¿Quién fue Cristóbal Colón?

En las clases de historia de la escuela primaria, la monografía de Cristóbal Colón se limitaba a retratar a este personaje histórico como “el descubridor de América”. Todo estudiante tenía que memorizar algunos datos simples: con el apoyo de los Reyes Católicos, Colón partió desde España en tres carabelas (la Niña, la Pinta y la Santa María) para buscar una nueva ruta marítima a las Indias Orientales. Sin embargo, el 12 de octubre de 1492, el navegante genovés se topó con un “nuevo mundo”.

Ahora bien, ¿quién fue Cristóbal Colón en realidad?

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¿Quién fue Cristóbal Colón?

Christophorus Columbus (su nombre en latín) nació en 1451 en Génova, entonces capital de la República de Génova; su primera lengua era el idioma ligur. Al pertenecer a una familia de tejedores, el joven Colón aprendió el oficio de su padre, pero su verdadera pasión era navegar los mares. El joven devoró libros sobre geografía, astronomía e historia y se volvió un experto marinero mientras trabajaba como comerciante, viajando de un país a otro. Fue en uno de esos viajes que conoció a Filipa Moniz Perestrelo, hija de una familia de nobles portugueses, y con la que tuvo a su primer hijo, Diego.

Aunque poco se sabe acerca de las motivaciones que impulsaron a Colón a trazar una nueva ruta marítima por el Atlántico, se asume que su anhelo por mayores riquezas como comerciante lo hicieron mirar hacia Occidente. Ya para 1480, astrónomos, cartógrafos y navegantes europeos estaban haciendo cálculos de qué tan lejos podría estar China, al otro lado del océano. Motivado por los mapas del astrónomo florentino Paolo dal Pozzo Toscanelli, y por las conclusiones de sus propios estudios, Colón y sus hermanos buscaron el apoyo financiero de las grandes monarquías de la época, empezando por el Reino de Portugal.

Juan II de Portugal recibió a Colón y delegó a sus asesores para que analizaran su plan, llegando a la conclusión de que el comerciante genovés estaba subestimando la distancia entre Europa y las Indias Orientales. Los expertos de Isabel I de Castilla llegaron a una conclusión similar cuando Colón intentó venderle su propuesta, pero la monarca española optó por retener al navegante para evitar que se llevara sus planes a otra nación. En 1492, una vez concluida la guerra de Granada, con la cual España consolidaba la reconquista del territorio ibérico ocupado por los moros, los Reyes Católicos firmaron la Capitulaciones de Santa Fe, prácticamente la luz verde que había esperado Colón desde hace años. El 3 de agosto de ese importantísimo año, Colón partió de Palos de la Frontera en tres naves prestadas por la Corona, haciendo escala en las Islas Canarias y zarpando de ahí el 6 de septiembre, luego de hacer reparaciones y recoger provisiones.

¿Qué es lo que buscaba Colón?

En una palabra: oro. Colón era una persona culta, consciente de que el mundo era redondo; de tal forma que debía existir una manera de llegar a las Indias Orientales sin tener que tomar la ruta de la seda y cruzar territorio conquistado por los turcos, como Constantinopla. Mientras Portugal estaba trazando una ruta marítima que le daba la vuelta a todo el continente africano, España decidió apostar en los cálculos de Colón. Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla se dejaron persuadir por este navegante extranjero para financiar una expedición al otro lado del océano Atlántico. El objetivo era el mercado de telas, especias y oro en Asia. En aquellos tiempos, el oro era cotizado aún más que la tierra, capaz de comprar cualquier cosa.

En caso de tener éxito en su expedición, España le prometió a Colón el 10 por ciento de las ganancias, un puesto de gobierno en las nuevas tierras encontradas y la fama que acompañaría un nuevo título: Almirante de la Mar Océana. Colón, por supuesto, calculó mal. Pensó que el planeta era más pequeño de lo que era en realidad, y probablemente hubiera muerto a la mitad del camino de no ser por el hallazgo de un enorme territorio que ni figuraba en los mapas cartográficos del siglo XV. El 12 de octubre de 1492, a 33 días de haber partido de las Islas Canarias, un marinero divisó tierra. Era una isla del archipiélago hoy conocido como las Bahamas. El nombre original de la isla era Guanahani, pero Colón la rebautizó como San Salvador. Hasta donde se sabe, Colón siempre pensó que estaba navegando entre las islas de las Indias Orientales.

¿Qué pasó tras el “descubrimiento de América”?

Su primer encuentro con los habitantes nativos de Guanahani pertenecían a la etnia arahuaca. Los arahuacos los recibieron de manera pacífica. Los europeos descubrieron que estos “indios” vivían en comunas, no tenían caballos ni animales de carga pero cultivaban sus tierras. Tampoco tenían acero, pero Colón notó que sus aretes estaban adornados con piezas de oro. Esto derivó en que Colón tomara a los arahuacos como prisioneros y los obligara a guiarlos a la fuente del oro. Colón partió de San Salvador y desembarcó primero en Cuba y luego en La Española, la isla que hoy consiste de Haití y la República Dominicana. Fue en esta isla donde se levantó la primera base militar europea en el Hemisferio Occidental, de nombre Navidad, usando los restos de la Santa María como material de construcción.

En La Española, Colón fue recibido por los nativos con muchos regalos, incluyendo una máscara de oro. Ebrio de avaricia, el genovés ordenó a los 39 marineros de su tripulación que dejó en Navidad a buscar más oro y almacenarlo; mientras tanto, Colón zarpó de regreso a España en las otras dos carabelas, cargado de oro y prisioneros indios. Si bien los indios no sobrevivieron el viaje y el frío del clima europeo, la corte española quedó encantada con el botín traído de regreso por la expedición. Colón se presentó ante los Reyes Católicos el 15 de marzo de 1493 y emprendió su segunda expedición el 25 de septiembre de 1493, esta vez con 17 naves y más de mil 200 hombres.

¿Por qué Colón es una figura tan polémica en la actualidad?

Por muchos siglos, Cristóbal Colón fue una figura admirada de la historia universal. Varias ciudades y países de América fueron fundados con su nombre, como Colombia en América del Sur, el Distrito de Columbia en Estados Unidos, o la Columbia Británica en Canadá. Múltiples estatuas fueron erigidas en su honor, y son muchas las escuelas, parques y calles que honran su memoria. El primer desembarco de Colón en el Mar Caribe marcó un antes y después en la historia de América, clasificando la era previa al “descubrimiento” como la etapa precolombina. Pocas veces era cuestionada la versión de la historia que pintaba a Colón como el hombre que trajo la civilización y la evangelización al llamado “Nuevo Mundo”.

Todo eso ha cambiado en décadas recientes, con la publicación de nuevos estudios que exhiben las atrocidades que cometió Colón en sus viajes, incluyendo el genocidio de los habitantes nativos de las islas caribeñas y la esclavización de los sobrevivientes. Bajo las órdenes de Colón, los indios eran obligados a buscar oro, y aquellos que no cumplían con la cuota eran torturados o mutilados. Desafortunadamente para los nativos, el oro era escaso en el Caribe, así que no tuvieron otra opción más que rebelarse o quitarse la vida. Miles de indios taínos y arahuacos en La Española y en otras islas fueron asesinados, y ya para mediados del siglo XVII, la presencia de estas etnias en la isla había sido erradicada por completo.

Celebrar a Colón el explorador es celebrar a Colón el genocida. Por ello, las celebraciones del 12 de octubre se han vuelto un tema incómodo en los países del continente americano. Rememorar el día que desembarcó la expedición de Colón en San Salvador es rememorar el día que llegó el colonialismo a América. Incluso su reputación como ‘El descubridor de América’ ha sido vituperado por el simple hecho de haber “descubierto” un continente ya habitado por millones de seres humanos. En la medida en que se difunden los estudios críticos de sus acciones, mayor es el rechazo a la visión conservadora de la historia. Por ello, no deben ser sorpresa las múltiples protestas y actos de vandalismo en los monumentos que homenajean a Colón, y también es de esperar que el llamado Día de la Raza adquiera otro significado.