El condecorado botánico y ecologista australiano, David Goodall, de 104 de edad, viajó a Suiza junto a su enfermera para terminar con su vida.
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En su país natal, el hombre nacido en 1914 no puede practicarse la eutanasia, pero en Suiza sí le será posible, por lo que su última parada antes de morir será la región de Basilea, donde se ubica la clínica proeutanasia Life Circle.
Cuando Goodall cumplió 104 años edad, dijo que si tuviese un deseo de cumpleaños sería morir.
No soy feliz. Quiero morir”.
En entrevista con un canal de noticias australiano, Goodall dijo “lamentar mucho” seguir con vida, por lo cual viajó este miércoles a Suiza para terminar con ella.
Una de las cosas que más extraña, dicen sus familiares, es el teatro, afición que tuvo que abandonar debido a que, por sus problemas de visión, ya no le fue posible conducir hasta un teatro local en el que solía ensayar junto a sus compañeros.
En Australia el suicidio asistido sigue siendo ilegal, pero en el estado de Victoria, de donde es oriundo el científico de más de un siglo de edad, se planea permitir la eutanasia hasta mediados del año siguiente.
Los países que actualmente permiten la eutanasia son Japón, Suiza y Bélgica.
Philip Nitschke, fundador de Exit International, dijo al portal CNN que el suicidio médicamente asistido está abierto a cualquier persona, siempre y cuando tenga una buena razón para practicárselo y cumpla con varios requisitos.
Si bien Goodall dice sentirse saludable, aceptó que su condición física y calidad de vida van en deterioro, hecho que le ha hecho sentirse infeliz.
Es mejor no estar con mi salud empeorando cada vez más, haciendo que me sienta infeliz”.
David Goodall nació en abril de 1914, un par de meses antes del inicio de la Primera Guerra Mundial.
Tras una larga carrera como científico, investigador y profesor universitario, Goodall decidió retirarse en 1979.
Durante su etapa como científico retirado, el australiano editó una serie de 30 volúmenes titulada Ecosystems of the World, en la que contribuyeron al menos 500 autores diferentes.
Tanto en Reino Unido, como en Estados Unidos y su natal Australia, el trabajo y prestigio de Goodall ha sido respetado por años.
Por al menos 20 años ha sido Goodall miembro de la organización proeutanasia Exit International pues cree que “cuando alguien quiere morir, deberían permitírselo”.
