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SALUD

Cuatro “venenos” que comemos diariamente

Un experto explica por qué la comida con picante "quema tanto cuando entra como cuando sale de tu cuerpo"

Las plantas fabrican veneno para evitar ser comidas, pese a esto, el ser humano condimenta diariamente su comida con estas, advierte Jonathan Silvertown, profesor de Ecología Evolutiva de la Universidad de Edimburgo. Algunas no son dañinas para las personas, pero otras requieren de ciertos cuidados a la hora de su preparación.

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Desde el punto de vista evolutivo es intrigante que los químicos de las plantas que ahuyentan y envenenan a la mayoría de animales tengan el efecto exactamente opuesto en nosotros”, dice Silvertown.

A continuación te hablamos de cuatro de estos “venenos”.

El chile

Foto: Pixabay

En la naturaleza existen varios alimentos que poseen sustancias que estimulan a los receptores TRP, los cuales producen un impulso nervioso como consecuencia de estímulos como el calor, el frío, la presión y ciertas sustancias químicas. Tal es el caso de la capsaicina en los chiles, dicha sustancia protege a las semillas de un hongo llamado Fusarium, de presencia frecuente en ambientes húmedos.

No se puede pensar en la comida mexicana sin el picante, sin embargo también es cierto que no somos del todo inmunes a los efectos de la capsaicina.

Si alguna vez has tocado una parte sensible de tu anatomía después de manejar chiles, sabrás que no solo los nociceptores (un tipo de células nerviosas que sienten el dolor) en la boca están equipados con receptores TRPV1. Esta también es la razón por la que la comida con chiles muy picantes quema tanto cuando entra como cuando sale de tu cuerpo”, explica Silvertown.

Papas

Foto: Pixabay

Los platillos en casi todo el mundo llevan papas, no obstante, si tienen un sabor amargo, puede ser señal de peligro.

Son de mucho cuidado las papas silvestres que crecen a alturas superiores a los 4 mil metros, ya que contienen glicoalcaloides que las convierten en tóxicas. De modo que deben pasar por un proceso que requiere aprovechar las heladas nocturnas para congelarlas durante días, para luego sumergirlas en agua todo un mes, para quitarle el veneno.

Después son liofilizadas durante una noche, luego pisoteadas para sacarles el agua y, finalmente, se tienden al sol de 10 a 15 días”.

Podemos pensar que las papas que actualmente comemos a diario están exentas de peligro para nosotros, sin embargo no es así. Cuando el alimento se expone a la luz, el tubérculo produce los nocivos glicoalcaloides, que se concentran especialmente en la cáscara y las zonas limítrofes. Esto se hace evidente ya que la piel de la patata produce clorofila en contacto con la luz y se pone de color verde.

Pero basta con pelar este tipo de papas para deshacerse del veneno.

Ajo y cebolla

Foto: Pixabay

Los alimentos del género Allium, como el ajo y la cebolla poseen propiedades antimicrobianas, ya que tienen compuestos formados con azufre.

De hecho, los compuestos sulfurados se forman justo en el momento en que se cortan los ajos.

Estos alimentos le dan sabor a nuestros tacos y sopas pero para insectos pequeños pueden ser sustancias mortales.

Menta, albahaca, el tomillo, el orégano y el romero

Foto: Pixabay

Los particulares aromas de estos alimentos se producen por unas moléculas que se llaman monoterpenos, los cuales son venenos contra insectos.

Por ejemplo, en la cocina, el veneno de la menta es gloria en algunos postres, como las paletas heladas.

Vía El País