China supera a Estados Unidos en investigación científica. En casi 20 años, ha incrementado su número de especialistas en distintas ramas de la ciencia.
Científicos, estudiantes, catedráticos e investigadores chinos son cada vez más comunes en las universidades y laboratorios del mundo, y eso ha preocupado a la comunidad científica de Estados Unidos que, parece, se está quedando atrás.
No solo eso, sino que dos de las revistas de divulgación científica más importantes del planeta, tienen cada vez más publicaciones hechas por chinos o en colaboración con ellos. En números, en 2016, 20% de las contribuciones a la revista Nature and Science fueron de especialistas chinos, el doble de lo que se publicaba tan solo 16 años antes.
Qingnan Xie de la Universidad Científica y Tecnológica de Nanjing y Richard Freeman de la Universidad de Harvard, llevan casi 20 años estudiando la expansión de la investigación científica china en el escenario internacional.
En su estudio, se revela que los académicos chinos son de los más prolíficos del mundo en cuanto a investigaciones sobre matemáticas, física e ingeniería se refiere.
Este fenómeno, que no muestra señales de frenar, puede explicarse con la presión “exagerada” del Gobierno chino sobre sus estudiantes y científicos, mismos que suelen ser patrocinados a través de importantes becas diseñadas para impulsar su desarrollo académico y profesional.
China lleva décadas transformando a su población de una dedicada a la agricultura a otra más sofisticada, especializada en la investigación de distintos ramos de la ciencia.
El incremento de la presencia china en el mundo de la investigación científica, así como la creciente presencia de universidades chinas en los conteos de las mejores instituciones académicas del mundo, ha preocupado a parte de la comunidad de académicos de Estados Unidos, así como al mismo gobierno.
Por ello, se ha planteado imponer restricciones cada vez más duras para los estudiantes extranjeros (en especial los provenientes de China), que deseen estudiar o colaborar en universidades de Estados Unidos.
Sin embargo, otra importante parte de la comunidad científica estadounidense cree que parte del principio de la investigación es el de la colaboración abierta entre hombres y mujeres de ciencia, sin importar su país de origen, y que imponer restricciones no ayudará en nada a frenar el avance de los chinos en la escena científica.
Parte de las razones que se plantean para justificar la imposición dichas restricciones, han sido los casos en los que algunos investigadores extranjeros han incurrido en actos de “espionaje académico”, mismos que, según algunos académicos, deben ser procesados como incidentes aislados, pero no como razones para evitar el libre intercambio de conocimiento entre naciones.
No obstante, China es cada vez más insistente en fomentar el desarrollo científico entre su población, iniciativa que, según los expertos, no se detendrá por nada.
