Obama confía en que Supremo legalizará bodas gay en el país

WASHINGTON, Estados Unidos, ene. 22, 2015.- El presidente, Barack Obama, confió hoy en que el Tribunal Supremo opte por legalizar el matrimonio homosexual en todo el país cuando evalúe la cuestión este año.

“Tengo la esperanza de que el Tribunal Supremo llegue a la decisión correcta”, dijo Obama en una entrevista emitida en directo en la red social YouTube.

“Mi esperanza es que reconozcan lo que creo que la mayoría de la gente en Estados Unidos ya reconoce: que si dos personas se aman y se tratan con respeto, y no están molestando a nadie más, ¿por qué debería tratarlas la ley de forma diferente?”, añadió.

El Supremo anunció el pasado viernes que evaluará en este periodo de sesiones, que finaliza en junio, si los 50 estados del país deben permitir la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo.

Hasta ahora, los jueces habían rechazado pronunciarse sobre esta cuestión varias veces, la última de ellas en octubre, cuando se negaron a escuchar las apelaciones contra las resoluciones que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo en cinco estados.

Obama, el primer presidente de la historia del país que ha expresado públicamente su apoyo al matrimonio entre homosexuales, calificó entonces esa decisión del Supremo en octubre como la mejor que ha tomado ese tribunal durante su mandato.

La razón está en que aquella decisión supuso una victoria velada para la comunidad homosexual, ya que tuvo como efecto inmediato que el consentimiento del Supremo extendiera a 24 estados la posibilidad de celebrar bodas entre personas del mismo sexo, previamente posible en 19 estados y el Distrito de Columbia.

En los meses posteriores, una docena de estados más se vieron afectados por la negativa a considerar los casos por parte del Supremo, de manera que hasta 36 estados del país celebran hoy matrimonios gais.

En abril, el Supremo considerará cuatro casos de alto perfil en los que tribunales de apelaciones ratificaron las prohibiciones establecidas al matrimonio gay en los estados de Kentucky, Michigan, Ohio y Tennessee, revirtiendo las decisiones previas de jueces federales a favor de los derechos de los homosexuales.

El Supremo deberá determinar si todos los estados del país deben emitir licencias a personas del mismo sexo y si esas licencias deben ser reconocidas en los demás estados automáticamente.