zonas metropolitanas más importantes del país experimentaron una expansión de su superficie urbana tres veces mayor que la de su población. Este crecimiento ha tenido lugar principalmente en la periferia de nuestras ciudades, lejos de las fuentes de trabajo. Esto significa que hay cada vez más trabajo, pero que se desarrolla muy lejos de donde vive la gente, lo que la obliga a pasar mucho tiempo trasladándose de su hogar a la oficina todos los días.

Durante los últimos años ha habido iniciativas para resolver esta problemática. Por ejemplo, el Reporte Nacional de la Movilidad Urbana en México 2014-2015 indica que se han dado pasos importantes para crear una política de movilidad y planeación urbana en México que mejore los tiempos de traslados de millones de mexicanos y reemplace los sistemas actuales de transporte público actuales por alternativas sustentables, pero aún falta mucho por hacer para resolver el problema de raíz.

Por ejemplo, hace falta implementar estrategias que desincentiven el uso del automóvil y faciliten modos de transporte no motorizado como las bicicletas, que fomenten el uso del transporte público y se invierta en autobuses y métodos de transporte cada vez más amigables con el medio ambiente.

Trabajo en casa

(Pixlr)

También hace falta cambiar la percepción del teletrabajo o Home Office, pues se ha demostrado que, además de ayudar a descongestionar las ciudades durante las horas pico, incrementan la productividad de cierto sector de los empleados que pueden trabajar desde casa.

En 2013, el Club de Investigación Tecnológica realizó una encuesta para identificar los resultados de esta medida y concluyó que 83% de quienes hacen Home Office han visto beneficios con respecto a su calidad de vida y satisfacción laboral.

Además, al menos el 86 por ciento de los encuestados dijo sentirse menos estresado debido a que no tiene que pasar más de hora y media atorado en el tráfico para trasladarse a su oficina cada mañana.

Quienes trabajan desde casa no solo ahorran tiempo y pasan más tiempo con su familia, sino que también perciben un ahorro económico correspondiente al gasto de combustible, pago de transporte público, vestuario y estacionamiento.

Este ahorro, según indica el estudio, acaba siendo usado para mejorar la calidad de vida de los trabajadores, ya sea haciendo mejoras al hogar, accediendo a una mejor atención de salud o pagando vacaciones.

Lo que queda por hacer

(Flickr)

Con cada vez más trabajadores quedándose en casa para cumplir sus responsabilidades laborales, más ciclistas aprovechando las calles para llegar al trabajo sin contaminar y más medios de transporte público amigables con el medio ambiente, las ciudades dejarán de convertirse en focos de contaminación, estrés y baja productividad.

Actualmente existen nuevas propuestas de reformas de leyes existentes para lograr los objetivos antes mencionados. El Partido Verde Ecologista de México ya emprendió varias iniciativas que permitan atender problemáticas que afectan derechos tan elementales como el de vivir en una ciudad con movilidad, buena calidad del aire y alta calidad de vida.

Entre sus propuestas destacan modificar el artículo 23 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección para darle a la Secretaría del medio ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) facultades para implantar nuevos esquemas que permitan reducir los tiempos de traslado a los centros de trabajo.

También se propone reformar varios artículos de las Leyes Federales del Trabajo, y de los Trabajadores al Servicio del Estado para que los patrones tengan la opción de permitirle a algunos de sus trabajadores laborar en casa, disfrutar de horarios escalonados de entrada y salida, y de horarios flexibles con menos horas laborables, dependiendo la naturaleza del trabajo.

Aún queda mucho por hacer, pero este tipo de iniciativas no hacen sino acelerar un cambio substancial en la forma en la que los mexicanos ven y van al trabajo.

Se necesita descentralizar las fuentes de trabajo y mejorar el transporte público para que ir a una oficina sea cada vez más rápido, cómodo y menos contaminante.

También se necesitan construir nuevas estrategias para que los automovilistas realmente se sientan motivados a compartir su vehículo con otras personas para acudir al trabajo u optar por viajar en bicicleta u otro medio de transporte no motorizado.

Es necesario también garantizar la seguridad de los peatones y quienes usan el transporte público tanto por las mañanas como en las tardes, cuando regresan a casa.