Las tensiones entre la creciente comunidad musulmana en España y el resto de la población ya habían alcanzado un punto máximo, y esto fue antes de los ataques terroristas en Cataluña, perpetrados por extremistas de origen marroquí. Del 2014 al 2015 se registró en territorio español un aumento en delitos de odio por islamofoboia del 568%.
En el siguiente reportaje de Sin Filtros se analizan las consecuencias de la marginación padecida a diario por musulmanes ordinarios. Alimentada por el miedo, en la población española se refleja la desconfianza, la discriminación y la intolerancia dirigida hacia los practicantes del islam. Este comportamiento provoca la alienación de musulmanes, particularmente de aquellos nacidos en Europa, que se sienten traicionados por el rechazo.
Así como la islamofobia aumenta su presencia entre los temores de españoles, de la misma manera sube la influencia de la derecha extrema y los movimientos identitarios en la política. La negativa de aceptar o tolerar las costumbres de musulmanes le abre una puerta a la radicalización, a pesar de que la gran mayoría no simpatiza con las opiniones de extremistas. Sin embargo, el terror que prevale en España deja pocas alternativas para que los marginados expresen sus frustraciones.
