El ritual, siempre cargado de solemnidad, se repite desde el nacimiento de la Quinta República Francesa creada en 1958, cada vez que un nuevo jefe de Estado toma posesión de su cargo en el suntuoso Palacio presidencial del Elíseo.
Ambos hombres intercambiaron sonrisas de complicidad, gestos de cálida cordialidad. Emmanuel Macron acompañó a François Hollande hasta su automóvil y le aplaudió.
“Debemos darnos colectivamente un nuevo impulso, reafirmar la fe en los valores que hicieron de nosotros un gran pueblo”, aseguró Emmanuel Macron, presidente de Francia.
“En el fondo los franceses se deshicieron de Hollande para entregar el poder a uno más joven, pero que llevará prácticamente la misma política, destacó el analista político Serge Raffy.
“Es joven, espero que haga mover a Francia, porque Francia anda mal”, expresó una joven parisina.
“¿Qué esperar de un operador bursátil, un especulador en bolsa que ganó más de 3 millones de dólares en la banca de Rothschild?”, se cuestiona un joven.
A lo largo de la histórica jornada el nuevo presidente estuvo acompañado por su esposa Brigitte Trogneux, de 64 años, su ex maestra de francés y de teatro, su mentora, su aliada más fiel en la feroz batalla por el Palacio del Elíseo.
Pronto la majestuosa entronización republicana pasará a la historia. Bajo los proyectores aparecerá una nueva y durísima contienda, la de las elecciones legislativas.
Con información de Kasia Wyderko
HVI